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POR UNA SOCIEDAD MÁS JUSTA

hombres trabajando

El 1 de mayo se festeja el Día Internacional de los Trabajadores, en casi todo el mundo. Se ha avanzado enormemente en cuanto a respeto a los derechos fundamentales del hombre, pero es interesante subrayar, después de más de siglo y medio de la huelga que originó esta celebración, pidiendo la jornada de ocho horas para el trabajo diario, es una lucha vigente, solo parcialmente conseguida, y quedan las mujeres, los menores, los indígenas y amplios sectores todavía desprotegidos. La riqueza ha crecido a un ritmo vertiginoso en el mismo tiempo y hay países concediendo las reivindicaciones pedidas, pero en la gran mayoría son aún realidades en el papel. ¿De qué sirve un derecho al trabajo de ocho horas cuando lo que no tienes es trabajo? Un tercio de los habitantes del planeta continúa en situación de miseria, y la pobreza se extiende más aunque con diferentes rostros.

La naturaleza ha sido pródiga dotando de medios y recursos casi sin distinción a todos los pueblos del mundo, pero las opciones políticas, las decisiones de unos cuantos responsables de la cosa pública, han bloqueado literalmente el mayor crecimiento económico y una mejor distribución de la riqueza. Una y otra vez la codicia, la ambición, la ausencia de solidaridad y de escrúpulos han abortado gestiones de progreso y desarrollo de norte a sur, de este a oeste. La nefasta tentación al autoritarismo, a las dictaduras, a buscar la solución en solitario, ha sido la responsable de las mayores desgracias humanitarias. Si entre los principales se citan a Stalin, Mao, Hitler, que sumaron millones de víctimas al atraso económico de sus pueblos, es bueno señalar, han marchado bien acompañados por cientos o miles de miserables liderazgos que sometieron a sus pueblos a la ignorancia y a la pobreza.

¿Qué le falta al Estado Plurinacionalpara ofrecer mejores condiciones de vida a sus ciudadanos? Azorados y sin respuesta. Sería más fácil enumerar las ventajas, casi únicas entre los pueblos del mundo, que las deficiencias. Una y otra vez la fortuna tocó a sus puertas, y lo sigue haciendo, para encontrarse infaliblemente con las mismas trabas estructurales imposibilitando el inicio o la consolidación de su desarrollo. El chiste se ha convertido en realidad: verás la gentecita que le voy a poner. ¿Incapaces para el diálogo?Incapaces de vencer rencores y frustraciones, una y otra vez conducidosal enfrentamiento fratricida; se ha consolidado una estructura de control y de represión para asegurar el disfrute del poder por un tiempo determinado a los eventuales elegidos por la voluntad popular.

Los bloqueos dinamitan iniciativas. ¿Condenados a la pobreza por un determinismo histórico? Las oportunidades se convierten sistemáticamente en motivo de desánimo, desesperación y frustraciones colectivas. Costó convertir una idea en empresa, pública o privada, con mercado asegurado, aprovechando el auge de buenos precios y generando pocos o miles de fuentes de trabajo, para verla truncarse por decisiones lejanas y ajenas, inmisericordes lanzando resoluciones sin medir consecuencias, por gente sin ninguna experiencia en el rubro, a veces, ni en el trabajo. Si no somos capaces de respetar fuentes generadoras de empleo, es simple hipocresía festejar o celebrar un día como el Primero de mayo.

Al MAS le interesa reproducirse en el poder; lo de siempre. Pero aparece aterrado ante la posibilidad de cambiar de líder. No tiene relevo o les han convencido de ello. Los principales, en siete años, están presos o fuertemente cuestionados por la justicia o por las bases. Se aferran desesperados a la única opción, el líder cocalero y actual presidente, cuya imagen ha sido tallada a nivel orfebre por un aparato tan costoso como eficiente. Pero ensiete años han roto con los mineros; son grandes intereses y no hay acuerdos. Los indígenas, la fuente de inspiración y legitimación para el movimiento político salido de los cocales del Chapare, “no quieren saber” de la antigua alianza. Los de Tierras Altas y los de Tierras Bajas, traicionados y perseguidos. Los obreros, nucleados desde los años 50 en sus instituciones señeras, dejaron de ser sumisos compañeros y buscan un nuevo instrumento político. Los campesinos con fracturas por el descontento en la distribución de beneficios; la queja es simple, algunos se quedaron con la torta y otros con los crespos hechos.

El MAS, impulsado por el destino o por propia decisión,  parece depender casi en exclusiva de un proyecto arriesgado, en los límites de la legalidad, con fuertes compromisos  internacionales, sobre la coca y su pariente próximo, el narcotráfico. Pero esa no es opción para el pueblo boliviano que ve día a día crecer la inseguridad en sus hogares, calles y ciudades, sin respetar pueblo chico ni grande, rural ni urbano,  con la violencia típica de las mafias consagradas en Colombia, Méjico, Río y otros centros mundiales de comercialización y consumo de droga.  A los ciudadanos normales, cargando el estigma de la actividad ilícita, se lesdificulta su movimiento y elde sus bienes: será salida económica a corto plazo, pero es un suicidio a mediano y largo plazo como sociedad y como Estado.

Hay que volver a los principios, generar trabajo honrado, permanente, legal: trabajo digno. Lo necesita el 73 % del país. Del Papa Francisco “si no todos tienen la posibilidad de trabajar, entonces la sociedad es injusta”. La misma carencia de liderazgo es visible en la oposición: hay que ofrecer un liderazgo ético, con profundo y sincero respeto a las leyes, y a las libertades ciudadanas, para fortalecer la democracia reconquistada. La oposición se  reúne, habla, es el principio, verse las caras. Cuando las susceptibilidades entre principales se disipen, en parte resolviendo los complots bien orquestados por el gobierno, se llegará a acuerdos y programas básicos. La tan deseada unidad para sacar al país de la confrontación, la  economía marginal y de la autocracia, será posible.

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