Usurpación y tiranía
Los regímenes ‘bolivarianos’ parecen no conocer el discurso de Simón Bolívar en el Congreso de Angostura: “Nada es tan peligroso como dejar permanecer mucho tiempo a un mismo ciudadano en el poder. El pueblo se acostumbra a obedecer y él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía.” (15 de febrero de 1819).
A poco de cumplir dos siglos, la cita cobra relevancia porque en esos países, sus gobernantes han impuesto un populismo autocrático-represivo, con careta democrática, que veta el Estado de Derecho. Son las “vetocracias” que destierran la separación de podres, bloquean el juego democrático y vetan a los rivales político. Así es la Bolivia de Evo Morales, donde han cooptado el espacio político económico, la administración de justicia y el Órgano Electoral para prorrogarse en el poder indefinidamente. Como señalara el Libertador, son signos de usurpación tiránica.
Hechos realidad, de esos peligros surge el ‘caso Rózsa’, llamado “terrorismo-separatismo”, complot político contra la autonomía que lideraba el Oriente boliviano. Fue la muletilla para justificar el miedo de Morales y compañía a las autonomías, que nunca pretendieron dividir al país, sino al poder político centralista. Su primera víctima fue Leopoldo Fernández, entonces prefecto de Pando, con una masacre montada por el régimen (IX.2008). Luego vino el caso Rósza, nombre del supuesto cabecilla de origen húngaro-boliviano, asesinado vilmente junto a dos extranjeros más en un hotel cruceño(16.V.09). Usaron técnicas de envilecimiento para atacar y destruir a la oposición en Santa Cruz, que se le mezquinaban entonces. Similares a las descritas por el Vice en “Estrategias para destruir la dominación k’ hara” (blanca-mestiza) aunque diga que la escribió un alumno suyo: “…humillados, infravalorados, maltratados económicamente…quitarles sus referentes sociales y culturales, es la mejor manera de matar su alma”.
Que el huido ex fiscal del caso del caso Rózsa, Marcelo Soza –hoy imputado por extorsionador- afirme desde su cómoda condición de refugiado en Brasil que todo fue armado por el hermano del Vice, Raúl García Linera y otros funcionarios, no lo libera de culpa. Además, lo sabíamos, y le recordamos que la “obediencia debidala obedencia debida opal mismo0loiq ue d lomo uniciopal mismo0” no es excusa para violar el derecho a la vida, al juicio justo, al debido proceso y la presunción de inocencia de 39 imputados, 9 presos y otros perseguidos en el exilio. A ninguno le han matado el alma, que no es “la hoja de coca”, el último invento electorero-intelectual del Vice.