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Incendian el horizonte sin pedir permiso

Susana Seleme Antelo

Contraria a cualquier tipo de descentralización, autonomía o federalismo, en Bolivia se aplica “la línea dada por Fidel (Castro+) y Hugo (Chávez +) desde 2006”, según confesó Evo Morales en 2018.

Aunque las autonomías departamentales están inscritas en la Constitución desde 2009, son letra muerta de la ley. Como las indígenas, regionales y provinciales. Muchas autonomías para inhabilitarlas a todas, y facilitar la concentración de todos los poderes en la persona del autócrata Morales. Además del económico: 87% de la riqueza que genera el país, los maneja el centralismo.

No le satisfacen todos los espacios del poder que ya controla o manipula, además de las purgas políticas a opositores, a otros sectores, comprando o neutralizando medios de comunicación. Hoy va por la captura del territorio más apetecido por su impronta económica y su creciente población: Santa Cruz. Ordena invadir el territorio con sus adictos colonizadores/okupas, que van “tumbando el horizonte y sin pedir permiso”, como sentenció Oscar Zambrano en la Cantata Elay.

Por sus extensas fronteras con Argentina y Brasil, sin resguardo alguno, desde Santa Cruz sale el contrabando de la rica madera de los bosques depredados de la Chiquitania, piedras preciosas, oro, hasta el uranio del precámbrico. También sale la ‘mercancía cocaína’. Dicen que es la ruta predilecta del narcotráfico.

Es también el territorio donde el tráfico de tierras, implementado por el Instituto Nacional de Reforma Agraria(INRA) tiene su mayor mercado. Distribuye territorio, traslada gente a la Chiquitania y amarra clientela política y votos. Son los ‘colonizadores interculturales’ que pretenden cultivar hoja de coca, la materia prima de la cocaína, en tierras chiquitanas. Hay otros ‘colonos’ que se dicen ‘sin tierra’, igual que tantos nativos de la zona que tampoco la tienen.

Hasta ahora, la ocupación del territorio no tuvo sobresaltos, pese a que había reclamos locales. El fuego descontrolado desde hace 43 días destapó la repartija de tierras en territorio cruceño. Los incendios han consumido 2 millones de hectáreas, de ellas 900 en áreas de reserva.  Aunque el INRA lo niega, el director de la Fundación Tierra, Gonzalo Colque, señala que las tierras afectadas por los incendios, son precisamente aquellas que el INRA repartió desde 2018 a comunidades interculturales, a movimientos sin tierra y a gremios sindicalizados, clientes políticos del régimen.

Los indicios apuntan a que la causa directa del fuego, ha sido la acción de colonizadores de Morales. Mientras bomberos y voluntarios, hombres y mujeres apagan los incendios, hay inescrupulosos que los reactivan o inician nuevos. ¿Será en vano la muerte del voluntario Pablo Miguel Suarez Núñez, beniano afincado en La Paz, quien falleció de un infarto de miocardio, mientras los combatía?

Los incendios forestales en la zona obligaron a destituir a la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Bosques y Tierras (ABT), instancia oficial encargada de cuidar los bosques, dar permiso, o no, para desmonte con chaqueo, roza y quema de bosque. La ABT autorizó la ocupación de Tierras de Producción Forestal Permanente en los bosques Seco Chiquitano, Cerrado y Chaco.

La deforestación masiva, sin respeto a la vocación de uso de suelo, ocurre porque ni el INRA ni la ABT les dijeron a los colonos de sus usos, ni de los Derechos de la Tierra, más que Madre, entenada. Tanto, que el régimen pretende expandir la frontera agrícola, de 3.3 millones de Ha. actuales, a 13 millones hasta el año 2025. Es su patrón de acumulación extractivista, depredador e incendiario, que agrede el presente y el futuro de Santa Cruz, de Bolivia y de su gente.

Morales y compañía no saben, o no quieren saber, que la expansión de la frontera agrícola, actualmente, se esmera en la productividad, la innovación y la tecnología.

Expertos internacionales en incendios sobrevolaron la zona y han advertido que se observa un “comportamiento extremo del fuego”, y que “la situación puede ser deplorable”, informó el Gobernador cruceño Rubén Costas Aguilera, en conferencia de prensa (9.IX.19)

Por su parte, campesinos y miembros del partido de Morales (MAS) amenazan con cercar la gobernación en rechazo a la Declaratoria de Pausa Ambiental, que prohíbe los asentamientos en las zonas afectadas por los incendios en la Chiquitania.

Morales ni se inmuta, mientras Santa Cruz vive un desastre de proporciones catastróficas, con la Chiquitania militarizada. ¿Espera que haya más muertos, que esa tierra se convierta en un páramo, que sus huestes sigan incendiando el territorio y se borre todo vestigio de solidaridad?

La lucha de alta y baja intensidad contra el centralismo fue y es de toda la vida. Nunca tan descarnada como en los 14 años de Morales. Este es el momento de la reivindicación histórica de la autonomía, o de la federalización de las autonomías.

Y nadie podrá sindicar a Santa Cruz de ‘levantisca’, separatista, regionalista, divisionista o racista, porque no lo fue, ni lo es. Hoy en Santa Cruz está la Bolivia diversa como síntesis de múltiples determinaciones, la que reclama democracia republicana que respeta las diferencias y el Estado de Derecho.  También la Bolivia que rechaza el pensamiento absoluto y el partido único que impulsa Morales, vengan de donde vengan.

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