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BOSQUES: OPORTUNIDAD ESTRATÉGICA PARA LATINOAMÉRICA ANTE CAMBIO CLIMÁTICO

Por: Alain Muñoz

Los bosques de 8 países amazónicos son una oportunidad estratégica para disminuir el cambio climático, reduciendo la alta deforestación en la región, a través del mecanismo REDD+. Este busca garantizar recursos financieros para conservar esos bosques y mantener los medios de vida de poblaciones rurales e indígenas que viven en ellos. Existen casi 4,5 mil millones de dólares
comprometidos mundialmente, al igual que proyectos y programas REDD+ en ejecución, a pesar que aún se está negociando en la ONU. Esos son algunos resultados preliminares de un estudio encargado por Articulación Regional Amazónica (ARA), que identifica oportunidades y riesgos, y hace recomendaciones técnicas para su adecuado diseño e implementación. El estudio
se presentará en la cumbre climática de Cancún.

La Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de bosques (REDD) fue propuesta porque los gases de efecto invernadero, causantes del cambio climático, provenientes de la pérdida o empobrecimiento de bosques, es casi hasta una quinta parte de las emisiones del mundo. Pero en Latinoamérica, es la principal fuente de emisiones, por encima del sector de energía, el mayor emisor en otros continentes.

La propuesta original, centrada en evitar la deforestación de bosques en peligro, ha ido ampliándose. Actualmente, incluye la conservación de la biodiversidad, el manejo sustentable, y el “enriquecimiento de existencias de carbono”, o aumento del carbono almacenado en los bosques, como acciones adicionales muy efectivas para combatir el cambio climático.

Esa propuesta, conocida como REDD+ (redd plus) entre especialistas, podría mejorar las condiciones de vida de las poblaciones rurales e indígenas de bosques tropicales, generando una “nueva economía sostenible del bosque”, dicen los expertos. Las poblaciones recibirían apoyo técnico y financiero para obtener madera, castaña, y otros productos, sin sobre‐pasar la capacidad de regeneración natural del bosque, conocido técnicamente como manejo forestal sustentable. Al mismo tiempo, REDD+ combatiría el calentamiento global, evitando emisiones por deforestación y degradación de
bosques.

Internacionalmente ya se anunciaron fondos de casi 4,5 mil millones de dólares, para políticas y programas REDD+, destinados a países en desarrollo. Entre otros, los de la Asociación Mundial para REDD+ ($ 4 mil millones), Forest Carbón Partnership Fund ‐ FCPF (US$ 385 millones), y UN‐REDD+ (US$ 74 millones).

Ya existen 9 programas nacionales aprobados dentro del fondo para REDD+ de la ONU, fundamentalmente dirigidos a desarrollar las capacidades de los gobiernos para ejecutar proyectos de ese tipo. Por otra parte, en 6 países amazónicos, ya existen al menos 25 iniciativas, en etapas de diseño e implementación, de proyectos REDD+ de escala sub‐ nacional.

Los autores del estudio consideran que pueden haber “riesgos para el clima, los bosques y las poblaciones que residen en ellos” si no se diseña e implementa adecuadamente REDD+ en la cuenca amazónica. Por ello, dan recomendaciones técnicas referidas a la escala  de implementación, a los registros nacionales, y a la contabilidad de la reducción de emisiones.

Igualmente, tiene recomendaciones para los marcos normativos, técnicos e institucionales, ya que los existentes son insuficientes o deficientes, como lo ejemplifica la falta de sistemas  eficaces de seguimiento de los bosques o del uso de la tierra, en todos los países con  excepción de Brasil.

Las recomendaciones se extienden al tema de las fuentes y tipos de financiamiento, sobre el que no hay acuerdo entre países. Algunos se inclinan por fondos multilaterales, como el creado por la ONU. Otros, por donaciones voluntarias bilaterales, entre un país desarrollado y otro en desarrollo. También se considera mecanismos de compra‐venta o transacciones privadas en el mercado mundial. Hay países que optan por un esquema mixto público‐ privado, mientras que otros aún no han definido su posición.

Los autores consideran que debe prestarse atención a la participación de los interesados, especialmente asegurar los derechos de los pueblos indígenas, tomando en cuenta sus intereses. También deben considerarse los planes de desarrollo nacional, u otros temas técnicos, como la línea base de los proyectos, y el ámbito de aplicación.

El estudio tiene una sección común de análisis de toda la Amazonia como un conjunto y, además, incluye perfiles de cada país. Se realizó recopilando información existente, y también visiones, no necesariamente coincidentes. Su contenido es responsabilidad de los autores, y no refleja necesariamente la opinión de ARA, porque es una primera aproximación hacia la compilación integrada de información y visiones, a escala pan amazónico.

Los resultados preliminares serán presentados en Cancún, durante el Evento Paralelo organizado por IDESAM en la cumbre climática, el 1 de diciembre, a las 16:45, en la Sala MAMEY del Cancún Messe. ARA está compuesta por 34 organizaciones de países amazónicos, organizadas por capítulos nacionales autónomos, articulados en una plataforma regional. Tiene enfoque de cuenca, superador de fronteras nacionales, y sus objetivos principales son promover el uso y aprovechamiento sostenible del bosque, y combatir las causas de la deforestación.

30 noviembre, 2010

Alain Muñoz

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