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Errores de la democracia

¿Cuáles son los errores de la democracia? ¿En qué se equivoca? ¿Cuáles son sus dogmas? Sépalo aquí.

A continuación, reproducimos apuntes de una clase brindada por el Consejo de Estudios Hispánicos Felipe II el 16 de junio de 2020. El disertante fue el profesor Juan Fernando Segovia, y en esta charla explica con lujo de detalle cuáles son los ideales del democratismo o la democracia como fundamento de gobierno.

  • El principal autor que la desarrolló es Jean-Jacques Rousseau.
  • De acuerdo a la democracia
    • Hay que encontrar un camino a través del cual el hombre natural pueda vivir en una sociedad que se haga a su medida.
    • La sociedad pervierte al hombre, lo hace artificial.
    • La sociedad es una prótesis artificial que deforma al hombre por naturaleza.
  • De lo que se trata es de descubrir si podemos recuperar ese hombre natural y generar una estructura sociopolítica, económica, cultural, educativa.
  • La pregunta es: ¿es posible recuperar esa libertad natural sin sacrificar los valores creados por la vida social?
  • Rousseau, a lo largo de sus obras da 2 grandes respuestas o salidas:
    • Hay una salida romántica, intimista, que está en El Emilio, en La profesión después del vicario saboyano y en muchos otros de los escritos de Rousseau, quien renuncia a una vida social acomodada para optar por la intimidad del hombre natural, va a las pasiones del hombre natural, y prescribe una suerte de camino psicológico, íntimo, no ascético, pero casi una suerte de ascetismo romántico sin estar fundado en Dios.
    • La otra es una salida política: esta es lo que interesa, y es la invención de Rousseau de una república en la que el hombre natural pueda hallarse de nuevo con el hombre social; este es el abismo teórico al que Rousseau se enfrenta.
  • Notas:
    • No podemos volver al hombre natural tal como él era antes de vivir en sociedad, ese hombre ha pasado, no podemos hacer una marcha atrás en la historia para recuperar esa Edad de Oro que él simbolizó con la imagen del bruto feliz.
    • Es inevitable el tránsito del estado de naturaleza al estado social o estado civil, lo que podemos hacer entonces es que de esta condición artificial o antinatural, las cadenas que atan a los hombres no sean ilegítimas, sino legítimas, o sea, las cadenas con las que el hombre es llevado a la vida social, deben ser unas en virtud de las que sea el propio hombre el que se encadena a él.
    • La república que se imagina Rousseau es aquella en la que el hombre antepone el yo común, el amor de sí, amor propio del hombre egoísta.
    • Inventar la sociedad legítima, la comunidad en la que los hombres puedan vivir con la libertad y la igualdad semejante a la que tenían en su condición natural, supone establecer una condición humana de la que no se gozaba antes y hacer que el hombre en su condición de ciudadano respete la ley que él mismo se da.
  • Aquí se da más que en ningún otro autor la contradicción teórica más terrible: la esquizofrenia típica de las sociedades modernas en virtud de las cuales se nos dice que estamos libres porque estamos sujetos a las leyes que hacemos nosotros mismos.
  • Se nos dice que cuando obedecemos a las leyes, nos obedecemos a nosotros mismos.
  • Cuando nos entregamos al Estado como cuando nos entregamos todos, permanecemos todos libres.
  • Nos dicen que somos iguales porque todos somos súbditos y soberanos a la misma vez.
  • Esta es la invención de Rousseau expuesta en El contrato social, que hace que el hombre pierda la igualdad y libertad natural para recuperar las renovadas en una igualdad y libertad civiles en virtud de las cuales nosotros mismos somos los que creamos la sociedad política y nos gobernamos por ellas.
  • La definición de ciudadano en Rousseau tiene estas 2 aristas: soberano y súbdito, hombre libre y hombre forzado a cumplir la ley.
  • ¿Cómo podemos llegar a este ciudadano, a este hombre en el que a través de ese poder común vamos a encontrar esa naturaleza perdida? Rousseau dice que es a través de un pacto o contrato.
  • El orden social es un orden sagrado, pero no viene de la naturaleza; luego, viene de una convención, que es el pacto o el contrato.
  • El pacto o el contrato tiene mucho de técnico y de político, pero la parte más aporta a las ideologías modernas y a lo que vivimos hoy día es esa imagen que Rousseau tenía, que cuando el hombre pacta y se encadena a la voluntad general o al soberano que nace del pacto, es un hombre que se ha reconvertido a sí mismo, ha establecido una condición nueva, es un ser moral y antes no lo era.
  • Para ser ciudadano, el hombre tiene que renunciar a su naturaleza, porque como dice en El Emilio, no se puede tener las 2 cosas, ser hombre natural y ciudadano a la vez.
