EL IMPERIO MIRA HACIA EL UNIVERSO
Mientras S.E. se desgañitaba hablando en Oruro contra los Estados Unidos, diciendo que hay que potenciar a nuestras FF.AA. para enfrentar al Imperio y que hay que adoctrinarlas en contra del capitalismo criminal, justamente, ese mismo día, el “Curiosity” se posaba en Marte en una notable proeza para la investigación espacial. Afirman, quienes saben de política maquiavélica, que si no existe un enemigo en frente hay que inventárselo para no perder vigencia. Como S.E. piensa que todos los bolivianos somos unos idiotas – con un coeficiente intelectual inferior al de él – nos quiere convencer que el enemigo a vencer es la Unión, como antes los incas vencieron a romanos, ingleses, y por supuesto a los españoles, según sus abrumadores conocimientos históricos ampliamente divulgados dentro y fuera del país.
Los norteamericanos no son exactamente la simpatía andando. De ninguna manera. Como primera potencia mundial, tal vez no tienen la paciencia de oírnos, de ayudarnos tanto como quisiéramos, aunque siempre les recordamos las facturas que nos deben de nuestra contribución minera durante la II Guerra Mundial en calidad de aliados. Aliados dudosos desde el inicio de la contienda, pero que, para mayor pánico de Hitler, le declaramos hostilidades al Reich a fines del año 1943, sumándonos a los avances incontenibles de los soviéticos en el frente oriental y a los bombardeos anglo-americanos sobre el corazón de Alemania. Convengamos que EEUU debería tener mucho mejores relaciones con América Latina y que los latinoamericanos merecemos mejor trato, mayor ayuda, si no fuera que vivimos insultándolos debido a que casi todos nuestros políticos y profesores nos han enseñado a odiar a los gringos, porque dicen que todas las desgracias y calamidades que nos han sucedido se las debemos a ellos.
El hecho es que EEUU, victorioso en dos contiendas mundiales, no ha tenido la misma suerte en guerras mucho menos importantes, cosechando derrotas. Esas guerras con mayor o menor suerte – Corea, Viet-Nam, Irak, Afganistán – han provocado que potencias de tercera o de quinta, se animen a desafiar a los norteamericanos amenazándoles con zurrarlos. Aquello de “dos, tres, diez Viet-Nam”, produjo una inconcebible creencia en que era posible herir de muerte al Imperio desde su patio trasero y a ese empeño se ha sumado últimamente Bolivia con todo entusiasmo. Pero lo nuestro no es sino una bellaquería.
S.E. ha dicho que Bolivia está mejor sin la DEA, sin el FMI, y sin la embajada americana. No es cierto lo que afirma. Y no es cierto porque la embajada de EEUU jamás se fue de nuestro país. Echaron al embajador pero nunca se interrumpieron las relaciones diplomáticas como se quería hacer creer al pueblo. Hoy mismo, sin embajadores ni aquí ni en Washington, las relaciones continúan, aunque en un nivel pobre. La DEA sigue actuando y seguirá porque no se la puede expulsar, no es tangible, y un ejemplo es la captura del general Sanabria. Es un organismo de inteligencia en la lucha contra las drogas. Es como la CIA que no tiene un letrero en su puerta ni sus miembros llevan identificación en sus solapas. Esto de la lucha contra el imperialismo yanqui es un camelo más, que lamentablemente nos ha producido daños económicos. Mucha dignidad, mucha soberanía, muchos aplausos de algunos loquitos del ALBA, pero nada de utilidad.
En fin, EEUU tiene demasiadas preocupaciones como para pensar en Bolivia y en las lecciones magistrales de historia de S.E. Los norteamericanos están ahora sumidos en algunos conflictos graves en su casa y fuera de ella, pero muy entusiasmados con su mirada puesta en el universo. Observan el cosmos real, auténtico, no como nosotros, tan primitivos, que estamos empeñados en revivir un cosmos mitológico andino; no andino-amazónico, que es otro invento nuevo. ¿El MAS irá a reclamar patente de autor cuando USA anuncie que ha recorrido con sus ingenios espaciales por toda la Pachamama marciana?
El “Curiosity” (nunca mejor puesto un nombre) va a recorrer la superficie de Marte enviando fotos y videos que nos tendrán pendientes a todos quienes valoramos ese tremendo avance tecnológico del que, ojalá, aprendamos algo hasta el año 2025, fecha en que, según S.E., se producirá el verdadero “cambio”. Ya se sabe de un monte de 5.000 metros de altura en el planeta rojo y luego sabremos sobre la calidad de su oxígeno, del agua (si verdaderamente existe), de la vida aunque sea microscópica, y cuidado que por ahí los gringos encuentren una planta de coca, el único arbusto en toda la inmensidad de esa planicie llena de guijarros. Se caerían de espaldas y la NASA ordenaría a los tripulantes del “Curiosity, no curiosear más y regresar de inmediato.
El Imperio, que por aquí dicen que se está derrumbado inevitablemente, que ahora es mejor ser amigos de las satrapías islámicas, tiene larga vida todavía. Y si somos inteligentes lo mejor es hacer buenas migas con ellos, recomponer nuestras relaciones, enviar un embajador serio, aunque S.E. siga contando su propia interpretación histórica dislocada de la verdad, que, como dice el pueblo, “es la historia de Juan Palomo, yo me lo guiso, yo me lo como”.