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Algunas reflexiones sobre las elecciones 2020

Marcelo Ostria Trigo

El próximo domingo los bolivianos vamos a votar para elegir presidente, vicepresidente, senadores y diputados. Las elecciones se realizarán con las regulaciones establecidas durante el gobierno del Movimiento al Socialismo. No habrá los cambios sugeridos que eran indispensables para un proceso justo y equilibrado; uno de ellos, que los votos emitidos en las ciudades tengan la misma validez que los rurales en el procedimiento de asignar diputados. Y hay más.

Habrá que tener en cuenta que es probable, como muestran la mayoría de las encuestas, que habrá una segunda vuelta electoral –el llamado ballotage– pues ninguno de los candidatos alcanzaría la mayoría requerida para ser electo en esa primera instancia. Si este pronóstico resulta certero, en una nueva elección se escogerá entre los dos primeros y, entonces, el porcentaje de votos en favor de alguno de los dos candidatos, con este sistema del ballotage se corre el riesgo de un desbalance en el número de congresistas elegidos en la primera vuelta. De esto podría resultar un peligroso estado de ingobernabilidad.

Por otra parte, las elecciones del próximo domingo se realizarán cuando en el país ya suman muchos miles de ciudadanos contagiados y fallecidos por la pandemia del coronavirus. Esto podría ser un factor disuasivo para que muchos no vayan a votar, pese a que se afirma que se están tomando todas las medidas de precaución para evitar más contagios entre los electores. Así, se corre el riesgo de otro resultado poco deseado: el ausentismo que, aunque comprensible, puede deformar la verdadera voluntad ciudadana.

Hay más: han surgido amenazas de dirigentes del gobierno anterior, en sentido de que, si su partido –el MAS– no gana en estas elecciones, tomarán el poder con acciones violentas en las calles. Ojalá no vayamos a caer en la ingenuidad de creer que los violentos se conformarán con el peso de la mayoría ciudadana que busca paz y justicia; y que ya no es el tiempo del populismo que siempre cae en la corrupción y el autoritarismo. Por ello, se impone el “nunca más el MAS”.

Pese a todo habrá elecciones. Solo queda confiar en que se reafirme la democracia, se respete el Estado de Derecho, se combata eficazmente la corrupción y se resguarden los derechos humanos y las instituciones republicanas.

Los que triunfen en las estas elecciones deberían tomar en cuenta que no hay posibilidades de que se repita el alza excepcional de los precios internacionales de los productos que exporta Bolivia y que, por tanto, solo queda garantizar eficiencia, probidad y que se resistan las tentaciones de sobredimensionar el Estado y hacerlo interventor, respetando, en cambio, la iniciativa privada. En esto último, tendría que recordarse la advertencia de Marco Tulio Cicerón: “No existe ninguna justicia si a cada uno no le está permitido poseer lo suyo».

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