LA INTERVENCIÓN EXTRANJERA POPULISTA EN AMÉRICA
El esquema de poder que bien llaman neocomunismo y que aquí se dice “socialismo comunitario”, “suma qamaña” como en Venezuela “Socialismo del siglo XXI” está hecho aprovechando la estrategia de dominio probado por Stalin en la URSS, Castro en Cuba, Chávez en Venezuela… y hasta de los nazifascistas Hitler y Mussolini. Un afán totalitario que escuda y disimula el uso sistemático del poder para el enriquecimiento de las elites empoderadas. Las que quieren reducir a nuestros países a condición de feudos. Los problemas que está viviendo el país bajo amenaza totalitaria no vienen de dentro del país, corresponden a planes de alcance internacional y a estrategias bien diseñadas, que igual se aplican en Venezuela, Nicaragua, Ecuador, Bolivia o la Argentina. Es un problema de intervención extranjera, de los que han hecho oficio de “luchar contra la pobreza” y el “antiimperialismo” como recurso para enriquecerse con dineros de los estados que caen bajo sus garras, a la vez que se escudan en el afán de darle al marxismo una nueva primavera, a pesar de su grotesco fracaso en todas partes.
Parece contradictorio, pero no lo es, esta gente es muy hábil para acomodar sus intereses a varios esquemas ideológicos y discursos, como vienen haciendo en el país manipulando los sentimientos indianistas y el anticolonialismo. Ocultando la realidad, tergiversando la información masivamente. Manipulando la conciencia del pueblo idiotizado ya por la propaganda gubernamental, hecha con el mismo dinero del pueblo que además traducen en bonos que hacen aparecer como una dádiva de sus voluntades. Recibí de la Argentina un documento esclarecedor, testimonial, que creo debe ser leído también en el país, para reconocer lo que nos viene sucediendo con el gobierno de Evo Morales:
No queremos la re-reelección de ningún gobierno, Nacional, Provincial o Municipal.
No queremos que se toque la Constitución.
No queremos que las elecciones se hagan con miles de boletas, lista única.
No queremos más inseguridad.
No queremos que los presos salgan para ir a actos proselitistas.
No queremos que se metan en nuestra vida y propiedad privada.
No queremos que nos digan si podemos ahorrar en pesos o en dólares.
No queremos que otros decidan cuando, donde, con quien y con cuánto dinero podemos viajar.
No queremos que nos impongan la Cadena Nacional.
No queremos que nos digan que podemos leer, escuchar, ver u opinar.
No queremos que no exista la división de poderes.
No queremos una justicia adicta al Poder Ejecutivo.
No queremos más corrupción.
No queremos más impunidad de los funcionarios públicos.
No queremos los dobles estándares.
No queremos un Congreso que sea la escribanía del Poder Ejecutivo.
No queremos que nos persiga la AFIP como si fuera la Gestapo.
No queremos que los niños de 16 años vayan a votar.
No queremos que los extranjeros tengan opinión en nuestras elecciones.
No queremos que nos digan que debemos tener miedo…
Ahora, está claro?
Amelia Mourglier
