EL SECUESTRO DE LA VERGÜENZA
Manfredo Kempff Suárez
Mientras no cesaban los parabienes navideños y deseos de un Año Nuevo próspero y en paz, un comando de encapuchados de la Policía Nacional, secuestró ayer al gobernador Luis Fernando Camacho; lo enmanillaron, lo subieron a bordo de un helicóptero, y se lo llevaron a La Paz, con lo que consumaban una enfermiza ansiedad de venganza por las consecuencias del fraude electoral del 2019, que disimulaban con absurdas demandas de la Fiscalía.
Todo se realizó en plena vacación judicial lo que no permite detenciones, además ignorando el debido proceso, que muy poco le debe interesar a una Policía que se ha constituido en un verdadero ejército de ocupación andino de nuestro departamento y que se ha fortalecido, paulatinamente, con el permanente envío de efectivos del interior, ajenos a Santa Cruz, que el ministro de Gobierno mentía que eran relevos normales en la institución.
No vamos a entrar a narrar las secuencias de lo que fue esa operación comando, perfectamente montada, porque está siendo expuesta por periodistas y políticos en todos los medios. Lo que debemos es ir a lo que pensamos que es medular, y no es otra cosa que el propósito del masismo de hacerse con el poder político en Santa Cruz. Y sabemos que para lograrlo el MAS tiene que mantener preso a Camacho y presionar con todos sus medios tramposos y fraudulentos para doblegar y hacerse de la Asamblea Departamental. Con eso todo estaría consumado y el MAS gobernaría el departamento sin haber ganado una sola elección.
Ya se han pronunciado algunos organismos internacionales y regionales censurando el secuestro del Gobernador lo que agradecemos vivamente, pero sabemos que, fuera de el gran apoyo moral que nos dan, nuestra salvación está en nosotros mismos, en volver a movilizarnos masivamente en las calles y caminos.