Fuente: Eju.tv
El apoyo de China a la industria de defensa rusa está prolongando la guerra de Ucrania y “tiene que terminar”, declaró el martes el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken.
China está proporcionando un apoyo crítico que permite “a Rusia mantener esa base industrial de defensa en marcha, mantener la maquinaria de guerra en marcha, mantener la guerra en marcha. Así que eso tiene que terminar”, declaró Blinken en una conferencia de prensa conjunta con el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg.
Haciéndose eco de sus declaraciones del día anterior, Stoltenberg pidió a China que se enfrentara a las “consecuencias” si seguía apoyando a Rusia.
“China no puede tener las dos cosas. No puede seguir manteniendo relaciones comerciales normales con países de Europa y, al mismo tiempo, alimentar la mayor guerra que hemos visto en Europa desde la Segunda Guerra Mundial”, declaró Stoltenberg desde Washington, adonde viajó para sentar las bases de la cumbre del 75 aniversario de la OTAN que se celebrará el mes próximo.
Doble juego chino
El presidente ruso Vladimir Putin y su par chino Xi Jinping durante un encuentro en Beijing este año (Sputnik/Sergei Bobylev/REUTERS)
Beijing se presenta como parte neutral en la guerra de Ucrania y afirma que no está enviando ayuda letal a ninguno de los dos bandos, a diferencia de Estados Unidos y otras naciones occidentales que han proporcionado apoyo militar clave para ayudar a Kiev a combatir la invasión de Moscú.
La asociación estratégica entre China y Rusia no ha hecho más que estrecharse desde que Moscú lanzó la invasión en febrero de 2022. El presiente ruso Vladimir Putin y su homologo chino Xi Jinping proclamaron entonces una “asociación sin límites” y Beijing ofrece un salvavidas fundamental a la aislada economía rusa.
China argumenta que no está enviando ayuda letal a ninguno de los dos bandos, a diferencia de Estados Unidos y otras naciones occidentales.
Beijing también se mantuvo al margen de una cumbre celebrada el fin de semana en Suiza promovida por el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, que reafirmó las exigencias de Kiev de que Rusia abandone el territorio ucraniano para cualquier paz.
Rusia ha insistido en que está interesada en las conversaciones, pero ha exigido a las fuerzas ucranianas que se retiren del territorio arrebatado por Moscú.
Reunión Biden-Stoltenberg
Jens Stoltenberg y Joe Biden en el Salón Oval de la Casa Blanca (EuropaPress)
En respuesta a las amenazas rusas, Stoltenberg afirmó que sólo un flujo regular de armas a Ucrania podría poner fin a la guerra.
“Puede parecer una paradoja, pero el camino hacia la paz pasa por más armas para Ucrania”, dijo hablando ante el Centro Wilson.
Posteriormente, el jefe de la OTAN se reunió en la Casa Blanca con Joe Biden. El presidente estadounidense afirmó que la Alianza se ha hecho “más grande, más fuerte y más unida de lo que nunca ha estado” durante el mandato de Stoltenberg.
Biden habló cariñosamente de Stoltenberg, llamándolo “amigo” y diciendo que deseaba que Stoltenberg, que ha sido secretario general de la OTAN desde 2014, pudiera servir otro mandato cuando el actual expire en octubre.
“Juntos, hemos disuadido nuevas agresiones rusas en Europa”, dijo Biden. “Hemos reforzado el flanco oriental de la OTAN ,dejando claro que defenderemos cada centímetro del territorio de la OTAN”.
Stoltenberg señaló que los aliados estaban comprando más equipamiento militar a EE.UU. “Así que la OTAN es buena para la seguridad de EE.UU., pero la OTAN también es buena para el empleo en EE.UU.”, dijo.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, habla con miembros de los medios de comunicación fuera del ala oeste de la Casa Blanca (EFE/EPA/Michael Reynolds)
La reunión de julio de la OTAN pretende enviar un mensaje decisivo a largo plazo de apoyo a Ucrania, mientras Biden se enfrenta a una dura lucha por la reelección contra Donald Trump, un escéptico del apoyo occidental a Kiev.
Trump, que en el pasado ha expresado su admiración por el presidente ruso Vladimir Putin, se ha jactado de que puede poner fin rápidamente a la guerra, probablemente presionando a Ucrania para que acepte sus exigencias.
El Congreso estadounidense aprobó en abril unos 60.000 millones de dólares en nuevos fondos militares para Ucrania, pero solo tras meses de retraso debido a las luchas políticas y a la oposición de algunos de los aliados republicanos de Trump.