Carnaval y Neocolonialismo
Noticia: Dichos de Cárdenas son ‘un ataque’ al departamento de Santa Cruz. La gobernadora de Santa Cruz, Ruth Lozada, cuestionó las declaraciones del viceministro de Descolonización, Félix Cárdenas, quien según un diario cruceño, afirmó no entender el origen y las costumbres que caracterizan al carnaval cruceño. (El Mundo 25/01/15).
() Comentario: No es la primera vez que me refiero al tema, y nada hace suponer que será la última. El neocolonialismo se incrementó notablemente desde el inicio de este gobierno.
¿Es honesto el neocolonialismo masista, a la luz de su tan mentada «descolonización»? ¿Es compatible un país plurinacional, con el colonialismo interno? ¿Plurinacional no es acaso un conjunto de naciones viviendo en un solo Estado? ¿No se supone que en un país así, se debe respetar y fomentar las diferentes nacionalidades? ¿El colonialismo es malo cuando viene del imperio, pero bueno cuando ellos lo ejercen?
El Viceministro de «descolonización» manifestó: «no entender el origen y las costumbres que caracterizan el carnaval cruceño» (El Día 25 01 15). ¿Por qué Cárdenas tiene que entender el carnaval Cruceño? ¿Acaso yo entiendo el Tinku sangriento, los sacrificios de llamas en pleno tercer milenio y los sahumerios en el Palacio Quemado? Estas declaraciones son un atrevimiento. La Nación Camba se respeta, sin ella Bolivia ni vive, ni come.
Lo dicho por Cárdenas contrasta con lo expresado por Evo Morales, que declaró el carnaval cruceño como patrimonio cultural de Bolivia, aunque sea por iniciativa de otros en campaña electoral.
Dice el periódico oficialista La Razón, del 6 de febrero de 2013: «Entre chovena, carnavalito y saya el presidente Evo Morales firmó la ley 340, que declara a la fiesta cruceña Patrimonio Cultural de Bolivia».
Expresa la ley 340: «Artículo 1°.- Se declara al Carnaval Cruceño denominado «FIESTA GRANDE» de las cruceñas y los cruceños, Patrimonio Cultural del Estado Plurinacional de Bolivia, como expresión viva y de salvaguarda de los valores de las culturas tradicionales y populares, así como sus vestimentas, danzas, músicas, mitos, costumbres tradicionales y folklore, que le otorgan identidad nacional y su significativa importancia social y económica para el Departamento de Santa Cruz y el Estado Plurinacional de Bolivia.
Artículo 2°.- Se deberán establecer medidas e implementar políticas interinstitucionales públicas y privadas para proteger, preservar, promocionar y fortalecer al Carnaval Cruceño, «FIESTA GRANDE», como manifestación tradicional, popular y actividad turística y económica de interés nacional. Las Entidades Territoriales Autónomas establecerán mecanismos para su regulación y normas necesarias para evitar su apropiación, distorsión y destrucción, en el marco de sus competencias».
Si el «descolonizador» Cárdenas no entiende, le recomiendo dos cosas:
1) Enterarse de las leyes que promulga su propio gobierno.
2) Preguntarle al Presidente Morales, Lilly Gabriela Montaño Viaña, Betty Asunta Tejada Soruco, Andrés Agustín Villca Daza, Marcelina Chavez Salazar, Galo Silvestre Bonifaz y a Angel David Cortéz, «creadores» de la ley. ¡Me imagino que conversará con ellos!
Bolivia necesita transformarse en estado plurinacional verdadero, como son la gran mayoría de los países del mundo moderno. Debemos pasar de las declaraciones constitucionales, de las leyes y de la retórica oficialista, al mundo real. Lo que implica, crear un estado de naciones diferentes, unidas en un estado que las valore y las respete. Declaraciones como las de Cárdenas, no van por ese camino. La ofensa a una nación, debería implicar una destitución inmediata.
Un apunte final, ¿el hecho que Su Excelencia y las altas autoridades del MAS no dicen nada, supone que están de acuerdo con Cárdenas? La prensa independiente debiera preguntarle.
EL PODER COLONIALISTA ATACA DE
NUEVO
Por Álvaro
Jordán
Las declaraciones de Félix Cárdenas
en relación al carnaval cruceño no tendrían ninguna importancia si hubieran
sido emitidas en su calidad de ciudadano. Caerían como una expresión de la libertad de opinión,
libertad de la cual los cruceños siempre nos hemos distinguido como sus defensores.
