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Carta abierta a los nuevos bachilleres

Por: Hernán Cabrera

Fuente: Asuntos Centrales

Estimados jóvenes y señoritas: Como ustedes, fui bachiller hace muchos años, ilusionado recibí el diploma y demás artilugios en la noche esperada por la familia. Sin duda, es un bonito día y seguramente la mayoría de ustedes serán celebrados, agasajados y adulados el día de su graduación. ¡Felicidades, chicos, han dado un primer paso! Pero recién empiezan.

Víctor Frankl (1905-1997), era un médico judío que fue encerrado en un campo de concentración nazi. Luego de su experiencia triste y dolorosa, estampa en su libro hermoso “El hombre en busca de sentido”, su hazaña de haber enfrentado la muerte, las dificultades para vencerlas. Preguntarán ¿qué tiene que ver este señor con nosotros? Pues mucho, porque ustedes se van a enfrentar cada día a un montón de problemas y peligros, que en muchos casos, sucumbirán y se dejarán atrapar por las drogas, el alcohol, la flojera o la sobreprotección de papá y mamá.  Pero confío en que será lo contrario.

Mira lo que dice Frankl: “El ser humano no es una cosa más entre otras cosas; las cosas se determinan unas a las otras; pero el hombre, en última instancia, es su propio determinante. Lo que llegue a ser-dentro de los límites de sus facultades y de su entorno- lo tiene que hacer por sí mismo. En los campos de concentración, por ejemplo en aquel laboratorio vivo, en aquel banco de pruebas, observábamos y éramos testigos de que algunos de nuestros camaradas actuaban como cerdos mientras que otros se comportaban como santos. El hombre tiene dentro de sí ambas potencias; de sus decisiones y no de sus condiciones depende cuál de ellas se manifieste”.

Así que todo lo que hagas o dejes de hacer será tu responsabilidad, dependerá de las decisiones que vayas asumiendo cada día en tu vida, y no esperes siempre contar con papá y mamá, que estarán listos para darte más dinero o sacarte de algún apuro. La vida es precisamente una aventura, así como decía el Quijote de la Mancha: “La libertad, mi querido amigo, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra, ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida; y,  por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres. Cada uno es artífice de su aventura”.

El camino, la opción la tiene cada uno en sus manos y en su voluntad para seguir adelante. La juventud es una fuerza poderosa y creativa, que debe afrontar los retos, sin miedo, con imaginación.

Ustedes, jóvenes, son los creadores de su propia aventura. Asuman, y no le echen la culpa a nadie de sus errores o fracasos. Son artífices de cada paso que van a dar en sus trayectorias y la vida les tiene dos caminos que puedes escoger: el camino de la derrota, que es vivir de bar en bar, entre amigos vagando, consumiendo drogas o el camino de tu opción, el de afrontar los retos con el poder que tienes en tu corazón, en tu cerebro, en tus decisiones. Es el poder de la voluntad.

Si bien la sociedad y las autoridades no brindan las condiciones necesarias, pero cada uno tiene que abrir las puertas y para ello la ruta a recorrer es la educación, su formación, su curiosidad e interés por capacitarse, formarse. Leer algunos minutos al día ciertos libros de tu preferencia.

No quedarse cruzados de brazos. Mira la arenga que hace el capitán Harb en el libro “Moby Dick” de Herman Melville, de paso les aconsejo que lo lean:

“¡Cualquier cosa menos abandonar! ¡Para eso os habéis enrolado, marineros, para tratar de dar caza a esa ballena blanca por todo el mundo, por toda la tierra, hasta que arroje su negra sangre y flote panza arriba! ¿Qué decís a eso, marineros? ¿Me echaréis una mano para llevar a cabo esta tarea? Porque creo que tenéis coraje…”.

El capitán Harb hizo lo imposible, surcó mares, venció tempestades en el mar, luchó contra el malestar de su tripulación, el hambre, el pesimismo, pero siguió adelante hasta conseguir su gran objetivo: dar caza a la ballena blanca, a la enorme ballena, que la llamó MOBY DICK.

Así es tu vida, así deben ser tus impulsos: nunca desistir, nunca renunciar, nunca mirar la vida derrotados, ni dejarse vencer por las tentaciones y los vicios, como las drogas, el alcohol, eso sí te recomiendo que te dejes atrapar por el vicio de la lectura. Dedica cada día de tu vida ajetreada a leerte libros de cuentos, novelas, poesías, ciencia ficción, filosofía o de lo que gustes, pero anímate querido joven y señorita.

Con coraje afronta la aventura de la vida, y mientras vayas venciendo los desafíos, te dirás en tu corazón: valió la pena el esfuerzo, los sacrificios, las desveladas, las tiradas de orejas, las lecturas.

Te dejo con esta reflexión del escritor ruso, Tolstoi, un gigante de la literatura universal: “Para vivir honradamente hay que desgarrarse, confundirse, luchar, equivocarse, empezar y abandonar, y de nuevo empezar y de nuevo abandonar y luchar eternamente y sufrir privaciones. La tranquilidad es una bajeza moral”.

Estas reflexiones son el corazón y de alguien que vivió la vida a plenitud, arañó para sobrevivir, luchó por sus ideales, no acumuló riquezas, pero si un tesoro enorme que es mi biblioteca, un lugar necesario y ojo que sigo con la juventud a flor de piel.

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