Armando Méndez MoralesArtículosIniciosemana del 12 de ENERO al 18 de ENERO

VIENE EL TIEMPO DE LA AUSTERIDAD

La economía boliviana ha cerrado bien el año 2014. Las estimaciones señalan que el crecimiento del PIB superó el 5 por ciento, con lo que se tiene un crecimiento acumulado anual, en el segundo periodo de gobierno del Presidente Morales, del 5,3 por ciento, un buen indicador para las características estructurales de nuestra economía. Esta situación se explica por las altas exportaciones que el país realizó lo que le permitió financiar todas las importaciones que requiere la actividad económica. Jugó también un rol importante el alto gasto público.

La tasa de inflación medida por el Indice de Precios al Consumidor (IPC) da un indicador del 5,2 por ciento para el año 2014, menor al observado para el año 2013 que fue del 6,5 por ciento. En los nueves años de gobierno del Presidente Morales se tiene una tasa acumulada anual también de este mismo orden.

Para mucha gente el indicador de la inflación medido por el IPC, no es creíble. ¿Por qué? Lo que la gente no se percata es que este índice es un promedio que mide el comportamiento de precios de 364 bienes y servicios en las nueve ciudades capitales del país, para lo que El Alto y La Paz se consideran como una sola ciudad. Si se toma en cuenta sólo el rubro de alimentos la inflación, a nivel nacional, fue del 6,9 por ciento, para el año 2014, mayor que para el conjunto de rubros.

Lo que no se destaca es que hay una gran varianza de comportamiento en los precios que observa el INE, mensualmente. Así por ejemplo, para La Paz, en el rubro de alimentos, el precio de la papaya aumentó un 63 por ciento si se compara el precio vigente a diciembre de 2014 con el vigente a diciembre de 2013. Contrariamente la lechuga había caído en una proporción similar, en el mismo periodo. El segundo producto más inflacionario había sido la carne de cerdo con un 13 por ciento y el segundo más negativo había sido la uva con el 35 por ciento. Pero el promedio anual, que se obtiene de los datos que publica el INE,  para el rubro de alimentos en La Paz fue de sólo del 3,2 por ciento anual. La gran interrogante que queda es: ¿por qué se genera esta elevada variabilidad de precios?

Tres años antes, a que comenzará su primer periodo de gobierno, el Presidente Morales, se inició un proceso económico inédito, el superávit en nuestras relaciones comerciales con el mundo. Con un modesto uno por ciento del PIB durante el año 2003, subió los siguientes años hasta alcanzar al 12 por ciento, su cenit en los años 2006, 2007 y 2008. En los siguientes años fue cayendo y, es posible, que el 2014 hubiese cerrado con un superávit menor al dos por ciento.

Pero no sólo el país presentó superávit comercial sino también en sus movimientos de capital. Durante estos años ingresaron capitales ya sea en la forma de inversiones como también en la forma de endeudamiento público. Por ambos lados se produjo lo que se denomina superávit en balanza de pagos. ¿Qué se hizo con este superávit? Se acumuló en el Banco Central bajo la forma de reservas internacionales y que están el orden del 45 por ciento del PIB.

Un segundo hecho inédito es la presencia de superávit en las cuentas del sector público. Una característica anterior era el continuo déficit fiscal, lo que conllevaba a un necesario endeudamiento. Desde el año 2006 hasta el año 2013 se tuvo superávit fiscal global. Pero este superávit se generó en las cuentas de los gobiernos departamentales y municipales, pero no del gobierno central. El año 2014, ya lo anunció el gobierno, se ha tenido un déficit global.

Otro hecho para destacar desde el año 2003 es que el sector privado ahorra más allá de lo que invierte.

Lo señalado se traduce en fortalezas que le pueden permitir bandear la significativa caída de ingresos por exportación que se espera acontezca este año, principalmente por las exportaciones de gas. Esto traerá como consecuencia importante la caída de ingresos fiscales, dado que el Estado absorbe un monto muy alto de la renta petrolera. Como existen reservas internacionales y ahorro público se puede mantener la dinámica de las importaciones, para que la economía siga expandiéndose por el esfuerzo privado. Esto implica un prudente gasto público, principalmente en inversión.

Pero para que la economía del país no tenga a futuro serios problemas tiene que disminuir la dinámica de crecimiento, impulsada por el gasto fiscal, que manifiesta la economía boliviana. Esto implica que llegó el tiempo de la austeridad fiscal y el tiempo de dar mucha confianza al sector privado para que continúe con la dinámica de expansión sostenida demostrada en estos años. Esto significa no más controles de precios, no más cuotas de exportación y, sobre todo, ninguna prohibición a las importaciones.

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