Además la pequeñez del personaje no amerita darle mayor significado a semejante
retahíla de exabruptos.
Pero estas mismas declaraciones
emitidas por un alto funcionario del ministerio de cultura del gobierno, a
pesar del bajo nivel del conocimiento que reflejan, de cualquier modo expresan
el pensamiento político del gobierno y, en su expresión de poder, configuran
toda una determinación de avasallamiento cultural. Afrenta que no es otra cosa
que la intención de matar el alma de los pueblos sometidos, como lo dijo el
vicepresidente en los cursos impartidos a sus cuadros de activistas, en su afán
de masificar las campañas de humillación a la dignidad de nuestros pueblos y consolidar el
sometimiento a la hegemonía aimara, promovida por el centralismo del estado, liderado
ahora por el aimara Evo Morales Aima y apoyado en la militancia del MAS.
Lo primero que hay que resaltar es,
que de las cuestiones internas del pueblo cruceño, nadie que no sea nacido o
residente permanente en Santa Cruz tiene derecho a “pedir a los habitantes de
Santa Cruz explicar el origen de su carnaval”, (sic) con la intención del
vocero del poder en el que el pedido
suena a una imposición. Todo pedido de extraños, de gente que no pertenece a
nuestro territorio debe hacerlo con todas las formalidades del respeto que
merecen todos los pueblos del mundo y no en esta forma agresivamente devaluadora
como es cuando este sujeto indica que “no cree que sea parte de la cultura” ya,
que aseguró, que “no se trata de bailar por bailar”.
Las declaraciones de este personaje,
extraño a Santa Cruz, por decir lo menos, son una insolencia, un insulto, que
rechazamos en defensa de la dignidad mellada y en desagravio de nuestra cultura
declaramos la prohibición a este individuo a ser aceptado en Santa Cruz.
En su afán de justificar sus bajas
intensiones este falsario miente, se inventa, calumnia a la cultura de Santa
Cruz. Sólo por respeto a los lectores que
han recibido esta aviesa información queremos hacerles conocer que el
carnaval de Santa Cruz tiene los mismos orígenes de los carnavales de este remendado
de naciones, que el centro colonial españolista en compensación al aporte de
Bolivar a la consolidación de la neocolonia republicana, llamó Bolivia.
Es el mismo carnaval heredado de la
colonia española con los matices que le imprimen los pueblos nativos, los que por
supuesto los de la cuenca amazónico platense son muy distintos a los del altiplano e incluso
entre ellos se pueden apreciar diferencias sustanciales.
Una diferencia básica es que los de
La Paz se anclaron en disfrazarse con los vestidos españoles del siglo 16,
condición que utilizan los dueños del poder para hacerles creer que así
reivindican sus orígenes nativos cuando con ello logran la sumisión
inconsciente de sus miembros para imponer la explotación interna del
centralismo.
En Santa Cruz a pesar de tener
autoridades autóctonas, que no dejan de ser agentes del colonialismo interno,
cuya carrera política se logra con genuflexiones a todos los mandamases del
estado colonial como a Banzer, Sánchez y Morales, la influencia popular
introduce modificaciones que hacen un carnaval muy distinto al del altiplano
como expresión de una cultura que no
tiene nada que ver con la andina. La vestimenta del carnaval tradicional está
permanentemente cambiando siguiendo la influencia de la modernidad internacional,
particularmente de los centros carnavaleros más importantes del mundo como el
del Brasil. Hay otra diferencia, todavía más sustancial que se viene dando en
las tres últimas décadas. Ya, antes de que se gestaran las históricas marchas
de nuestros pueblos, de Santa Cruz, Beni, y Pando por la defensa del
territorio, el derecho a la autodeterminación, el reconocimiento y respeto a la
ciudadanía que dio origen al cambio constitucional, empezó a surgir un nuevo movimiento
artístico y cultural desde las bases del pueblo, de profundo contenido nativo y
que llena los vacíos de principios morales que crean las imposiciones del poder
del coloniaje interno. Fue el Profesor
Héctor Molina quien lideró el movimiento de intelectuales iniciadores del
rescate de los valores culturales nativos, quien a su vez, recogió estos
contenidos y organizó los primeros grupos de danzas folklóricas, que
devinieron en los conjuntos de ballet
folklórico que imponen cada vez más su estilo en el carnaval del cruceño.
