Alfredo Leigue
Cuando los pioneros cruceños de los cincuenta y los sesenta son desplazados por las logias vernáculas secretas cruceñas denominadas eufemísticamente como grupos de poder, se suponía que estos grupos organizados, con contenido ideológico y con una mística de participación llevarían a Santa Cruz a un sitial sin parangón y a una ética espartana inquebrantable de trabajo y corrección. Y ni que dudar, a la preparación para el momento estelar, para la resolución de la contradicción entre el ser y no ser, para el jugarnos o no jugarnos que finalmente devino en la derrota y frustración de los últimos acontecimientos por todos conocidos.
Sin embargo estas agrupaciones comieron de la fruta prohibida y pecaron en dos dimensiones imperdonables. Por un lado cayeron en la tentación totalitaria. Casi logran apoderarse de toda institución cruceña y controlar prácticamente a todo bicho que caminaba por estos lares. Creando categorizaciones implícitas de cruceños y dividiéndolos entre los que están y los que no están o dicho de otra manera entre los comensales invitados al banquete y los mirones de palco, ni mas ni menos como aquellos que miraban desde los ventanales abarrotados del Club Social. El otro pecado fue la tentación de ceder al hambre atávica. Las cooperativas e instituciones con su acelerado crecimiento y la contribución del pueblo cruceño genero rápidamente un importante acervo de capital e ingresos nunca antes visto en Santa Cruz, el plato era abundante y algunos no supieron aguantar. Formaron empresas proveedoras, excluyeron a muchos y se repartieron el banquete entre los comensales “iniciados” en las sociedades secretas.
Por eso es que finalmente estas organizaciones que terminaron siendo nomas con “fines de lucro” protagonizaron la gran tomadura de pelo de los últimos treinta años. Enumerando:
1. No resolvieron el tema de la contradicción con los intereses de la “Geopolítica del Macizo Andino” , es mas nos han dejado en la peor situación estratégica y de correlación de fuerzas nunca antes sufrida por los cruceños. Al punto que estamos ante una patente capitulación y entrega de sables por parte de las autoridades cruceñas por lo que ya no corresponde denominarla liderazgo.
2. La ética espartana y la mística de renunciación que podía rodear y ser el aura de estas organizaciones nunca existió. Lo que hubo es una merienda de negros vergonzosa. Nada de apertura y peor transparencia.
3. El discurso de Democracia y libertad de parte de la dirigencia fue mas o menos decir “hagan lo que digo pero no lo que hago”.
Lo que menos hemos practicado ha sido democracia. Estamos plagados de elecciones corporativas y telarañas estatutarias para impedir que participen y logren llegar los que no tienen el “placet” de la cúpula de la organización. Por otro lado el discurso de libertad también es falso. Hemos sido expertos en confeccionar listas negras y en nombramientos de “enemigos” de Santa Cruz. En las sesiones de los popes de estas organizaciones se han relamido definiendo suertes y destinos de los contestatarios y renegados a sus designios. De terror. Surrealista. Digno de mentes bien rayadas.
Y es cierto, los burros se subieron al corredor. Estamos desmoralizados y de manos atadas. No hay conducción. Tampoco liderazgo. Peor discurso. Ideología? Ni hablar. El agua esta lejos y el sol esta que pela. Que hacer? Actuar y tomar riesgos. Como lo estoy haciendo al escribir estas líneas. Como lo hicieron miles de cruceños hace muy poco y los dejaron en la estacada.