  • Esta conversión que propone Rousseau significa abandonar el interés individual para abrazar solamente el interés común o general de todos los ciudadanos.
  • Los intereses parciales, individuales, incluso de los grupos sociales (como familia o gremio) tienen que desaparecer, enajenarse, alienarse completa y totalmente, porque el interés general que encarna en la voluntad general solo conoce intereses generales, y todo interés parcial, como los intereses individuales, no son sino un obstáculo a ese interés común.
  • En el esquema político y moral de la república rousseauniana, no existe un interés privado: existe solo el interés común, general, de la voluntad general.
  • Cualquiera de los ciudadanos solo puede hacer lo que la voluntad general manda, no puede hacer lo que su conciencia le dicta; a lo sumo, tiene que ser obligado por la voluntad general a seguir la ley que él sanciona.
  • Rousseau dice: a aquel ciudadano que obligamos a renunciar a su razón individual y a sus intereses parciales para que siga la voluntad general, lo estamos obligando a ser libre.
  • Nuestros sistemas democráticos actuales en muchos casos nos obligan a ser libres.
  • ¿Cuál es el poder? El elemento que permite esta conversión.
  • ¿Cómo podemos hacer para que este hombre, que ha vivido atado a cadenas ilegítimas y que se ha creado una segunda naturaleza, la del hombre social, egoísta, que vive buscando su mejor provecho, sea torcido y convertido en ese ciudadano que está pensando Rousseau y que va a ser el protagonista de su república? Rousseau dice que este milagro lo hace la ley.
  • La ley es para Rousseau la manifestación o expresión de la voluntad general, de ese soberano que hemos creado con el pacto.
  • La voluntad general viene a ser algo así como un instinto social de lo que es justo, una especie de conciencia comunitaria acerca de lo que es correcto; como un sentimiento de lo lírico y lo moral, que anida en la voluntad general misma.
  • Esa voluntad general tiene la obligación de ordenar a todos los ciudadanos a través de la ley.
  • El mito de la ley moderna es el mito en buena parte acuñado por Rousseau.
  • Esta ley tiene una especie de potencia mágica que hace que el hombre pase a ser por imperio de la ley misma otra cosa distinta a lo que era como ser social.
  • En Escrito sobre la economía política, Rousseau escribe: «La ley es lo que permite encontrar el medio de subyugar a los hombres para hacerlos libres; la ley es lo que permite encadenar la voluntad de cada uno a través de su propia confesión”, esto es, a través de mi propia confesión.
  • Como parte de mi propia voluntad, yo me encadeno.
  • El consenso por el cual yo soy parte de esa voluntad colectiva, es aquel por el cual yo quedo esclavizado a ella.
  • La ley es la que permite que los hombres obedezcan sin que nadie ordene o que sirva sin tener un amo.
  • La esquizofrenia de obedecer a la voluntad general sin que ella se nos presente como un amo; obedeciendo es como somos libres.
  • Podríamos decir, entonces, que Rousseau ha pergeñado un sistema político en el cual pongo a la ley por sobre todas las demás cosas, por sobre el hombre.
  • No es del hombre para el hombre, sino una ley para una república que va a hacer a los hombres conforme lo que la república quiere que los hombres sean.
  • Ha solucionado un problema político que es la cuadratura del círculo: ha hecho un análisis ideológico respecto al emplazamiento de la ley para forzar a los hombres a ser libres, y a través de eso vamos a llevarlo a la voluntad general por sobre los intereses particulares.
  • El ámbito en el cual Rousseau está pensando es un ámbito pequeño, no está pensando en una gran república como la norteamericana y ni siquiera como la francesa, sino en las antiguas; en algún momento habla de Esparta.
  • Él está pensando que esta república igualitaria, autosuficiente, en la que no hay industria y el comercio es escaso, está animada por virtudes austeras, es una república en la que se celebran reuniones comunes de todos los hombres (para celebrar o legislar) y por tanto debe tener un estrecho margen, porque si las repúblicas se expanden, tenemos el problema de que empiezan a entrar los intereses particulares.
  • En repúblicas grandes como la norteamericana tenemos que dar cabida a una pluralidad de intereses y conciencias.
  • El espíritu mismo de lo que es la república se pierde, porque se marchita y se malogra el interés del ciudadano.
  • Rousseau quiere que esta república sea experimentada en pequeñas ciudades, casi en las polis griegas, porque en esta república austera, la virtud que ha de imperar es la del “patriotismo”.
