UN PEQUEÑO HOMENAJE PARA VIDAL SOSA «EL CARRETERO ENAMORAU»

… El carretero tiene un querer, y a su querencia sabe volver …

Inicio estas líneas con una frase del gran poeta cruceño, don Nicolás Menacho, para rendirle un homenaje a un valeroso hombre, que el designio del Creador quiso que partiera como todos lo haremos algún día, unos más tarde, otros más temprano.

No fue sino hasta mediados del año pasado que lo conocí personalmente, antes lo había visto por televisión, declamando esos poemas como sólo él sabía hacerlo, cantando un taquirari o hablando maravillas de su eterno querer, Porongo.

Recuerdo el último “Día de la Tradición Porongueña”, no hace mucho, el domingo 4 de diciembre pasado, había llovido, la cita era a las 9 de la mañana, y él estaba como siempre, “correteando con las cosas y arreando a la gente” En determinado momento tomó el micrófono y con la autoridad moral que le caracterizaba, en público, llamó la atención a todos los Porongueños, en especial a sus colegas de la municipalidad, y siguió adelante, acomodando sillas, buscando bolsas viejas para la “carrera de embolsau”, pidiendo sogas para poder “parar” el que sería finalmente “el palo encebau”, y no lo vi sentarse ni un ratingo, hasta canastos para los Achachairú le toco conseguir, ¿Cómo no iba a hacerlo? si fue el más ferviente impulsor de aquella Feria del Achachairú, una iniciativa más para mostrar a todos una parte de Porongo.

Era un hombre tan visionario en términos culturales que aún en el 2011 ya estaba pensando en organizar el Tricentenario de la fundación de Porongo y que pese a estar a 3 años del acontecimiento [22-Feb-2014], él ya planificaba un evento a la altura de las circunstancias, “Licen quiero que haya tiempo hasta ´pa pelarle” nos dijo en una de las primeras reuniones que tuvimos con él, mis colegas de la Sociedad Geográfica y el representante del Alcalde. Ese su deseo que lamentablemente su enfermedad no le permitió cumplir, será una tarea que se llevará adelante, porque así lo tienen claro las autoridades de Porongo y aún cuando llegue el día de aquel festejo, y el estandarte municipal continúe con su “crespón” de luto, “El Carretero Enamorau” con alegría declamará desde el cielo, “Vámonos pa Porongo, donde la vida es barata, cuatro quesillos por medio y una pelada de yapa”

Anoche asistí a su velorio, había mucha gente humilde, poca gente de las otras, las que en su gran mayoría “lamentaban su muerte” desde Facebook o que encima de todo hacían clik en “Me gusta”, pero en fin, imagino que es la triste realidad de quienes hacen algo por la cultura del terruño. Pero allá estará “El Carretero Enamorau”, junto con “El Camba Florencio”, “Doña Gladys Moreno” y tantos otros notables de esta tierra, conformando el “Consejo Celestial de Cultura Cruceña”, para que ojalá desde el más allá puedan hacernos reflexionar sobre qué estamos haciendo con nuestro principal patrimonio como cruceños; Nuestra Cultura y Nuestra Identidad.

Paz en tu tumba, fugaz amigo.

(*) Miembro de la Sociedad de Estudios Geográficos e Históricos de Santa Cruz