Cardenal Julio: La Iglesia no está para someter el evangelio a los poderes de turno
CARDENAL JULIO TERRAZAS, ARZOBISPO EMÉRITO DE SANTA CRUZ
CATEDRAL METROPOLITANA, 13 DE NOVIEMBRE DE 2014
En realidad a mi tocaría decirles “vámonos en paz” porque ya hemos escuchado la palabra del Señor, las meditaciones y reflexiones… todo eso que hemos venido a escuchar de una manera tan familiar.
La ordenación de un sacerdote ahora parece una cosa rara, antes venían veinte, treinta, cuarenta jóvenes y los Obispos tenían callos en las manos de tanto imponerlas. Hoy cuando se ordena uno o dos por año tenemos que seguir diciéndole al Señor que no nos deje, que siga mostrándonos que Él camina con nosotros y que siga suscitando respuestas claras de quienes escuchan el llamado a seguir en todo lugar.
Sería bueno que los medios de comunicación lleven este acontecimiento a la Iglesia como un signo de nuestra presencia en este país, como un signo de nuestro compromiso con todos los que necesitan la verdad, la justicia, la vida y la paz. Eso es lo que significa esta ordenación.
No nos ordenamos para adornar altares, ni para pintar catedrales, nos ordenamos para hacer presente al Dios de la vida y hacer presente esa vida a nuestro pueblo tan amenazado de muertes continuas.
Nos alegra que estemos aquí bastantes co-hermanos y bastantes fieles rezándole al Señor para que Javier no se olvide lo que acaba de recibir.
Javier ya no es el muchacho que anda de una parroquia en otra, Javier es el ministro de Cristo que va a estar con su pueblo, con su comunidad, para llevarla cada vez a buscar verdaderos y auténticos alimentos para su vida.
Y como le encanta la Señor en este acontecimiento, siempre está su presencia para recordarnos a todos los demás que no basta ser sacerdote, hay que demostrarlo todos los días. Esta es una vez más mi impresión y mi deseo para todo el presbiterio que está aquí presente:
No basta haber recibido la imposición de las manos, hay que demostrar que no somos cualquier agente de pastoral, que no somos empleados de nadie, que no estamos para someter el evangelio a las fuerzas de los poderes sean económicos, sean políticos o sociales; el sacerdote es el apóstol de la palabra que va a decir esa palabra que Dios ha colocado en su boca para alimentar la vida de su pueblo, el sacerdote es el que hace presente a Cristo para que nosotros cristianos, religiosos o sacerdotes solamente nos inclinemos y arrodillemos delante de nuestro Dios y no de cualquiera que pretende suplantarlo.
Saquemos de esta celebración la enseñanza de nuestro Dios… amén.
Más información en:
http://www.iglesiasantacruz.org/