QUO VADIS K´ARA
Ovidio Roca
Max Weber caracterizó al Estado como «la agencia que monopoliza con éxito la coacción legal dentro de su territorio».
Nadie duda que necesitemos un Estado que preserve la vigencia de la institucionalidad y garantice el orden público; pues sin orden público, no habría siquiera libertad. Esto no implica llegar a los extremos que postulan los socialistas, quienes son partidarios del control político total y la presencia abrumadora del Estado, aun en la actividad productiva y empresarial.
Visión esta, no contrapartida por los Liberales, quienes postulan que mientras menor sea la intervención del Estado en la vida de las personas, en la economía y el aparato productivo; el país lograra mayor progreso y los ciudadanos más libertad y bienestar.
Vivimos actualmente en Bolivia una situación de anarquía, al son de bloqueos, marchas, contramarchas, chicote, dinamita, robos, asesinatos, asaltos. Es la cotidianidad de las calles y carreteras del Estado Plurinacional. Como consecuencia la producción y el comercio lícito se resienten, los cocales siguen creciendo y la tecnología de la cocaína es cada vez más eficiente.
En consecuencia la incertidumbre crece y la gente angustiada se pregunta hacia donde vamos y en que terminara este experimento indigenista, socialista y cocalero.
Por ahora sabemos solo como empieza y allí surge la palabra siempre clara del ideólogo, del que nos trae la luz y señala el camino:
“Quitarle al k’ara su capital económico, social, cultural y político se convierte por tanto en una estrategia de poder mucho mas incisiva y sutil. Empobrecer al k’hara, romper sus relaciones sociales y mecanismos de ascenso y reproducción social, menospreciar la formación académica, sus meritos y reconocimientos, así como destruir sus referentes simbólicos de pertenencia nacionales (himno, bandera, etc.), todo ello busca quitarle su sentido de vida”.
El totalitarismo necesita de masa sumisa, temerosa y manejable y por tanto es una prioridad destruir todo pensamiento libre y peor si es disidente. Se necesita también expropiar los bienes a los demás, pues los “socialistas” reparten lo que no crearon, pues son incapaces de crear nuevo valor y riqueza.
Y continuando con el pensamiento del que trae la luz y señala el camino: “Tenemos poder político, ahora hay que convertir el poder político de las organizaciones sociales en poder económico (…) Si tenemos poder económico en las organizaciones sociales, el poder político está garantizado para mucho tiempo”
Y nos preguntamos cuales son las Organizaciones Sociales que forman parte del Gobierno del MAS, para entender a través de los intereses de cada una de ellas, el Modelo de Estado que se construirá, por supuesto, a su imagen y semejanza.
Revisando la lista vemos que los más influyentes son: Sindicatos Cocaleros, Gremios de Comerciantes informales y contrabandistas, Chuteros, Cooperativistas Mineros, además de los grupos de presión como las Bartolinas y Ponchos Rojos. Estos últimos sectores urbano-campesinos, que actúan como grupos de presión, de choque del MAS, ilusionados en lograr, con apoyo del poder político, una mejora de su magra economía y tener acceso gratuito a los servicios de salud, educación y vivienda.
La visión de los Sindicatos cocaleros, es por supuesto la de lograr mayores ingresos por su ilícito cultivo, el que por la demanda de los narcotraficantes logra altísimos precios. Su meta es poder seguir producido su coca sin ningún tipo de restricciones y lo mismo para sus clientes, los narcotraficantes.
Sabemos por datos del mismo gobierno, que más del 90% de la producción de coca del Chapare, está destinada a la comercialización ilegal y que ahora con el “método colombiano” se incrementa la cantidad de cocaína que se puede producir con la misma cantidad de coca, haciendo innecesarios mayores cultivos. Lo que podría explicar que la cacareada reducción del área cocalera en el 2011, es un ajuste de mercado para regular precios.
En relación a los cocaleros, César Guedes representante de la ONU en Bolivia nos dice: “Sería muy peligroso tomar medidas radicales en El Chapare. Todos los días vemos protestas de distintos sectores sociales contra el gobierno y los cocaleros son los únicos que lo defienden. Si se corta ese frente, ya no habría gobierno”.
La cultura y práctica extractivista del país, impidió su industrialización. La gran masa campesina que migra a las ciudades no encuentra fuentes de empleo y solo lo logran precariamente con el comercio informal y el contrabando. Miles se dedican a importar artículos de la costa del Pacifico que venden en el país o lo reexportan a los países vecinos: electrodomésticos, ropa usada, alimentos y todo lo que se les ocurra.
Los chuteros, comercian con vehículos usados que vienen generalmente del Asia y aquellos robados en los países vecinos. El Gobierno en su momento autorizo la nacionalización de los mismos, satisfaciendo así a sus bases sociales.
A su vez grupos de emprendedores informales, respondiendo a los extraordinarios precios de los minerales, se organizan bajo el nombre de Cooperativas Mineras y otros, como Comunidades Campesinas y avasallan los yacimientos de la Comibol, de empresarios mineros nacionales e internacionales y los explotan precariamente y sin ningún control o licencia, causando terribles daños ambientales por los químicos que se vierten en las quebradas de la geografía andina.
Todos estos grupos pretenden seguir ejerciendo su actividad ilegal, sin ningún control gubernamental, y aquí surge la contradicción dialéctica; la aspiración de estos grupos de vivir en un Estado anarco corporativista y cocalero, conspira contra la viabilidad internacional del Estado y con la concepción centralista y totalitaria de los ideólogos del régimen, que entienden la absoluta necesidad del dominio único y total del Estado y del poder.
Ya lo señalaba Thomas Hobbes, al decir que: “la anarquía, la ley de la selva en las calles, es un mal aún peor que la tiranía. Si el autoritarismo es inaceptable, peor es la anomia y la anarquía, la confusión acerca de quién manda, cuando ya no se trata de un solo tirano, sino de miles de tiranuelos que impunemente perturban a los ciudadanos”.
Y cuando esto ocurre, cuando la sociedad, vive en medio de la anarquía y el desgobierno; se piensa que un Gobierno de Fuerza, un Militar o un Tirano es la solución para restaurar el orden público, sin pensar que el remedio siempre será peor que la enfermedad. La experiencia nos muestra que aunque cueste y tarde, la Democracia es el verdadero camino.
El Gobierno siente ahora, que los movimientos sociales, aquellos que lo encumbraron en el poder, se convierten en un problema que puede afectar a su propia gobernabilidad y es así que respondiendo a la presión internacional, esta empezando a tomar medidas de control, enfrentando a los Cooperativistas Mineros, chuteros, pichicateros y dinamiteros, sus antiguos aliados.
Y la historia se repite, lo hizo Hitler eliminando a sus esbirros los Camisas Pardas, Stalin con su Gran Purga, y Fidel con todos aquellos que afectaban su deseo de poder omnímodo. Y ahora que se viene?. En la coca leemos una enigmática frase: Quo Vadis K´ara, pronto vendrán por ti, la lista esta lista.
(26102012)