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Larga semana

José Rafael Vilar

La semana pasada fue bastante “movida”. Fuera de Bolivia, los nuevos aranceles de EEUU a productos chinos agudizaron la “guerra comercial”; un brexit “a las malas”, sin acuerdos, parece ineludible; en Oslo se iniciaron las muy discretas conversaciones, aún no negociaciones, entre la oposición venezolana y el régimen de Maduro para acabar con el “empate catastrófico” en Venezuela; la crisis por los proyectos nucleares de Irán se ha renovado, con la consecuente subida del petróleo, que no beneficia a nuestro gas, ya desindexado del crudo; entre otros. Y por acá, los tambores electorales y la visita de Luis Almagro. De yapa, la encuesta de Tal Cual.

En Bolivia hemos vivido un largo año electoral que se inició el 19 de octubre de 2018, con la convocatoria para las primarias, y que terminará, si no hay balotage, el 20 de octubre de 2019 con las elecciones generales, adelantadas una semana (una mala decisión porque aumenta el desgaste para el oficialismo y opositores y el trasvase de votos).

A ello se suman otros factores poco beneficiosos para la confianza pública: los continuados cambios en el Órgano Electoral; una economía que, al margen de falsos exitismos, se ralentiza después del crecimiento extraordinario entre 2008 y 2015 (por el boom de los commodities, indulgencias ajenas), con déficits fiscales desde 2014 (-40,1% acumulado hasta fines de 2019, según proyecciones a partir de datos del Ministerio de Economía); deuda pública consolidada (externa e interna) de Bs 147.800 millones (MEFP); RIN de $us 7.920 millones al 5 de abril, después de haber alcanzado $us 15.120 millones en 2014 (BCB); y déficit comercial de casi $us 1.000 millones (IBCE-BCB), sin analizar éxitos o fracasos del modelo empresarial de Estado vigente, ni el contexto regional desfavorable, ni la pérdida oficialista de su último “relato de éxito” luego de La Haya.

De la visita de Luis Almagro al país, más que un fracaso opositor y un supuesto y correspondiente espaldarazo al oficialismo, evidencia que su reelección como secretario general de la OEA no está segura, y que necesita votos fuera de los países del Grupo de Lima (y quizás a costa de éstos). Un asunto más para el anecdotario que para la efectividad.

El domingo se publicó una encuesta de Tal Cual Comunicación Estratégica sobre la intención de votos en el país. De las publicadas a la fecha, es la primera que llega a 2.250 sujetos, lo que le da un error de 2,5% (menor a las anteriores), y una confiabilidad del 95%; la información se abre a zonas rurales, según su ficha técnica.

Siguiendo sus resultados, Evo Morales tiene una intención de votos mayoritaria en las zonas rurales de 51,6%, 50% en las ciudades intermedias y solo pierde en Potosí y Tarija; para sumar un 38,1% a nivel nacional. Carlos Mesa gana en las ciudades capitales y en El Alto (32,6%), así como en los dos departamentos que pierde Morales. A nivel nacional, obtienen una intención de votos del 27,1%. Oscar Ortiz suma un 8,7% a nivel nacional; y el resto de los candidatos obtienen en conjunto un 9,9%. Por último, los indecisos y el voto oculto, con un 16,2%, son terceros a nivel nacional.

En percepciones, Mesa tiene 61% negativas y 18% positivas; y Morales, 51% negativas y 37% positivas; lo que establece dos paradojas: los que dicen que votarían por Mesa suman un número mayor al que lo perciben positivamente; mientras que por Morales son menos. ¿Curioso?

Tomando en cuenta que las principales preocupaciones de la ciudadanía, según la encuesta, son la corrupción (22,1%), la delincuencia (19,0%), el costo de la vida y alza de precios (17,9%), y falta de trabajo (15,6%), la gran pregunta que debemos hacer es ¿cuál de los candidatos es el que está mejor capacitado para solucionar estas problemáticas?

Imagen: la-razon.com

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