  • Rousseau dice: «Toda sociedad parcial, cuando es pequeña y está muy unida, se aleja de lo grande; todo patriota es duro con los extranjeros”. “Lo esencial es ser bueno con quienes se convive”. “Desconfiad de esos cosmopolitas que buscan en sus libros unos deberes que desdeñan cumplir en tornos suyos».
  • Dice Rousseau que para evitar la corrupción de nuestras repúblicas, debemos evitar que ellas crezcan, porque a medida que crecen, crece la dependencia.
  • La vida en la república que pergeña Rousseau es casi la vida en el ágora de las ciudades griegas, donde todo es público, nada es secreto.
  • En esta república pergeñada por Rousseau no hay anonimato, nadie puede estar de incógnito.
  • La ley, que es la proclamación de la voluntad general, reclama la exhibición plena de los hombres y la homogeneización de los hombres y de las ideas.
  • Lo que nos intenta plantear Rousseau es que esta vida que los demás ilustrados plantean es una vida ficticia, falsa, que solo nos oculta al verdadero hombre tras el ropaje del hombre civil e ilustrado.
  • En la salida romántica, en el camino intimista marcado, eso se consigue en el abandono de la sociedad, y en la reclusión, en una casa en la que no pueda encerrarme y descubrirme lo que soy.
  • Pero en la vida social, política, en la que deben vivir todos los hombres (ya que Rousseau dice que es un orden sagrado), no podemos sino vivir bajo una república que por imperio de la ley nos haga sacar a la fuerza ese yo común, que está en todos los hombres.
  • Esa es tarea de la ley, pero también es tarea del hombre, del gran legislador.
  • El hombre que tiene como función hacer nuevos hombres, hacer hombres acomodados a los valores y a los designios generales, no a las pasiones meramente privadas.
  • Así como la sociedad o la república requiere de esa vigilancia continua para que el hombre no se aparte del camino de la ley, la república necesita también de un gran ingeniero que planifique su hombre.
  • Leyendo los pequeños ensayos de Rousseau sobre Cerdeña o Polonia, él cumple ahí su papel de legislador, y su preocupación es tratar que en estas repúblicas todo sea común.
  • Este orden, que ha sido planificado, es uno que elimina la libertad, o al menos tal como la entendían los otros ilustrados.
  • Un orden en que las cadenas se han vuelto libertad, porque son legítimas y han sido establecidas por los mismos hombres.
  • De aquí la paradoja de que Rousseau quiere recuperar al hombre natural y no puede hacerlo sino a costa de convertirlo en un ciudadano que no se sabe si será lo mismo que en su naturaleza era.
  • Ha querido recuperar en el seno de la sociedad algo de la libertad e igualdad que teníamos los hombres en la condición natural, y lo que ha hecho es sujetarnos a una ley que al cumplirla, uno se hace libre.
  • Esto se hace fuera de la imaginación de Rousseau, de la cadena de leyes que van forzándonos, sujetándonos, para convertir a los hombres en ciudadanos, y eso significa que Rousseau se niega a que la república se asiente sobre el hombre tal como naturalmente es y lo tome como él quiere que sea.
  • Rousseau dice en su Discurso sobre la economía política: «Si bueno es saber emplear a los hombres tal como son, mucho mejor aún es hacerlos tal y como necesitamos que sea; la autoridad más absoluta es aquella que penetra hasta el interior del hombre y no se ejerce menos sobre la voluntad que sobre las acciones».
  • Esto es revelador de lo que quería Rousseau y también revelador del montaje del Estado moderno, el cual no nos toma tal como somos, que es el mensaje que Aristóteles trae desde La política: “La política toma al hombre tal cual es, en su condición natural”.
  • En cambio, en el Estado moderno, liberal y en este de Rousseau, no toma a los hombres como son sino como el Estado quiere que nosotros seamos.
  • La voluntad general es absoluta, dice Rousseau, cambia las acciones y el querer de los hombres.
  • En El contrato social, Rousseau pergeñó, imaginó que esta estructura política necesitaba ser consolidada por una religión civil, y al igual que Hobbes y Spinoza, montó sobre la religión civil un aparato regulador de la conciencia de los hombres, un credo político, religioso, que permite la subsistencia del Estado.
  • Estamos así ante lo que podríamos llamar una nueva libertad, frente a un teorema: la república y sus intereses (la voluntad general) no coinciden con los intereses de la persona individual.
  • En otros términos, para la república, lo que el hombre es no es lo que el hombre debe ser.
  • Aquí solo hay libertad de ser ciudadanos y de vivir bajo la voluntad general y de cumplir su ley; muy parecida a la libertad de los antiguos, que Constant había criticado.
  • La voluntad general es la que proporciona a los individuos esa experiencia subjetiva de ser libres.
