¿Hacia dónde se mueve la economía nacional?
La caída de los precios del petróleo y minerales así como las devaluaciones en los países vecinos, pone en jaque a la economía boliviana y son un obstáculo real para la estabilidad macroeconómica y el ritmo de crecimiento. Nuestra economía es pequeña y abierta, con movilidad de capitales y con un régimen de tipo de cambio fijo. En este contexto, la política fiscal -cuyo principal instrumento es la inversión pública- tiene efectos de estímulo de la demanda agregada. El crecimiento depende crucialmente de que la inversión pública continúe en aumento, pero sabiendo que esta dinámica genera un déficit fiscal creciente. Bolivia tiene fortalezas de stock, y a la vez debilidades de flujo; estas últimas pueden socavar el stock acumulado.
Fortalezas de stock
Con datos a 2015, las reservas internacionales netas del Banco Central (RIN) representan el 38.8 por ciento del PIB, y duplican el saldo de la deuda pública externa. La deuda pública interna y externa llegó a 26.5 por ciento del PIB (ver cuadro 1). Esta situación, a pesar de la disminución de los ingresos fiscales, le permite al gobierno tener un margen para llevar a cabo una política fiscal expansiva, mediante el uso de reservas internacionales y/o endeudamiento público.