UNA VICTORIA SUFRIDA
El domingo pasado estábamos algo desanimados esperando el desenlace de unas elecciones donde los benianos dieron la nota más alta: derrotar al MAS. Había escepticismo en todo el país porque el apoyo de S.E. a su candidata Jessica Jordan, había sido desproporcionado, ignorando olímpicamente a un tímido Tribunal Electoral Departamental, cuya voz fue inaudible, miró de palco, y no consideró necesaria ni siquiera la presencia de veedores internacionales. La mesa estaba servida para el banquete masista y los comensales se habían atado la servilleta al cuello con la que casi se ahorcan.
El pesimismo no llegó nunca, sin embargo, a quien, como Ernesto Suárez, había sufrido el avasallamiento más duro y desconsiderado del oficialismo. Al que, mediante arteras acusaciones y maniobras de la peor calaña, habían obligado a separase del cargo de Gobernador, ganado en buena lid a la ahora dos veces derrotada ex – miss Bolivia. Ni Suárez – que fue el estratega – ni Carmelo Lens, ni los hombres y mujeres que se resistían a las correrías y malones de los caporales azules, dudaron un segundo en ganar, ni tan siquiera dudaron ganar en la primera vuelta, que parecía tan difícil.
La victoria que tanto disgusto causó a S.E. fue de los benianos y de nadie más. Pero fue muy útil, por consecuente, la presencia de Rubén Costas y de Samuel Doria Medina en algunos momentos de la campaña opositora; así también la de partidos que se sumaron a Lens, como ADN y la fracción del MNR leal a su jefatura. Una vez más, Juan del Granado y su MSM estuvieron ausentes de la lucha. Del Granado sigue diciendo que no puede acompañar a la derecha en una campaña electoral. Tal vez tenga razón: ya le fue muy mal con Sánchez de Lozada y ha de haber quedado escaldado porque siempre S.E. le recuerda su paso por esa alianza. Eso de mostrar a la derecha como a un fantasma culpable de todo, nos recuerda al asambleísta chuquisaqueño Domingo Alcibia, quien desesperado ante las acusaciones de haber violado a una barrendera de pollera en la misma sala de sesiones de la Asamblea, dice que fueron los de la derecha los culpables, como si ellos la hubieran maniatado para su disfrute.
En fin, en la jornada del domingo pasado, los importantes han sido los que tuvieron la visión y el coraje de enfrentar al poder. Aquellos que no quieren transar por millonarios ofrecimientos, que, finalmente, se traducen en canchas de césped sintético para que S.E. luzca sus piernas, cuando en el Beni hay pasto del bueno como para regalar. Ni las motos, ni los televisores de plasma, ni los ofrecimientos de carreteras faraónicas, ni tampoco las amenazas de abandono y chantaje, hicieron mella en el espíritu de los hombres de la pampa.
Y como sucede en la política, S.E. lo ha pensado bien y entonces ha superado su desaliento que afecta a sus ambiciones de prórroga, y le ha hecho saber a Carmelo Lens, que desea trabajar estrechamente con el Beni. Muy atinada propuesta de S.E. Si ha perdido en las urnas Jessica Jordan y no se vislumbran nuevas elecciones a la Gobernación hasta dentro de más de dos años, no sería lo más aconsejable esperar. Y la ex – miss Bolivia, que ha reconocido su derrota, ha quedado desencantada y en sus meditaciones posteriores ha llegado a la conclusión de que uno de los motivos de su caída fueron los escándalos de corrupción dentro del MAS, uno de los cuáles es justamente el que, coincidente con la elección, produjo aquel asambleísta chuquisaqueño que presuntamente violó a una empleada de la limpieza. Esto, que no parece tener mayor trascendencia y aquello del cártel de los extorsionadores, seguramente que no han pasado desapercibido a los electores.
Tampoco puede pasar por alto el torpe y abusivo manejo que se ha hecho en el oriente desde las máximas esferas del Gobierno. La mentalidad masista puede saber cómo manejar sindicatos en el Chapare o cómo poner de cabeza a los movimientos sociales y a los mallkus y amautas, pero no conoce el carácter de los cambas. El injusto y prepotente encierro que se hizo hace más de cuatro años con Leopoldo Fernández y la oprobiosa captura de Pando; el acoso a Ernesto Suárez, que les significó dejar sus cargos, han sido una bofetada a la democracia. De ahí el consecuente rechazo del pueblo a sus autores.
Hoy, con Leopoldo Fernández gravemente enfermo, a quien sin sentencia alguna se le quitó la libertad, recuerda el destino de otros prisioneros del Gobierno como Fernando Kieffer y Guillermo Fortún, los tres importantes miembros de ADN, que fueron sometidos a vejámenes y graves padecimientos que sólo terminaron, en los dos últimos casos, con sus muertes.
Hubo en el Beni una suma de agravios que no se le perdonaron al MAS, aun cuando S.E. diga que han subido su votación de manera enorme. Puede ser cierto el ascenso masista, pero se ha debido, primero, a las amenazas a los ciudadanos; y luego, al gasto desmedido y a las dádivas gubernamentales, que, está a la vista, no pudieron comprar todas las conciencias.
