ArtículosInicio

Canallas

Editorial

Fuente: El Día

No pueden tener otro nombre los que avasallan con tintes delincuenciales la sede de la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos, usando a la policía para proteger a los vándalos que responden a órdenes del gobierno.

Están efectuando un acto de tortura frente a nuestras narices. El dirigente de Los Yungas, César Apaza ha sido sometido a toda clase de vejámenes dentro de la cárcel de Chonchocoro, donde está detenido por oponerse a un mercado ilegal de La coca que impulsa el gobierno para beneficiar el desvío al narcotráfico. En medio del suplicio que vive el líder sindical es citado en un juicio a declarar como testigo, en lugar de llevarlo a que lo atienda un médico.

Condenan al ex presidente cívico, Rómulo Calvo por un delito inexistente, un montaje perpetrado por el espurio vicepresidente Choquehuanca, mientras que en otros juzgados liberan de culpa a los narcos, hacen tratos con víctimas de asesinato para liberar a un pez gordo del narcotráfico, dejan libres de culpa a policías protectores de las mafias y a efectivos envueltos en el robo de autos en Chile.

Suman y suman los juicios contra el gobernador de Santa Cruz, a quien no le perdonan haberse levantado contra el fraude del cocalero Morales, mientras que los ministros que son el centro del escándalo mundial por haber permitido la carga de un avión comercial en el aeropuerto Viru Viru con un gigantesco volumen de droga, son aplaudidos, felicitados altamente reconocidos en hacen tratos oscuros, coimean la asamblea legislativa. Otros y exigen sobornos en las narices del presidente y reciben un trato suave del gobierno y su justicia podrida.

Uno de los concejales más valientes que ha tenido Santa Cruz es detenido y sentenciado a arresto domiciliario, por seguirle los pasos a uno de los alcaldes más corruptos que se haya conocido, no sólo en Bolivia, pues este personaje es digno de una novela por llevar a Santa Cruz a un régimen «macondiano» que amenaza con destruir la ciudad más pujante de Bolivia.

El trabajador honesto de Bolivia y especialmente el de Santa Cruz, enfrenta mil y una trabas para poder ejercer sus actividades, además de pagar impuestos y cumplir innumerables regulaciones absurdas impuestas por una burocracia abusiva y ladrona. EL MAS ha llevado a límites intolerables la politización de la economía, al extremo de que se ha vuelto un delito producir y exportar, hacer negocios lícitos y generar trabajo honesto. Mientras tanto, los narcotraficantes gozan de la enorme protección de una estructura gubernamental compuesta de numerosas instituciones, ministros y autoridades jerárquicas que están a órdenes de los carteles extranjeros que dominan nuestro territorio.

Estamos en la peor degradación ética y moral que se haya visto en el país. Las organizaciones criminales nos están imponiendo sus reglas, quieren obligarnos a doblar la cerviz y rendirles pleitesía. La política es nada más que una herramienta que han estado usando para conseguir sus fines y todo indica que están a punto de lograrlo. Nuestros gobernantes son sus títeres, ellos son los que mandan, son Los patrones del mal.

Ver más

Artículos relacionados

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Botón volver arriba