El fantasma del Fondioc
La muerte de Marco Aramayo, ex director del Fondo Indígena (Fondioc), conmocionó al país en la semana que acaba de terminar. La causa del deceso fue una falla multiorgánica, a raíz de una condición médica agravada por una omisión de adecuada asistencia en prisión. Desde su defensa y allegados también se habló de torturas físicas o psicológicas sufridas durante su encarcelamiento de 7 años, sometido a 256 procesos judiciales.
Aramayo fue, según el ex viceministro Rafael Quispe, el “testigo principal, más que denunciante” en el caso Fondioc, un desvío masivo de recursos que provocó un daño económico al Estado de más de 182,7 millones de dólares, de los cuales sólo se recuperaron 1,4 millones.
Si bien Aramayo habría sido corresponsable, todo indica que se lo presionó para que asumiera toda la culpa y encubriera a los principales autores del caso. Sin embargo, el ex funcionario declaró públicamente que en el Fondioc “no se movía un pelo sin la autorización de Nemesia Achacollo”, figura muy cercana al entonces presidente Evo Morales, y allí habría comenzado su via crucis.
Ahora, el deceso de Aramayo ha ocasionado intervenciones internacionales, como la del Alto Comisionado de DDHH de Naciones Unidas, señalando que se violaron las Reglas Mandela sobre el trato a encarcelados. Curiosamente, el ministro Iván Lima dice que “la justicia no fue humana”, en una declaración que llega demasiado tarde.
EBA y Jeanine
Los tribunales se salieron del guión enviado desde el Órgano Ejecutivo y determinaron que el caso EBA (Empresa Boliviana de Alimentos), con el que se pretende iniciar un nuevo proceso contra Jeanine Añez, debe abordarse con un juicio de responsabilidades, por tratarse de una ex mandataria.
Con buenos reflejos, Añez mandó una carta a los líderes políticos con bancadas parlamentarias, Carlos Mesa y Luis Fernando Camacho, para que impulsen el tema en la Asamblea Legislativa, remarcando que no busca impunidad sino un juicio justo. Con distintos énfasis y velocidades, ambos líderes ya han mostrado su disposición a promover el juicio de responsabilidades, en simultáneo a una reforma de la justicia.
Desde el gobierno se anunció una apelación para que el caso permanezca en la justicia ordinaria, temiendo que el precedente sentado con EBA sea un obstáculo para seguir procesando a Añez en el modo irregular y abusivo puesto en práctica desde hace meses. Además, el reconocimiento de la justicia a la condición de ex mandataria supone un revés para la narrativa oficial sobre el “golpe”.
Encuesta sobre la justicia
Desde Human Rights Watch se acaba de afirmar que “Bolivia es uno de los ejemplos más burdos de la falta de independencia judicial” y la opinión es compartida ampliamente a nivel nacional, como lo muestra una reciente encuesta de Cultura Interactiva, donde el 83% de los entrevistados señalan que la justicia va por “mal o muy mal camino”.
Esta percepción es predominante incluso entre el 71,1% de quienes votaron por Luis Arce, evidenciando la principal asignatura pendiente de la actual administración gubernamental.
Evo “sin tiempo” para reunirse con Arce
También fue llamativo en la semana el “desaire” de Evo Morales a la reunión del Pacto de Unidad, alegando que “no fue invitado”, aunque hay evidencias de lo contrario. Morales ha dicho que “no tiene tiempo” para reunirse con Arce, pero afirma que “trabajan unidos”.
Lo cierto es que la escalada en la interna oficialista continúa: el diputado rebelde Rolando Cuéllar propone que Arce sea el nuevo presidente del MAS y varios diputados del partido azul impulsan un amparo contra el vicepresidente David Choquehuanca, por haber postergado la interpelación al ministro Eduardo Del Castillo.
El vocero presidencial, Jorge Richter, puso la cereza en la torta remarcando que “nadie gobierna a Arce, es autónomo en sus decisiones”.