ArtículosInicioMarcelo Ostria Trigosemana del 9 de ABRIL al 15 de ABRIL

La Asamblea de la OEA en Cochabamba

Del 3 al 5 de junio, la ciudad de Cochabamba será sede del 42º Periodo Ordinario de Sesiones de la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Será la segunda vez que se reunirá en Bolivia; la primera fue en La Paz en 1979.

El tema central fijado para la reunión de Cochabamba es Seguridad alimentaria con soberanía en las Américas; no obstante, el Gobierno se ha encargado de despertar mayores expectativas sobre otro tema: el de la mediterraneidad de Bolivia, dejando entrever que se espera un nuevo pronunciamiento tan favorable como el obtenido en La Paz en 1979.

Luego de las frustradas negociaciones con Chile iniciadas en Charaña en 1975, en la reunión de La Paz la OEA se pronunció exhortando a los dos países –Bolivia y Chile– a que, por la vía de las negociaciones directas, se otorgue a Bolivia un acceso territorial soberano y útil al océano Pacífico. Este, sin duda, fue un extraordinario apoyo a Bolivia, lo que se reiteró en resoluciones aprobadas en las siguientes reuniones de la Asamblea, hasta que se resolvió que el tema marítimo sea inscrito en todas las agendas de las reuniones de la Asamblea General para recibir información de las partes sobre el avance de las eventuales negociaciones.

Las resoluciones de apoyo a Bolivia están vigentes. Tomado esto en cuenta, no queda claro qué más se puede obtener en el próximo cónclave continental de Cochabamba. La OEA no es un tribunal de justicia internacional y no tiene facultad para obligar a un miembro a revisar tratados o a ceder territorios. La resolución de 1979, por ello, solo insta a las partes, lo que, por supuesto, tiene gran valor moral.

Por otra parte, desde 1979 el panorama internacional ha cambiado. El Chile de entonces, casi aislado y resistido por el carácter antidemocrático del Gobierno militar de Augusto Pinochet, no tenía mucho margen para buscar y lograr apoyos. El Chile actual, por el contrario, con un sistema que asegura la libertad de sus ciudadanos y que respeta los derechos fundamentales, además de su excepcional crecimiento económico, tiene más prestigio y mayor campo de acción para captar apoyos en el ámbito internacional.

Mientras tanto, todo indica que el Gobierno de Bolivia ya ha elegido –aparentemente sin retorno– la difícil vía de demandar a Chile ante un tribunal de justicia internacional; no se conoce aún el objetivo preciso de la demanda. Esto cobra importancia si la acción judicial se orienta a la anulación del Tratado de 1904 con el propósito de reivindicar el territorio perdido en 1879, y solo se obtiene que la OEA nuevamente inste –es lo que puede hacer– a Bolivia y a Chile a que negocien una solución práctica de la mediterraneidad, es decir, un acceso soberano para nuestro país. La contradicción, entonces, sería evidente.

Lo cierto es que el Gobierno del presidente Morales irá por líneas de acción paralelas en este asunto trascendental. Insiste en la agenda bilateral boliviano-chilena de los 13 puntos (uno referido a la mediterraneidad) que no progresó –ni se inició una negociación bajo esa agenda–; se pretendería, además, una nueva resolución de la OEA, cuando está vigente la de 1979; y se informa que, simultáneamente, se prepara la demanda ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya. Tres caminos distintos que pueden conducir a la decepción.

Las contradicciones no auguran nada bueno. Cuando se las advierte, hay que corregir el rumbo, con seriedad y sin estridencias.
(eldeber.com.bo/11042012)

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