COMO HACE EL PRESIDENTE
Ahora que el gobierno revisa el amplio expediente del senador Róger Pinto, parece oportuno revisar otros casos, a fin de que los brasileños, y de paso los bolivianos, sepan cómo hay que comportarse en el uso del poder político.
Los opositores destituidos de sus cargos cometieron errores que la justicia boliviana no podría pasar por alto. Por eso fueron destituidos. Que nadie lo dude.
René Joaquino, por ejemplo, fue destituido del cargo de alcalde de Potosí porque compró camiones de segunda mano para la alcaldía.
Qué grave descuido. Tenía que haber imitado al presidente Evo Morales que compró un avión de segunda mano también, pero lo hizo cumpliendo con todas las leyes del país, excepto la de la obligatoria licitación, es cierto, pero con todas las demás.
Mario Cossío fue destituido del cargo de gobernador por haber autorizado la construcción de una carretera sin cumplir con las normas.
En ese caso también hubiera sido preciso que el gobernador ahora exiliado haga lo que hace el presidente, que siempre cumple con aquello de la consulta previa para una carretera, aunque a veces es post fact, pero “previa” por lo menos de nombre. Y respecto del costo de las obras, no hay duda alguna. Uno sobreprecio de 100 millones de dólares, pero nada más, como es el caso de la carretera más importante de la historia nacional.
Ernesto Suárez también cometió el error de dotar de luz eléctrica a San Borja pasándose por encima de algunas normas. Debía haber tenido en cuenta que el señor presidente nunca hace eso. En el Chapare hizo instalar una fábrica de papel, con un nombre un poco feo, con un pequeño sobreprecio, de solamente 7 millones de dólares, pero ahí está la fábrica. Que no funcione nunca o que no haya materia prima, no importa, lo cierto es que se han cumplido con todos los requisitos, salvo el pequeño detalle del sobreprecio.
Y el senador Roger Pinto cometió algunos descuidos en los cargos que ocupó. Debía entender que está ante la mirada del gobierno más honesto, más rectilíneo, más quisquilloso, más escrupuloso del planeta.
Dicen que vendió tierras fiscales. ¡Cómo se le ocurre! Debía haber hecho lo que hicieron los honestos masistas en Puerto Suárez. Una senadora actual conoce muy bien los detalles de esas compras y ventas de tierras para la Jindal, con jugosos resultados.