  • En la imaginación de Rousseau, si hay una alternativa a la libertad, que es la de aislarme y en mi propio corazón descubrir mi bondad
  • Hay otra alternativa política, y es: en vez de ensimismarme, meterme de lleno en el flujo de la voluntad general y así yo poder sentir, por la identificación con esa voluntad común, que tengo un yo común, que es cuando verdaderamente soy libre.
  • Las cadenas de la voluntad general son las que nos hace libres.
  • Durante la Revolución Francesa, algunos han enseñado que el abate Sieyès, que pertenecía al Estado eclesiástico, había interpretado legítimamente a Rousseau, y en ese fárrago había hecho de Rousseau una especie de voluntad general dominada en un esquema más liberal.
  • Algunos también han dicho en el seno de la Revolución Francesa que otro discípulo de Rousseau, Thomas Paine, interpreta a Rousseau a su modo y menos preocupado por los artilugios teóricos, va hacia la instrumentación técnica de un Estado más democrático que el imaginado por Sieyès.
  • En realidad, los verdaderos discípulos de Rousseau, los que lo entendieron cabalmente, son los jacobinos.
  • Los jacobinos en su acepción amplia, eran un grupo muy fuerte dentro de los muchos que tuvo la Revolución Francesa, y los podemos caracterizar como de un republicanismo radical y claramente anticristiano. Varios grupos se iban formando en torno a ellos:
  1. Montañeses: los de la montaña, representados por Danton, Robespierre y Saint-Just.
  2. Enragés: los furiosos, representados por Volney y Barère. Volney tiene el libro Las ruinas de Palmira, que circuló de norte a sur en los procesos independentistas de América.
  3. Saint-culottes: los sin calzón, representados por Roux, Leclerc y Marat.
  • La primera fase de la revolución (1791-1793), está dominada por los girondinos, que es el ala más liberal.
  • La segunda fase comienza con la revolución de junio de 1793: época del terror revolucionario, de la guillotina, del Comité de Salvación Pública, la de la Declaración de los Derechos del Hombre (la de 1793, no la del Hombre y del Ciudadano), del culto de la diosa razón y del ser supremo, del patriotismo nacionalista que lleva a los franceses a la guerra contra los opositores y otras naciones.
  • Esta es la época de los jacobinos que concluye drásticamente un año después de julio de 1794 con la ejecución de Robespierre y Saint-Just.
  • Hay que ir a sus escritos para descubrir cómo eso que Rousseau había plasmado en un papel como sueño de una república, empieza a tomar forma y a estructurarse dentro del mismo proceso revolucionario francés de manera casi idéntica a como él lo dictó.
    • Robespierre afirma: «La naturaleza ha grabado en todos los corazones los tratados que le sirven de fundamento, pero los prejuicios y la servidumbre los han borrado».
    • Creen en la bondad e igualdad natural en los hombres, creen que hay una igualdad originaria que puede reconstruirse en la sociedad política con la soberanía popular.
    • Creen que el único baluarte de la virtud es la república y que esta debe ser austera.
    • En palabras de Robespierre, «Son las virtudes simples, modestas, pobres, con frecuencia ignorantes y groseras, las dotes de los desposeídos y el patrimonio del pueblo, aquellas que procura la república».
    • Esto también implica en el proceso revolucionario una estructura política.
  • La república jacobina deberá fundarse en la soberanía popular por el sufragio universal.
    • Habrá neta separación de poderes, el ejecutivo se subordinará al legislativo, será elegido por periodo corto y preferiblemente se desempeñará por una comisión.
    • Excepto los desempleados y todos los subordinados, los agentes serán electivos y sujetados a sus propios poderes.
    • Será un parlamento unicameral, y los diputados según los anhelos del elector.
    • El juez no añadirá nada personal en su decisión.
  • Siendo la ideología interpretación especulativa de las cosas y un instrumento de la praxis, el pensamiento político necesariamente decanta en constitución.
  • El constitucionalismo es hijo del racionalismo y de las ideologías políticas modernas.
  • Así como lo podíamos haber visto con el conservadurismo y el liberalismo, cierta tendencia hacia un modo constitucional, hacia un tipo de constitucionalismo en el democratismo radical de Rousseau está claro que el constitucionalismo debería ser de la manera como dice.
  • De hecho, fue lo que se hizo entre 1793 y 1794, y algunas experiencias constitucionales de los primeros años de la independencia hispanoamericana también se ven estas cosas.
  • Tras el fracaso jacobino, el ideal jacobino pasó a las huestes socialistas, especialmente en un revolucionario de los años 30 y 48, como Louis Blanc.