En Santa Cruz vienen evolucionando
dos carnavales, reflejo de la competencia de las corrientes políticas,
económicas y culturales enfrentadas a nivel nacional e internacional. El
carnaval tradicional, expresión del colonialismo republicano, si bien tiene
diferencias, ya mencionadas, aparentemente significativas con el paceño en el
fondo son lo mismo, sirven a la manipulación del poder colonial para sostener
el statu quo dominante. Son instrumentos del papel degradante del mismo, mediante
la idiotización de la población, lograda a través del consumo exagerado de las
bebidas alcohólicas. Con todo el respaldo oficial, se facilita la distribución
al por mayor y al por menor de cerveza paceña en todo el país, imprimiendo así
en el inconsciente popular una actitud de simpatía con la metrópolis del coloniaje
interno. Desvían de esta manera, la atención de los problemas de la dependencia colonial.
El otro carnaval cruceño es el que irrumpe
vigoroso en Santa Cruz a pesar de la resistencia del oficialismo a reconocerlo.
Al principio debutó en lugares marginales, su fuerza y reconocimiento popular lo
impusieron en los espacios oficiales transformándose en componente
imprescindible de las fiestas por su originalidad, por su diversidad, por
rescatar en un ambiente de hermandad los contenidos culturales nativos y
mestizos de la población, por la belleza que le imprime la juventud que lo
caracteriza, pero más que todo por su papel regenerador espiritual de la
población ya que es un movimiento cultural que ha logrado atraer a la gente
joven alrededor de una actividad artística y al margen de la degradación propia
del alcohol, tradicionalmente promovido por el poder con el nombre de la
cerveza paceña.
En Santa Cruz se viene planteando
en los carnavales la competencia creativa y positiva de dos estilos
culturales, expresivos de las luchas
políticas e ideológicas enfrentadas mundialmente por mantener el control del
poder para unos y por la defensa de los intereses humanistas por el otro. Pero,
¿qué podemos explicar de esto a los agentes del poder?, cuya cualidad
justificativa es precisamente la ignorancia.
En las Tierras del Libertador
Grigotá
Enero de 2015
EL PODER COLONIALISTA ATACA DE
NUEVO
Por Álvaro
Jordán
Las declaraciones de Félix Cárdenas
en relación al carnaval cruceño no tendrían ninguna importancia si hubieran
sido emitidas en su calidad de ciudadano. Caerían como una expresión de la libertad de opinión,
libertad de la cual los cruceños siempre nos hemos distinguido como sus defensores.
Además la pequeñez del personaje no amerita darle mayor significado a semejante
retahíla de exabruptos.
Pero estas mismas declaraciones
emitidas por un alto funcionario del ministerio de cultura del gobierno, a
pesar del bajo nivel del conocimiento que reflejan, de cualquier modo expresan
el pensamiento político del gobierno y, en su expresión de poder, configuran
toda una determinación de avasallamiento cultural. Afrenta que no es otra cosa
que la intención de matar el alma de los pueblos sometidos, como lo dijo el
vicepresidente en los cursos impartidos a sus cuadros de activistas, en su afán
de masificar las campañas de humillación a la dignidad de nuestros pueblos y consolidar el
sometimiento a la hegemonía aimara, promovida por el centralismo del estado, liderado
ahora por el aimara Evo Morales Aima y apoyado en la militancia del MAS.
Lo primero que hay que resaltar es,
que de las cuestiones internas del pueblo cruceño, nadie que no sea nacido o
residente permanente en Santa Cruz tiene derecho a “pedir a los habitantes de
Santa Cruz explicar el origen de su carnaval”, (sic) con la intención del
vocero del poder en el que el pedido
suena a una imposición. Todo pedido de extraños, de gente que no pertenece a
nuestro territorio debe hacerlo con todas las formalidades del respeto que
merecen todos los pueblos del mundo y no en esta forma agresivamente devaluadora
como es cuando este sujeto indica que “no cree que sea parte de la cultura” ya,
que aseguró, que “no se trata de bailar por bailar”.
Las declaraciones de este personaje,
extraño a Santa Cruz, por decir lo menos, son una insolencia, un insulto, que
rechazamos en defensa de la dignidad mellada y en desagravio de nuestra cultura
declaramos la prohibición a este individuo a ser aceptado en Santa Cruz.
