Amparo Carvajal, dignidad y resistencia
Por: Susana Seleme Antelo
Frente a Bolivia y el mundo, cada vez más sordos ante las injusticias y los abusos en su creciente deriva autoritaria y represiva, ya de derecha, o de izquierda acrítica, posestalinista.
Desde la terraza de las oficinas de Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia, APDHB -antes había hecho vigilia también en la calle- en La Paz, a más de 3.600 de altura, una mujer menuda, frágil, con el rostro cruzado por líneas que hablan de sus 84 años y de un par de enfermedades… Apoyada en uno o dos bastones, o sentada en un sillón de plástico recubierto de frazadas para sortear el crudo frío invernal, o recostada en un colchón a la intemperie o bajo una sobrilla.
Amparo Carvajal, española de nacimiento, recuperó la sede de la APDHB, el pasado 22 de julio, acompañada del cónsul de España, tras 52 días de haber permanecido cerrada.