
Por favor no se sientan mal por la primera bienvenida que les dio el Estado Plurinacional. No son los primeros que se confunden y creen que lo de “pluri” va en serio. Ni siquiera lo de “nacional” se puede tomar de manera literal, pues están llegando a un territorio que todavía está dominado por caciques, caudillos y toda clase de cabecillas y en este momento corre el riesgo de caer en manos de capos de los carteles de la droga. Son muchos los que aseguran que esas organizaciones nos gobiernan desde hace mucho tiempo.
Por si les sirve de consuelo, a los cruceños, que vivimos hace cinco siglos en estas tierras, todavía nos tratan como extranjeros e invasores, sin derecho a vivir, a trabajar y producir. Amenazan nuestras pertenencias, nos prohíben exportar y tienen unas ganas incontenibles de expulsarnos como hicieron con ustedes. Hace mucho que están usando la misma estrategia que Vladimir Putin y en lugar de bombas, usan hordas de incendiarios, cocaleros y encapuchados con licencia para sembrar el terror y con garantía de impunidad. Siéntanse privilegiados, pues al menos con ustedes se disculparon, ya que en nuestro caso somos nosotros los que continuamente tenemos que pedir perdón y permiso para ser bolivianos.
En honor a la verdad los cruceños no somos los únicos en ser tratados de esa manera y no somos los que la pasamos peor. Al menos a ustedes no les pusieron cinta adhesiva en sus bocas, nos los apalearon ni los subieron a buses para devolverlos a sus tierras. Tampoco los ignoraron cuando hicieron la marcha de regreso y finalmente los recibieron con flores, música y palabras de bienvenida. Si hubieran sido indígenas del oriente boliviano, la cosa hubiese sido diferente y tal vez tendrían que haber esperado meses por una respuesta y volverse con las manos vacías a seguir sufriendo las penurias frente a los invasores que están destruyendo sus territorios desde hace siglos y, curiosamente, hoy con mucho más fuerza y odio que en el pasado. Pese a ello y al igual que Putin, ellos dicen ser los salvadores y se hacen llamar “indigenistas” e “interculturales”. Hasta hoy lo único cierto es que intentan entregar esas inmensas zonas a las transnacionales más poderosas del mundo: los cárteles de la droga.
No los queremos asustar con este panorama, más bien los animamos a quedarse e invitar a muchos de sus compatriotas a venir. Ustedes los ucranianos son una inspiración para el mundo y especialmente para los cruceños, que hace siglos estamos defendiendo la libertad, peleando contra los dictadores y contra un estado que nunca dejó de lado el neocolonialismo y que todavía tiene a la conquista como arma expansionista. Ustedes no sólo tienen experiencia en luchar contra los imperios, sino que también nos pueden ayudar en la construcción de un país más productivo y próspero en base al trabajo.
Eduardo Bowles