En marzo de 2018, el mundo del críquet internacional se vio sacudido por un escándalo de trampas relacionado con el uso de papel de lija para desbastar la pelota, que finalmente llevó a que el capitán y el vicecapitán del equipo australiano fueran suspendidos durante 12 meses. La historia dominó las noticias en Australia y se consideró una desgracia nacional.