REFLEXIÓN SOBRE LA IMPORTANCIA DE ESTE RADICALISMO DEMOCRÁTICO

  • Por Aristóteles, sabemos que la educación por el bien de la ciudad no contradice la educación en el bien de los hombres, porque el mejor bien de la ciudad es el mejor bien de los hombres, o el mejor bien de la persona es el bien común.
  • Entonces, la educación en el bien común no contradice la mejor educación en el bien de la persona.
  • Esto ha desaparecido completamente en el pensamiento moderno, porque al romperse la visión teleológica de Aristóteles y al sustituírsela por una concepción del Estado entendido como un mecanismo al estilo de las ciencias físico-matemáticas, la convivencia política ahora es algo planteado deliberadamente por individuos independientes, unidos solo por la conveniencia a través de un contrato.
  • Una vez que yo pienso en la constitución de la sociedad política como un aparato, un mecanismo que está hecho por los individuos mismos, sea al modo de Hobbes, Locke o Rousseau, es muy difícil sino imposible conciliar el bien de la persona con el bien común.
  • Por eso, en los liberales y en cierto modo en los conservadores, al ser imposible esa conciliación, se ha privilegiado el bien individual por sobre el bien común, mientras que en el modelo de Rousseau y también en el socialista y marxista, se privilegia el bien común con exclusión del bien privado

PREGUNTAS

Sobre lo que Rousseau dice, ¿mejor que patriotismo no sería mejor habla de nacionalismo?

Rousseau puede ser el padre de los nacionalismos modernos. Esa vinculación con el comunitarismo viene sugerida. Se habla de patriotismo y no de nacionalismo es porque es el término que Rousseau usa, pero no cabe duda de que ese patriotismo no tiene nada que ver con el amor a la patria, a la tierra de los padres, a la patria histórica, sino que tiene que ver con el amor a la nación moderna como nación inventada por el legislador que hace desde constituyente. Ahí están los ejemplos de los proyectos constitucionales de Rousseau para Cerdeña y Polonia.

¿Esa noción moderna de «El hombre nace bueno y la sociedad lo hace malo» (buen indio), cómo plantea que nació la primera sociedad que hizo al hombre malo o lo pervirtió? ¿Cómo colaboró Rousseau a ello?

Esa es una idea común a partir del siglo XVII y a partir del XVIII se hace vulgar. Cuando el hombre fabrica herramientas empieza a transformar la economía, cuando hace eso surge la ambición de la propiedad privada, y entonces los débiles son sometidos por los fuertes, y los fuertes van a inventar regímenes jurídico-políticos a los que Rousseau llamaba sociedades ilegítimas.

¿Este credo de Estado sería agnosticismo, laicismo?

Hay elementos secularizadores como agnósticos en este esquema, pero hay que recordar que estos hombres son deístas, creen en un dios hecho a la medida de la razón propia; por tanto, es difícil llamarlos agnósticos.

