Al publicarse las primeras encuestas sobre intención de voto (El Deber, Pagina Siete) llama la atención que la segunda fuerza política del país sea la opción: no sabe/no responde con un 19,4%, desplazando al resto de los candidatos de la oposición. No detendremos el análisis en las capacidades electorales de Morales, ni tampoco vapulearemos a la descalabrada oposición, pues la novedad radica en esa segunda mayoría que prefiere silenciar sus opciones políticas.
Los indecisos están mostrando que no están casados con nadie, ni votan ciegamentea una fuerza política. Volubles en sus decisiones, observan atentos la dinámica del panorama político. No cabe duda que el 19,4% irá diluyéndose de acuerdo con la oferta electoral que canalice sus demandas.
Separando el conjunto podemos discurrir lo siguiente: la opción “No sabe” demuestra falta de información, decisión o confusión hacia las candidaturas; sin embargo los “No responde”, usan su legítimo derecho de guardar en secreto su preferencia electoral ya decidida. Ahora bien: ¿Cuántos votantes de este porcentaje están realmente en un proceso de reflexión electoral acerca de su futura preferencia y cuántos en silencio?
Miembros de la oposición e incluso analistas ven en el 45% favorable a Morales, un 55% contrario a él. Pecan de optimismo, este número soñado por la oposición se difumina ante los caudillos regionales y líderes sectoriales. Revisando el desempeño histórico de Evo en las encuestas, generalmente gana con 5 o 10% más de diferencia que las encuestas le otorgaban. Recordemos el 2005 que daban a Morales el segundo lugar con un 38% y terminó ganando con el 54%. De ahí la desconfianza del presidente hacia las encuestas.
Según Merino, los votantes indecisos son los que prestan menos atención a las palabras y más a los hechos. Generalmente son de clase media, cuya administración estatal no modifica en gran medida sus condiciones de vida, por ello se identifican con ideas moderadas, de centro izquierda o centro derecha, pues en diversos sentidos son conservadores (Merino: 2008)
Las imposturas políticas de la clase media la han dejado aprisionada entre la polarización. La clase media se ufana de defender los derechos indígenas gritando jallalla o comprando una camisa chiquitana y, al mismo tiempo, se desespera por ganar favores de sus jefes. También se camufla de microempresaria pero vive hipotecada ante los verdaderos empresarios, pues no tiene un liderazgo aglutinador que defienda sus intereses. Por ello, aplaude medidas como el doble aguinaldo y sufre las desgracias del sistema de salud o de pensiones. Además suele huir de los debates ideológicos pues siempre está rescatando ‘lo mejor’ de uno u otro bando. Es la clase media que busca la conciencia en sí y para sí, mientras vaga confundida ante la falta de proyecto y voceros políticos. ¿Existe un genuino líder político de clase media que no tenga un pasado de abolengo o defienda algunos poderes económicos? ¿Cuántos de los dirigentes de clase media pueden llegar a ser líderes de primera clase?
Otra característica de los indecisos es que son personas entre 18 y 35 años. Jóvenes que, a su manera, evalúan, diferencian y valoran la información que les llega en época electoral hasta establecer su decisión. Al contrario, los mayores tienen su voto determinado, pues a ellos “nadie se las charla”. Entonces ¿Existe oferta electoral dirigida hacía los jóvenes que proponga temas de fondo como educación, empleo, seguridad social, ocio, deportes, becas, etc?
La juventud se limita a flamear banderas, pintar paredes y reproducir discursos de antaño revestidos de modernidad a través de “seudo liderazgos” que entienden la política como el arte de salir en la tele para ganar una admiración vacua y una que otra palmada en la espalda. No entiende la política como el arte de generar ideas que se plasmen en proyectos que mejoren la calidad de vida en el presente.
Esperemos que la clase media y los jóvenes encuentren en su silencio un lenguaje de reflexión y protesta para generar demandas hacia los candidatos y no limitarse a un enigmático no sabe/no responde
Fuente: ElDeber