ArtículosIniciosemana del 31 de OCTUBRE al 6 de NOVIEMBRE

Hay que reimaginar las rutas democráticas

Por: Allfonso Mansilla

El gobierno sigue imbatible a pesar de sus terribles errores políticos y económicos, y del deterioro, tal vez, irreversible de su reputación.

¿Quién ganó el 21 de febrero? El pueblo boliviano votó contra el régimen y no a favor de ningún candidato o partido en particular. Mucho menos se comprometió con una agenda. Ninguno de nosotros tiene que ver con egos. La causa es Bolivia democrática.

Somos muchas oposiciones buscando un buen guionista. Uno que nos permita ver, en el menor tiempo posible, un final feliz, que seguramente será el comenzar de un largo esfuerzo para cimentar las bases de algo diferente al estado deplorablemente populista actual que estamos sufriendo.

Pero poder concretarlo requiere que nos reconozcamos como diversos y plurales. Nuestra oposición no cabe en los márgenes partidarios, ni se ve reflejada en la actual oposición. Es por eso que resulta urgente intentar una reingeniería de lo que hay para lograr efectivamente la unidad de todos los factores.

Hay que diagnosticar una falta de lucidez terrible en los rancios modelos de los analistas políticos, que destilando bilis y no comprendiendo la dinámica de la realidad política hacen ataques a las palabras pero no a las causas subyacentes de ellas.

Estamos enfrentando un juego sucio sin poder aprovechar todas las sinergias del trabajo articulado de todas las oposiciones del país. Por eso mismo el desenlace intermedio no va a ser otro que la muerte de lo que está vigente para que pueda surgir otra cosa. La muerte de la visión parcial para dejar paso a una estructura nueva cuyo carisma sea la inclusión de lo que está más allá de la miopía partidista. El momento no es para que se tramite desde la competencia y las coaliciones entre grupúsculos en los partidos.

Este momento exige un deslinde de mayor penetración: un mensaje político y una práctica de la política en el que todos nos reconozcamos. Este nuevo carisma tiene que arropar al ciudadano de la base, a los librepensantes y a todos aquellos que formen parte de la corriente de deserción que ahora mismo está ocurriendo. Porque la causa es Bolivia democrática, y eso exige abrazar, reunir, consensar y promover la liberación de Bolivia para todos los bolivianos. La muerte de la maltrecha oposición que hay es, sin duda, una muerte para bien. Es parte de una evolución que hay que experimentar porque si no vamos a seguir entrampados, petrificados con cara de monolito.

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