ArtículosIniciosemana del 10 de MARZO al 16 de MARZOSusana Seleme Antelo

Yo soy el Mamoré…

que corre por el Beni… cuando en enero suben las aguas, llegando pronto la inundación, yo soy aquel turbión que corre entre las olas dice una premonitoria canción sobre ese majestuoso río.  La recuerdo ahora que sus aguas y la de sus muchos afluentes que desembocan en el Madeira, en Brasil, han dejado un escenario desolador por el desborde de sus cauces. Pérdidas humanas y materiales, destrucción, dolor e impotencia, frente a la furia de la naturaleza y frente a la desidia del gobierno pluri-reconcomios (rencor y odios) contra el departamento de Beni, solo por tener un Gobernador y un Alcalde opositores al  régimen que preside el autócrata Evo Morales.

Ese reconcomio político impide la declaratoria de desastre nacional a favor de Beni, ya que según el constitucionalista José Luís Santistevan, esa competencia corresponde solo al nivel central del Estado, artículo 297 parágrafo II de la Constitución Política del Estado y a la Ley Marco de Autonomías, Art. 100, Gestión de Riesgos y Atención de Desastres Naturales.

El sufrimiento de los ya sufridos indígenas del TIPNIS, de los mestizos y los blancos que habitan y producen riqueza en  el Beni no es prioridad para el régimen, menos su recuperación integral. En cambio, “puso toda la carne en el asador” con millonaria campaña propagandística para el Dakar, para el satélite Tupac Katari que aún no funciona y para la Cumbre de los 77+ China. En esos casos, Morales en persona  coordinó las acciones con autoridades locales y autorizó el uso de recursos sin límite alguno. Da bronca política comprobar que no hay medida ni clemencia para los gastos oficiales, pero se los mezquina a Beni, sin que exijamos un comportamiento humanitario y transparente sin intereses políticos mezquinos. Nadie pide cuentas, por ejemplo, por los dos autos blindados de Morales, cuya compra fue sin licitación, como de costumbre, por medio millón de dólares.  El  blindaje no se hizo en Japón y da lo mismo donde se efectuó, pues los autos hicieron “plop” por el peso  excesivo de un blindaje no calculado en origen para su amortiguación, más “los 90 kilos de Morales” (Ed. Siglo XXI).

Mientras las aguas en Beni bajan en Trinidad, siguen amenazando Santa Ana de Yacuma, San Ramón, San Joaquín, Exaltación, Puerto Siles, Cachuela Esperanza, Guayaramerín  y ponen en alerta a las ciudades  aledañas al Madeira, en Brasil. Según expertos, los efectos sobre el curso de aguas del Mamoré tienen que ver con las dos represas construidas en el Madeira. El régimen de Morales, tan locuaz en otros temas,  sobre este se ha hecho el gil.

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