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Pandemia y política

Marcelo Ostria Trigo

El coronavirus, que apareció en Wuhan, China, y que luego se esparció en el mundo, preocupa hondamente. Las cifras de contagiados y fallecidos por este virus sigue en aumento, tanto en el mundo como en Bolivia. Los laboratorios especializados se esforzaron, y aún lo hacen, en crear con urgencia una vacuna eficaz que permita frenar esta pandemia,

En realidad, no sorprende que el populismo pretenda aprovechar esta calamidad para buscar apoyo y para deformar la realidad. Algunos afirman que se trata sólo de una “gripecita”, y otros, que es una maniobra imperialista para dominar a los pueblos, hasta que los hechos demostraron que es un desastre que afecta a toda la humanidad.

El coronavirus llegó a Bolivia en un momento difícil. Por presión ciudadana, y ante las conclusiones de los expertos de la OEA sobre el fraude en las elecciones del 20 de octubre de 2019, provocando la renuncia del entonces Presidente, se conformó un gobierno interino al que le tocó enfrentar la aparición de esta pandemia. Luego, en los comicios del 18 de noviembre, fue elegido presidente de Bolivia Luis Arce Catacora, ex Ministro de Economía del gobierno de Evo Morales (2006-2019). Hasta hoy, las vacunas contra el coronavirus ya han sido desarrolladas en Rusia, Estados Unidos, en multiples asociaciones, con un laboratorio alemán, el Reino Unido y China.

Mientras, el presidente Arce Catacora, llamaba a tener paciencia y “aguantar”, grandes cantidades de contagiados sentían las carencias de un sistema de salud abandonado. Por supuesto que el pedido de Arce, causó desagrado. No se percibía una acción efectiva de su gobierno que solo pedía paciencia, que es lo que menos deseaba escuchar la ciudadanía.

Finalmente, la sorpresa; en pocos días se recibió, con inusual ceremonia encabezada por el presidente, el primer paquete de 20.000 dosis (cantidad no certificada) de la vacuna Sputnik desarrollada en Rusia, cuando los habitantes de Bolivia alcanzan a más de 11.000.000, demostrando que lo recibido sólo alcanza a dos dosis de la vacuna rusa para 10 mil personas; una insignificancia. En el mayor hospital de Santa Cruz, el Japonés, se ha vacunado en medio de toda la fanfarria mediática, un médico de UTI, y junto a otro personal auxiliar llegan a 10. Pero eso no es todo: El precio de la vacuna Sputnik no ha sido revelado, dizque por una cláusula de confidencialidad con el fabricante.

Y queda una interrogante: ¿Se piensa aceptar o no la oferta de Naciones Unidas de proveer gratuitamente a Bolivia una significativa cantidad de vacunas para hacer frente a la pandemia? La expresidenta interina, señora Jeanine Añez, recientemente se refirió a este tema: “… en una nota oficial, Naciones Unidas, en fecha 2 diciembre de 2020, indica que Bolivia será uno de los diez miembros del COVAX, en recibir las vacunas de manera gratuita y con seguridad comprobada…”. No hay, hasta el momento, explicaciones e información coherentes.

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