ArtículosInicioManfredo Kempff Suárez

¿Seguimos papando moscas?

ANTE LO QUE SE VIENE…

Hace dos semanas nos preguntábamos desde esta misma columna: “¿Habrá elecciones el 2014?”. Si de dos semanas a esta parte nos encontramos ante una peor incertidumbre, ciertamente que el espectro político nacional se ha deteriorado más todavía y nos tememos que, en breve, podamos estar sometidos a un estado de sitio con todo su rigor y consecuencias, como antaño, única alternativa del Estado Plurinacional para no derrumbarse.

S.E. es ducho para zafarse de situación peliagudas – lo es ahora y lo fue en la oposición – pero la destreza personal, la picardía del matrero, no es suficiente remedio cuando se está cada día más solo luego de seis años de una gestión lamentable. Cuando transcurre un sexenio y la gente se siente pobre y sin esperanzas, cuando la ira popular va en ascenso, cuando se oyen voces que exigen cuentas al mal gobierno y han cesado los aplausos, quiere decir que llegó la hora de pensar. De sentarse en el abandonado despacho presidencial a pensar por única vez, olvidándose de los helicópteros, de la repartija de cheques, y de los partidos de fulbito. Así lo han hecho todos sus antecesores, con gorra o sin ella.

¿Cómo no se va a dar cuenta S.E. que a este paso su gobierno no va a concluir? ¿Cómo cree entonces que va a ser candidato el 2014? ¿Y no se estarán engañando también algunos opositores que sólo miran hacia esa lejana fecha? Claro, comprendo, estamos en democracia, pero repito: ¿y el Dr. Siles, Goni y Mesa? ¿Acaso acabaron sus períodos? No me canso de recordar que en este proceso democrático los tres presidentes se han ido antes de término obligados por circunstancias inesperadas. Y que Carlos Mesa, además, se cepilló como si nada, a dos ciudadanos que estaban en la línea de sucesión constitucional, para imponer al presidente de la Suprema Corte de Justicia, hombre probo, menos mal. ¿Hemos olvidado que en Bolivia nos encanta la democracia como ideal pero que no la respetamos nunca?

Es evidente que habría que tener un candidato de oposición fuerte y único, para, si por ventura, se llegara a las elecciones del 2014. Es indispensable buscarlo ya. Pero cuidado que como van las cosas S.E. se alarme, porque entonces vendrían las trampas. Con una Asamblea Legislativa a entera disposición del MAS, la Constitución se la puede interpretar del modo que le guste a esa mayoría y así una elección se posterga, se la adelanta o se la manda al diablo, de acuerdo a lo que digan las encuestas . Es cosa de levantar la mano. No estamos exagerando demasiado, porque no se olvide que ya el MAS, interpretando ese confuso librito que llaman Ley de Leyes, nos ha enchufado la re-reelección de S.E. y al final parece que no nos ha quedado otra que menearnos nomás. Seguiremos chillando contra el abuso, pero sin mayor efecto que el de los chanchitos que entran al brete sabiendo que los van a achurar.

S.E. ha perdido muchísimo apoyo, evidentemente. Hoy blasfeman contra él y contra su Vice gran parte de los movimientos sociales y muchos de los caraduras que lo votaron y ahora no saben cómo esconder la mano. Pero por desgracia existe un 30 por ciento del electorado que nació y vivió en la miseria, que no espera nada más de lo que tiene, y que por tanto no se da cuenta ni sabe que existe la posibilidad de vivir mejor. A esa gente le basta con un quintal de azúcar o una arroba de arroz, banda, chicha, y ver al candidato del cambio contando chistes. Pero a los maestros, obreros y fabriles – ni hablar de los médicos y salubristas – ya será imposible convencerlos de que el cambio para sus bolsillos vendrá recién a partir del 2014. Y por supuesto que, de ninguna manera, a los indígenas de las tierras bajas, a esos indios bravos del TIPNIS que marchan hacia La Paz, a pata pelada, sin pensar siquiera en el 2014 porque saben que para entonces no existirán.

S.E. tiene gente en el Chapare y otra en el altiplano y Yungas a la que va reciclando, que la conoce muy bien y la cambia de un lugar a otro o la archiva definitivamente. Su Vice, con un hálito helado “draculiano”, como lo ha definido una columnista paceña, tiene otro campo de acción aunque alejado del verdadero populacho, que marcha, pega y vota o hace votar a golpes. S.E. maneja a todos los que conocemos pero por ahí también al lado del nombre de la mítica Leonilda Zurita, aparece hoy de portavoz, seguramente para volverse figura, Crispín Manteca, nombre que García Márquez habría tomado al vuelo para dárselo a algún cartagenero changador, borracho, y fornicador. Queremos decir que como Crispín Manteca aparecerán todavía muchos dirigentes masistas, pero fundamentalmente del Chapare, su único reducto fiel por simple conveniencia.

S.E. está en problemas y lo sabe. Va a tener que sentarse a pensar en cambios de verdad, inteligentes. Y también la oposición está en un problema mayúsculo en este momento, porque si el período de gobierno se acorta abruptamente la situación quedará en manos de nadie o lo que puede ser peor, en manos de todos. ¿O alguien piensa que habría una sucesión constitucional?

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