QUEREMOS UN PRESIDENTE DE SANTA CRUZ
Jimmy Ortiz Saucedo
Bolivia se aproxima a los dos siglos de existencia republicana. Durante este periodo hemos tenido 89 presidente, de los cuales únicamente 3 fueron cruceños. Un número demasiado pequeño, para lo que esta tierra a dado y hecho por la patria. Por eso queremos un Presidente Cruceño.
Al inicio de la República, el poder económico giraba en torno a la minería de la plata, cuyo núcleo se encontraba en el eje Potosí-Sucre, región del país que fue mundialmente famosa por sus grandes riquezas minerales. Como el poder económico necesariamente atrae al poder político, desde esta región se dirigió el naciente Estado.
Con el decaimiento del precio de la plata, llegó el auge de la minería del estaño, centrada en el eje La Paz-Oruro, lo que implico en el factico traslado del poder, al nuevo centro económico boliviano.
Con la caída e inestabilidad de los minerales en general, Bolivia vuelve sus ojos a la Bolivia verde, buscando en nuestras fértiles llanuras y montes, su nueva fuente de sustento. Como Santa Cruz detenta cada vez más el poder económico, es también lógico y natural que detente el poder político, aspectos que son causa y efecto. Hoy por hoy, nuestro aporte político, económico y social a Bolivia, es indiscutible.
La economía cruceña, desde la primigenia Santa Cruz Chiquitana, estuvo basada en un modelo agrícola, ganadero, industrial exportador, principalmente, aunque reconocemos nuestras potencialidades forestales, petroleras, mineras, turísticas y otros. Este modelo sacó a un millón de personas de la pobreza y de la pobreza extrema, en 50 años. Comprendimos a principio de este siglo la necesidad de potenciarlo, incorporándolo a la moderna economía del conocimiento, aprovechando las universidades y nuestro abundante talento humano ansioso de progreso y bienestar. Somos conscientes que las materias primas no nos sacarán del Tercer Mundo.
Existe una vieja Bolivia que muere, y una nueva que, como el sol, nace por el oriente, para generar un país más justo y más humano, cálido y acogedor como nuestra tibia naturaleza. La Bolivia soñada ya está viva, aquí en Santa Cruz, donde convivimos ciudadanos de todo Bolivia y el mundo, que nos honran con su presencia. Todos ellos buscan entre nosotros su tierra prometida, una tierra de límpida frente y de leal corazón.
Ha llegado el tiempo de Santa Cruz; nuestro liderazgo trae la esperanza de un futuro mejor para una patria que lo necesita. Queremos llevar el éxito de Santa Cruz a toda Bolivia; ese es nuestro deseo.