Un francés, dijo hace poco que la república francesa no había sido completada, que había que obligar a todos los ciudadanos a someterse a su espíritu, eliminando del todo a la Iglesia Católica, que compite contra la República por el alma y el corazón de los franceses. ¿Suena a esa forma rousseauniana de apoderarse de la totalidad del individuo?

El único intento republicano al estilo rousseauniano fue el jacobino y duró un año. No todos los otros intentos son, como citó Chateaubriand de conservar la revolución sin la revolución. Si la república de Rousseau reclama la no existencia de poderes intermedios y particulares salvo el del gobierno, entonces sí hay que eliminar a la Iglesia Católica y a la protestante, musulmanes, judíos, etc. No es el de Rousseau solo un ataque a la Iglesia Católica, porque él nació en Ginebra, muchos dicen que tomó su modelo republicano de Ginebra.

¿Es correcto o legítimo que la moralidad de los hombres la dicte la ley (que también la hacen los hombres o el estado)?

En la medida en que la ley positiva sea una concreción y especificación de la ley natural, sí, pero cuando no es nada más que la imposición de la voluntad del hombre, eso no puede ser moral en ningún sentido, es una falsa moral, una moral voluntarista y positivista de los Estados modernos.

¿Es característica de las ideologías intentar imponer una «religión» civil, natural o humana para intentar apagar la voz de la Iglesia sobre la dignidad humana y someter al hombre a sus ideales? ¿Cuáles son las alternativas y desafíos que tenemos las naciones cristianas frente a esa voluntad general que se disfraza de democracia?

Se proyecta un modelo de sustitución de la religión católica por ciertas religiones civiles. Hubo intentos católicos de religiones nacionales, como el anglicanismo francés.

¿Cuál fue la relación de los jesuitas con estos movimientos? En Sudamérica apoyaron a los independentistas.

Se da bastante en el caso, pero hay 2 cosas:

  • No todos los jesuitas republicanos apoyaron a los independentistas. Los jesuitas habían sido expulsados hacia 1770 de América, estaban reunidos básicamente en algún lugar de Italia. Con su expulsión, deberíamos preguntarnos si fueron las otras órdenes las que se basaron en Rousseau (primera pregunta) para apoyar las independencias. La respuesta no es común a todos los componentes de los virreinatos, ha sido distinto en los diferentes países: en Nueva Granada, Río de la Plata, Alto Perú, etc. Esta lectura de Rousseau está mucho más en la cabeza de los laicos que en la de los jesuitas.
  • Los sacerdotes estaban imbuidos en una Ilustración Católica, en esta, más importancia que eso, el padre Suárez, que es como la piedra en la que apoyar la palanca. El libro de Rousseau entraba solo de contrabando, la lectura principal era del padre Suárez. Laicos leían al padre Suárez con otros ojos.

Entiendo que el problema racionalista del constitucionalismo es que «constituye la ley» en vez de «reconocerla», o sea, que pone el contrato por encima de la ley natural y la verdad objetiva. Siendo así, ¿lo correcto sería anular la constitución? ¿Y qué corpus legal se pone a cambio? ¿O es posible una constitución que, paradójicamente, «constituya» sus limitaciones frente a la ley natural?

La pregunta está atrapada en la telaraña del constitucionalismo. El intento de hacer un constitucionalismo católico, por llamarlo de alguna manera, como si pudiéramos encerrar lo fundamental de la vida política en un código escrito más o menos flexible, y ese es un pecado racionalista. No se trata de pensar la vida política en términos de constitucionalismo, sino de pensarla en términos de un sistema de leyes que sean la especificación y la aplicación de la ley natural, sumado esto a las características singulares que tienen los pueblos hispánicos. La Gran España, las Españas de Elías de Tejada. Unos pueblos que son comunes porque participan de ciertas verdades comunes que los informan como pueblos hispánicos, y por otro lado, que son tan singulares, particulares cada uno, que no puede ser el mismo orden legal ni siquiera para las regiones que hay en España. Ya lo probaron Álvaro d’Ors, Gambra, los estudios sobre los fueros. Fue lo que España hizo en la colonia, estableciendo un orden jurídico diverso según el reino con el que usted tratara. La cuestión no pasa por originar una constitución católica, sino por reconocer el principio natural.

Intervención de Miguel Ayuso

Oponemos patria en el sentido tradicional y nación en el sentido revolucionario.

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