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LE TOMAMOS LA PALABRA

Bolivia firmó el 7 de diciembre de 2012 un histórico Protocolo de Adhesión para pasar de Estado asociado, a Estado Parte del así llamado Mercado Común del Sur (Mercosur), proyecto integracionista que luego de 21 años está lejos de ser un “Mercado Común”, pese a que tenía planeado llegar a serlo en 1994.

Un mercado común implica tener consagrada una zona de libre comercio, una unión aduanera bien formada, y el libre tránsito de personas, capitales y servicios, camino hacia la total integración como lo hizo la Unión Europea.

Habida cuenta de las varias preocupaciones sobre el “ingreso” de Bolivia al Mercosur, resulta pertinente hacer ciertas aclaraciones sobre tan ríspido tema.

Primero: Esta apuesta integracionista no es nueva, ya que Gonzalo Sánchez de Lozada la intentó también -sin éxito- en los años ´90.

Segundo: Sobre la posible invasión de productos mercosurianos a nuestro mercado -en honor a la verdad- rige ya la zona de libre comercio negociada por Sánchez de Lozada que ha derivado en un descomunal déficit por más de 2.000 millones de dólares/año para el país (“desgasificando” el comercio con Brasil y Argentina, como corresponde). Por tanto, ya estamos “invadidos”.

Tercero: Que Bolivia sea Miembro Pleno del Mercosur sin dejar la CAN solo será posible si el país se desembaraza de sus compromisos arancelarios con la Comunidad Andina (CAN) para que pueda aplicar la Tarifa Externa Común (TEC) del Mercosur. Venezuela dejó la CAN para poder “entrar” al Mercosur.

Cuarto: Preocupa la posible pérdida del mercado andino, porque la CAN es complementaria y abierta a Bolivia, mientras Mercosur compite a gran escala y frena nuestras ventas con valor agregado. Salir de la CAN implicaría el riesgo de renegociar bilateralmente el libre acceso a Colombia, Perú y Ecuador.

Quinto: En cuanto a las bajas ventas al Mercosur (excepto gas natural), ¿no resulta curioso que muchos productos bolivianos entren sin problema a Europa y EEUU, pero no a ese bloque? No es fruto de la incapacidad empresarial…

Sexto: Aplicar la TEC del Mercosur podría implicar el aumento de aranceles contra Europa, EEUU y Asia, beneficiando al Mercosur que tiene libre acceso al mercado boliviano (desvío de comercio) o, el no poder negociar acuerdos con terceros si la unión aduanera derivara en una “camisa de fuerza”.

Séptimo: Avanzar en procesos de integración es bueno para que el PIB crezca más, pero el éxito dependerá de que el Estado promueva la competitividad sistémica del país, habida cuenta que todo lo que el privado pueda invertir y mejorar en tecnología de poco valdrá frente a los bloqueos, paros, avasallamientos de tierras, tomas de minas y restricciones de todo orden. De otra manera, será una aventura más.

En relación a todas estas cuestiones y temores, la Cancillería ha comprometido -a nombre del Gobierno boliviano- que definitivamente nada de aquello pasará: Bolivia jamás dejará la CAN. Se hará sendas reservas a la TEC. Podremos negociar bilateralmente acuerdos de libre comercio con terceros. Se cuidará las ventas a Venezuela. Una vez Bolivia tenga derecho a voz y voto, reclamará que el libre comercio funcione no solo a favor del Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay, sino que también permita venderles productos con valor agregado, fruto del esfuerzo de los bolivianos. Y algo importante, se ha comprometido a un sinérgico trabajo público-privado a fin de minimizar lo malo y maximizar lo bueno. Nosotros le tomamos la palabra…

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