ACUSACIONES CONTRA BOLSONARO
Manfredo Kempff Suárez
Se debe tener sumo cuidado cuando se trata de involucrar en algún hecho doloso al mandatario del un país vecino, como es el caso de Jair Bolsonaro, presidente de Brasil. Por una publicación aparecida en el diario Página 12 de Buenos Aires, y en base a las declaraciones de una supuesta diplomática boliviana que ha preferido el anonimato, el ministro de Gobierno Eduardo del Castillo, ha informado que la ex presidente Jeanine Añez y su colega brasileño, se reunieron, por lo menos una vez, secretamente, antes o después de lo que el MAS llama “golpe de Estado” y que no fue sino un fraude montado por Evo Morales.
Si lo dicho por Del Castillo es falso por haberse apoyado en una simple publicación de prensa, se corre el riesgo de deteriorar las relaciones con Brasil, nuestro principal socio comercial. Pero, además, acusar de conspiración a un primer mandatario extranjero – por más antipatía que el gobierno de Bolivia le tenga – es algo gravísimo, que puede estar destinado a lo que muchos izquierdistas y populistas anhelan: tratar de hundir a Bolsonaro para favorecer una probable candidatura presidencial de Lula.
En los temas internacionales no se puede jugar ni hacer declaraciones que no sean comprobadamente ciertas. Existen viejas y respetadas normas y convenios entre los pueblos que son inviolables y que ningún Estado puede alegar que las ignora. Si el ministro Del Castillo acusa al presidente Bolsonaro de haber participado en una conspiración política en Bolivia, tiene que exhibir certezas y no recortes de prensa, porque, de lo contrario, la reacción de la nación ofendida puede llegar a extremos que la obliguen a la ruptura de las relaciones diplomáticas.
Hasta el momento no conocemos la reacción de Itamaraty, pero con seguridad que, si es una calumnia, será contundente. Mientras tanto, la ex presidente Añez niega absolutamente las peligrosas declaraciones de esa enigmática y embozada diplomática boliviana que habría hecho a Página 12.
Dios no permita que esto sea una maniobra más de los seguidores de Evo Morales, con el propósito de echarle cargos y culpas a Jeanine Añez para mantenerla encarcelada, en vista de que no encuentran material acusatorio para un juicio contra ella, que les permita el inconcebible abuso de tenerla entre rejas para siempre. Una patinada a este nivel del ministro Del Castillo tendría que llevarlo a su renuncia o a su relevo.