Matrimonio del cielo y el infierno
Ni tanto, pero aprovechemos el título de William Blake para referirnos a la inusual alianza entre el oligarca de Orinoca y los oligarcas de Santa Cruz. Jugada donde la apuesta del gobierno es solo a ganador, y de la burguesía cruceña a que veremos y ojalá. Siempre recuerdo al hetman Taras Bulba advirtiendo a los cosacos que colaboraban con el enemigo, que por ahí iba el camino de su fin. No se equivocaba.
Los nuevos ricos, mal llamados socialistas, quizá “socialites” como en el jet set hollywoodense, han decidido invertir ¿Y dónde? Qué mejor que en el oriente; Orinoca, por más inversión que se le dé, no tiene futuro, ni aunque trasladen las Naciones Unidas allí y los embajadores se fotografíen con llamas y devoren chuño. Santa Cruz es occidente, todo lo que los robolucionarios dicen odiar. Este primer paso será seguido de demandas mayores, y de la vital para que la aristocracia cocalera sienta que ha sido aceptada y obviados color, olor, tamaño y tantas otras especificidades que originan racismos: la unión sexual entre los pisadores de coca y las reinas del pequeño Río de Janeiro local. Muy pronto llegará el momento en que exijan su derecho de pernada, así cueste lograrlo un papel de matrimonio. La economía, la ideología, la política se meten por cada resquicio, pero lo que sella un pacto entre humanos es el coito, porque en él se intercambian asuntos que darán como resultado algo irreversible. La burguesía cruceña va a ceder también en eso, en el deseo del otro de poner mano sobre las hijas, siendo siempre las mujeres la mercancía transferible, para satisfacer el arribismo mental de los incapaces que despotrican contra aquello en lo que desean convertirse. Coito del cielo y el infierno.
No extraña: acuerdo de negociantes que no de caballeros. Enriquecerse domina la lógica. Unos anhelan acceder a un mundo otrora privativo; los de enfrente, conservar sus beneficios. El precio a pagar ha de ser para los últimos muy pesado, porque ceden logros, empeño personal, familia al arbitrio de un socio no confiable, cuya visión apuesta a avasallar y no a concordia. Pero, vamos, lo que no se consiguió con inteligencia para beneficio colectivo, se lo consigue a la fuerza para consuelo de pocos.
Qué breve y mísera quedó la plática autonómica. Que sirva de lección para no confiar en las cabezas. Los intereses del rico jamás coinciden con los del pobre; himnos y banderas doran la realidad, inventando diferencias que no existen. Ambos lados utilizan la estrategia. El enemigo no tiene por qué ser el que habla diferente o cuyas características físicas no se asemejan a las tuyas. No. Eso quieren hacer creer los que se desesperan por conservar el status quo, o inventarse uno similar. Por eso se juntan, y a raíz de esa alianza intentarán perpetuarse, cueste lo que cueste entre sus prerrogativas, sin siquiera pensar en los demás, en quienes creyeron las fábulas que les contaron.
Los cocaleros amenazan linchar a funcionarios universitarios en el Sajta, Chapare, por considerarlos impedimento para la delincuencia organizada. Los empresarios cruceños copulan líricamente con el aymarismo recalcitrante. De allí vendrá la venia para la destrucción total de la naturaleza patria. Lo que dé dinero, bienvenido. Olvidemos discusiones pasadas y lucremos mientras la tierra provea. ¿A quién le importa? El progreso es oro, y amigos los que lo acrecienten.
¿Dije inusual? Era previsible. ¿Matrimonio de cielo e infierno? De infierno e infierno, más bien.
30/09/13
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Publicado en El Día (Santa Cruz de la Sierra), 01/10/2013
Imagen: El Bosco/El jardín de las delicias