En su afán de justificar sus bajas
intensiones este falsario miente, se inventa, calumnia a la cultura de Santa
Cruz. Sólo por respeto a los lectores que
han recibido esta aviesa información queremos hacerles conocer que el
carnaval de Santa Cruz tiene los mismos orígenes de los carnavales de este remendado
de naciones, que el centro colonial españolista en compensación al aporte de
Bolivar a la consolidación de la neocolonia republicana, llamó Bolivia.
Es el mismo carnaval heredado de la
colonia española con los matices que le imprimen los pueblos nativos, los que por
supuesto los de la cuenca amazónico platense son muy distintos a los del altiplano e incluso
entre ellos se pueden apreciar diferencias sustanciales.
Una diferencia básica es que los de
La Paz se anclaron en disfrazarse con los vestidos españoles del siglo 16,
condición que utilizan los dueños del poder para hacerles creer que así
reivindican sus orígenes nativos cuando con ello logran la sumisión
inconsciente de sus miembros para imponer la explotación interna del
centralismo.
En Santa Cruz a pesar de tener
autoridades autóctonas, que no dejan de ser agentes del colonialismo interno,
cuya carrera política se logra con genuflexiones a todos los mandamases del
estado colonial como a Banzer, Sánchez y Morales, la influencia popular
introduce modificaciones que hacen un carnaval muy distinto al del altiplano
como expresión de una cultura que no
tiene nada que ver con la andina. La vestimenta del carnaval tradicional está
permanentemente cambiando siguiendo la influencia de la modernidad internacional,
particularmente de los centros carnavaleros más importantes del mundo como el
del Brasil. Hay otra diferencia, todavía más sustancial que se viene dando en
las tres últimas décadas. Ya, antes de que se gestaran las históricas marchas
de nuestros pueblos, de Santa Cruz, Beni, y Pando por la defensa del
territorio, el derecho a la autodeterminación, el reconocimiento y respeto a la
ciudadanía que dio origen al cambio constitucional, empezó a surgir un nuevo movimiento
artístico y cultural desde las bases del pueblo, de profundo contenido nativo y
que llena los vacíos de principios morales que crean las imposiciones del poder
del coloniaje interno. Fue el Profesor
Héctor Molina quien lideró el movimiento de intelectuales iniciadores del
rescate de los valores culturales nativos, quien a su vez, recogió estos
contenidos y organizó los primeros grupos de danzas folklóricas, que
devinieron en los conjuntos de ballet
folklórico que imponen cada vez más su estilo en el carnaval del cruceño.
En Santa Cruz vienen evolucionando
dos carnavales, reflejo de la competencia de las corrientes políticas,
económicas y culturales enfrentadas a nivel nacional e internacional. El
carnaval tradicional, expresión del colonialismo republicano, si bien tiene
diferencias, ya mencionadas, aparentemente significativas con el paceño en el
fondo son lo mismo, sirven a la manipulación del poder colonial para sostener
el statu quo dominante. Son instrumentos del papel degradante del mismo, mediante
la idiotización de la población, lograda a través del consumo exagerado de las
bebidas alcohólicas. Con todo el respaldo oficial, se facilita la distribución
al por mayor y al por menor de cerveza paceña en todo el país, imprimiendo así
en el inconsciente popular una actitud de simpatía con la metrópolis del coloniaje
interno. Desvían de esta manera, la atención de los problemas de la dependencia colonial.
El otro carnaval cruceño es el que irrumpe
vigoroso en Santa Cruz a pesar de la resistencia del oficialismo a reconocerlo.
Al principio debutó en lugares marginales, su fuerza y reconocimiento popular lo
impusieron en los espacios oficiales transformándose en componente
imprescindible de las fiestas por su originalidad, por su diversidad, por
rescatar en un ambiente de hermandad los contenidos culturales nativos y
mestizos de la población, por la belleza que le imprime la juventud que lo
caracteriza, pero más que todo por su papel regenerador espiritual de la
población ya que es un movimiento cultural que ha logrado atraer a la gente
joven alrededor de una actividad artística y al margen de la degradación propia
del alcohol, tradicionalmente promovido por el poder con el nombre de la
cerveza paceña.
En Santa Cruz se viene planteando
en los carnavales la competencia creativa y positiva de dos estilos
culturales, expresivos de las luchas
políticas e ideológicas enfrentadas mundialmente por mantener el control del
poder para unos y por la defensa de los intereses humanistas por el otro. Pero,
¿qué podemos explicar de esto a los agentes del poder?, cuya cualidad
justificativa es precisamente la ignorancia.
En las Tierras del Libertador
Grigotá
Enero de 2015