Evo Morales ha dedicado más de seis años a, primero, poner en blanco y negro un proyecto nuevo de país, el Estado Plurinacional (EP), traducido a la CPE; segundo, pasada la euforia de vencer los obstáculos en la aprobación de la CPE, preparar cuidadosamente la puesta en marcha de la segunda reelección, es decir, su tercer mandato. Mientras tanto, se han hecho cosas al parecer sin orden ni concierto, movidas por el oportunismo tratando de mantener en alto las preferencias de los seguidores: nacionalizaciones, persecución a opositores y disidentes (progresivamente más numerosos, oficialistas al inicio) pero, sobre todo, reforzando lazos con socios externos antiimperialistas, anticapitalistas y anti todo lo ligado a la democracia liberal.
En política todas las situaciones parecen originales, pero en el fondo, se repiten. ¿Los tiempos políticos son cíclicos? Todo parecía bajo control, el 53.7 % era mucho respaldo. Cuestión de guiarse según pautas predeterminadas por ideólogos y asesores. Pasó el tiempo y se demostró que no era tan fácil convencer al país con planteamientos tan radicales. La resistencia entre la ciudadanía más ilustrada, crecía. Se convencieron de que tenían que imponerla a sangre y fuego. Con alto costo en gobernabilidad, retroceso institucional, calidad de la joven democracia y el incipiente Estado de Derecho. Pasados los años, sería interesante conocer la opinión de los principales ideólogos que, como curándose en salud, adelantaron que este era “un Estado experimental” (B.de Sousa Santos). Paga pato, el pueblo boliviano.
Un solo muerto, y me voy. Se gobierna escuchando al pueblo: rechazo al menos de nueve sectores importantes que lo han hecho de palabra, exigiendo diálogo, huelgas, bloqueos y hasta enfrentado la represión. Evo apóstol de los excluidos de siempre, los marginados, los pobres, los discapacitados, pero todos han recibido oportunamente su ración de palo antes que soluciones a sus demandas. Los indígenas de Tierras Bajas reclaman pacíficamente territorio y dignidad desde los ochenta; marcharon en 1991 y siguen marchando el 2012. Por el Tipnis: Chaparina.
Indígenas de Tierras Altas reclaman administración y propiedad de recursos minerales en sus territorios. Se cansaron de tanta promesa y de tanto cuarto intermedio de los funcionarios de gobierno. Conocen la táctica de los burócratas centrales. Allí se pelea dinamita en mano. Los del sur emigran a la Argentina: carecen de agua y, por tanto, de comida. Dejan atrás las tierras más ricas de Bolivia, las que aportan el 85 % del gas que se exporta para el sostenimiento del EP, para enfrentar incertidumbre futuro en tierra extraña. Todos reclaman derechos constitucionales que el gobierno no respeta.
Hoy Evo viaja con “el hermano Mahmoud” a la Cumbre Mundial Rio + 20: denunciará al indigenismo y al ambientalismo, como formas nuevas de imperialismo y colonialismo. Su hermandad ampliada le hace olvidar a los próximos. Todos los organismos independientes nacionales e internacionales le han llamado la atención o, al menos, le han recomendado algo sobre la violación a los Derechos Humanos en el país. Buen momento para la reflexión y para rectificar. Pero al invitar a Rafael Correa a Cochabamba para que grite y amenace a cancilleres y a la propia OEA, así como este viaje mano a mano con el iraní proscrito de la comunidad internacional, por su empeño en un programa nuclear con fines non santos, manifiesta que Evo tiene otras intenciones.
¿Sabe exactamente dónde se está metiendo? ¿Se da cuenta en qué nos está metiendo? Irán es el soporte del despótico gobierno de Siria, que aparentemente no ha sido intervenida por la comunidad internacional, a pesar de la violencia demostrada contra su propio pueblo, por la resistencia de Rusia y de China. Pero ya se mueven buques rusos hacia Taurus, puerto sirio, para proteger sus intereses y, de ser preciso, sacar a sus connacionales del foco del conflicto. Falta la señal de China. ¿Qué pinta Evo en este ajedrez, un conflicto mayúsculo? ¿Seguirán hablando de inversiones en lechería y escuelas de enfermería? Después de casi cuatro años de pomposas firmas de convenio boliviano – iraní el intercambio muestra resultados ridículos: en total 200.000 dólares de exportación y 150.000 de importación, según informes del IBCE a junio 2012. Como los resultados de las conversaciones entre los dos mandatarios se mantienen en secreto, hasta para ellos porque ninguno habla el idioma del otro, solo se pueden hacer conjeturas.
