ArtículosCarlos Toranzo RocaIniciosemana del 5 de AGOSTO al 11 de AGOSTO

Doble moral

Sí, le vino como anillo al dedo a Evo Morales el incidente aéreo sucedido en Europa, pues a partir de él utilizó una de sus armas más preciadas: la victimización. Volvió a decir que sufría esas afrentas por ser indígena, por ser revolucionario, por ser antiimperialista. Hasta ahora sigue utilizando ese episodio para hacer su campaña electoral para el 2014. Pero, Brasil demostró que el Gobierno de Morales hizo tres veces afrentas, también a aviones oficiales y a autoridades de ese país. Pero, Evo Morales oculta la mano, dice que no sabía nada. Sus acólitos del gabinete indican que esas violaciones de los derechos de los brasileños eran bromas de mal gusto de la prensa, que se trataba de desinformación porque la prensa no hace investigación. Lo que queda como certeza es que, en este tema como en otros, existe una doble moral del Gobierno y de su Jefe. Se reclama lo sucedido en Europa, pero aquí se hizo con creces lo mismo.

Pero, la victimización del “indígena” sigue; él no tiene reparos en justificar la represión a los indígenas en Chaparina; premió con la Embajada en la ONU a uno de los operadores de la represión. Es que el Presidente no es indígena, es cocalero, es -como muchos- alguien que nació en comunidad indígena, pero que migró rápido a la ciudad, se educó en ésta, tanto en primaria como en secundaria; su oficio, como el de cualquier mestizo, era de trompetista de banda en Oruro, de ahí migró al Chapare y se volvió cocalero, sindicalista y dirigente de los cocaleros. Ésta es su identidad más fuerte, por eso apoya todo lo que tiene que ver con los cocaleros y, por tanto, ataca a los indígenas. Pero, for export –y esto le rinde mucho-, se presenta como indígena, cuando en el país es anti-indígena. Otra vez doble moral. En sus etapas de dirigente cocalero, cuando bloqueaba al país, reclamaba la presencia de agentes policiales en las marchas, indicaba que ésa era una violación de los derechos humanos de los bloqueadores. Pero, ahora, cuando él usa a sus infiltrados para destruir a los indígenas de la marcha de defensa del TIPNIS, él justifica a sus propios infiltrados policiales. Otra vez, doble moral.

Morales impulsa el estatismo económico, quiere nacionalizar todo, pero no impone control estatal a los cocaleros, deja que éstos sean profundamente neoliberales, en una tierra, como el Chapare, donde no existe el Estado, donde no hay ley, donde se mata hasta a policías, y no se juzga a los asesinos. Otra vez, doble moral.

Ese mismo líder dicta la Ley de la Madre Tierra, dice que defenderá el medio ambiente, pero, en la práctica, lo que propicia es la destrucción de la naturaleza, hasta de los parques naturales, impulsa el desarrollismo extractivista que no se conduele con el cuidado del medio ambiente. De nuevo doble moral. Hace la defensa a ultranza de Snowden y del asilo político, ofrece asilo al norteamericano, pero a un boliviano asilado en la Embajada de Brasil no le reconoce sus derechos de asilado. Otra vez, doble moral.

Al subir al poder hablaba de la necesidad de la austeridad del Gobierno, atacaba el despilfarro realizado por los neoliberales, condenaba los excesos de gastos del Estado en tiempos del neoliberalismo. Pero, ya en el poder, compra un avión carísimo para su uso personal; gasta millonadas en sus viajes. Ahora, no tiene el empacho de decir que comprará más aviones -para la campaña electoral-, para sus funcionarios y acólitos, para ésos que quieren que los bolivianos al amanecer y al anochecer recemos por la salud del Tata Morales; eso es moral-les de quien quiere ser candidato otra vez. Entonces, criticar los gastos excesivos del pasado, invocar la austeridad y, una vez en el poder, hacer gastos millonarios, implica, otra vez, la presencia de una doble moral.

En su campaña electoral de 2005 atacaba la corrupción de los neoliberales, criticaba el uso prebendal, clientelar y patrimonial del poder. Pero, ahora en el Gobierno, “su” programa Evo Cumple no cumple con las mínimas normas de control de gastos por parte del Estado; la Contraloría mira a otro lado o justifica el dispendio, incluso hay fondos que no entran al TGN. Ese programa, Evo Cumple, es el símbolo de la corrupción y de la falta de control estatal y de fiscalización de los gastos. Ahora hace, multiplicado por 100, lo que criticaba a los neoliberales. Otra vez doble moral. Y aún hay más.

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