Una y otra vez los ministros salen a explicar el éxito de la economía del Estado Plurinacional. No acaban de convencer: la deuda pública ha crecido tanto como el ahorro reflejado en las reservas (RIN). Las inversiones se han corrido a otros lares. Se hace lo imposible, solo falta una función de mimos y títeres, por atraerla, pero hasta ahora no da resultado. Ante la presión por “industrializar” algo, en serio, se encara la Planta de Urea en Bulo Bulo (Provincia Carrasco) con 1.000 MD prestados del Banco Central a YPFB; todos los criterios técnicos señalan la ubicación como un desacierto, ¿dónde están los mercados? ¿Otro elefante blanco, como siempre, para desilusión del país? Y la Jindal, ¿se va? Riberalta – Guayaramerín, ¿tiene proyecto final? Por el contrario, la buena economía de alguna gente allegada al MAS: está boyante. Pobres de solemnidad hace seis años, ya no lo son más. Tanto éxito económico personal, es difícil de explicar.
A la hora de la verdad el MAS ha descubierto las mieles del poder, el dinero. Todo sugiere que el discurso “revolucionario” se ha convertido en pantalla. La decisión en grande es en pro de una minería extractivista, del modelo de desarrollo depredador consuetudinario y la opción cortoplacista en la inversión donde se consiguen buenos negocios. La economía al servicio del poder. En definitiva, el 37% de la economía en manos del Estado es para garantizar su permanencia en el poder.
Fotografía: Samy Schwartz
Recuerdas cuando aún eramos estudiantes en nuestro gran colegio La Salle? Estábamos en el 3º o 4º de secundaria. El asalto al cuartel Mocada. La incorporación del gauchito Guevara a las filas de M16. Las batallas de Sierra Maestra. La huída de Babtista y la entrada triunfal de los Barbudos a La Habana. BOHEMIA era como un tesoro con algo de diabólico que leíamos a escondidas de Hipólito, Santiago, Gil e incluso de Estanislao. Aquellas escenas grabadas en esas páginas aún me duelen en la retina de mis pupilas como me dolieron desde un comienzo, y que sin embargo, no se si por snobismo o por no quedar de no se qué ante los demás, seguíamos mirándolas y leyendo toda aquella crónica sangrienta.
Sabía el pueblo cubano que era el inicio de su sexagenario calvario de hambre, dolor, llanto y decepción? No.
Va hacer diez años que el pueblo boliviano andino, como en otras tristementes célebres ocasiones, salía a las calles frías y húmedas de La Paz con pitos, flautas, bombos y tambores a festejar la salida del último gobierno serio y realmente democrático que tuvo esta patria antes de este descalabro que ahora sufrimos. Estos, tampoco sabían lo que se nos venía. Nosotros, tú, yó y los que realmente hilamos fino y sabemos leer entre líneas sí lo sabíamos. Pero eramos en esos momentos, y quién sabe hasta ahora, unos hijos de las guayabas de quienes nadie quería saber nada.
Que si Evo sabe dónde se está metiendo? Naturalmente que no tiene ni idea. Los que sí saben son los que manejal los hilos, todos los hilos,los de movimientos y los de transmisión de boca a oídos. Ellos son los que realmente marcan la «cuadra» por la que debe transitar el Presidente. Lo demás, querido, son contumelias.
Economía? Las güifas. Les importa un carajo.
Poder? Ah¡¡ Eso es otra cosa. Lo tienen todo. Desde el portero de la sede de la Arquidiócesis paceña hasta el barredor de la mas alejada misión jesuítica les informan del más mínimo detalle. En la administración pública? Vaya hombre. Pero como dices, el descontento va creciendo como bola de nieve, y ha empezado a rodar desde el mismo interior de su entorno. Y esa bola, llegará hasta donde pueda, y volverá para arrazar. Y sin ser oportunistas, debemos ir aprovechando para aplanar la huella que va dejando y seguirla en el retorno.