¿Cuál es mayor amenaza para las personas de los países en desarrollo: el cambio climático o la falta de energía?
(Traducción del artículo original en inglés de Mario Lewis, “Which Is the Bigger Threat to People in Developing Countries: Climate Change or Energy Poverty?” publicado en https://mail.google.com/mail/u/0/#inbox/1493024f0af2180c, por Sylvia Chafuen del ICEES)
“La idea de que el cambio climático representa una amenaza existencial para la humanidad es irrisoria,” manifestó el Prof. Richard Tol, economista climático, en el Financial Times a principios de este año. El mordaz comentario de Tol vino a mi memoria por un gráfico en Watts Up WithThat de hoy – una de esas imágenes más valiosas que mil palabras:
Para las 1300 millones de personas que no tienen electricidad, la falta de energía es en realidad una amenaza existencial. Para otras 2300 millones que enfrentan escasez de electricidad, apagones frecuentes, y horas limitadas de servicio, la pobreza de energía es un obstáculo decisivo para su desarrollo.
Estas 3600 millones de personas necesitan acceso a energía abundante, confiable y asequible lo antes posible y, para un futuro previsible, esto significa energía basada en el carbón. Sin embargo, las élites mimadas en la ONU, la UE, y la Casa Blanca quieren que todos los países, incluyendo India y China, donde cientos de millones aún no tienen electricidad, hagan compromisos políticos para limitar sus emisiones de dióxido de carbono (CO2), el subproducto inevitable del uso de la energía en base al carbón.
El mapa de más arriba proviene de un comunicado de prensa de un nuevo estudio en Nature Climate Change. El investigador, el Dr. Shanoli Pachauri (que no tiene ninguna relación con Rajendra), intenta probar que el mayor acceso a la electricidad doméstica ha sido un “contribuyente insignificante para el aumento de las emisiones de CO2 en India.” De acuerdo al reporte, publicado hoy en Watts Up WithThat, unos 650 millones más de habitantes de India han obtenido acceso a la electricidad desde 1981 al 2011 mientras que el consumo domiciliario directo solamente fue responsable de unas 50 toneladas de CO2, o un 3-4% de aumento de todas las emisiones nacionales durante ese período de tiempo. Si se incluyera en la ecuación a las emisiones “indirectas” debido al aumento de riqueza y participación en la economía, el aumento del acceso domiciliario a la electricidad representaría “156 a 363 millones de toneladas de CO2, o un 11 a 25% de aumento de las emisiones en el país.”
Bueno, estamos de acuerdo, los domicilios no son de un consumo energético tan alto como el de la industria química o de los sectores de ingeniería y maquinarias, de la tecnología de la información o aún de servicios textiles y financieros – todos ellos grandes contribuyentes a la economía de India. Sin embargo, sin el crecimiento de la industria y la expansión de la infraestructura energética que la sostiene, millones de hogares de India serían mucho más pobres de lo que lo son actualmente, y millones de los que hoy pueden tener electricidad estarían todavía viviendo (o muriendo) en una miseria de energía.
El Resumen (Abstract) manifiesta que los resultados del estudio “no disminuyen la importancia del hecho de que los países en desarrollo comiencen a reducir las intensidades de emisiones de carbono debidas a su generación de energía para asegurar un desarrollo sostenible y evitar futuras trabas limitadas al carbono.” El reportero agrega que “las fuentes de bajo consumo energético de carbono tienen beneficios adicionales para los países en desarrollo y deberían ser incentivadas.” Si la Dra. Pachauri y su instituto creen sinceramente en las piedades del climatismo o si simplemente repiten esos clichés con rimbombancia como el precio para que se publique su estudio es una incógnita.
El timing de este estudio – además de la observación gratuita del reporte de que “aún con un aumento en la utilización de energía, los domicilios de India utilizan menos que los de China, y menos que el 10% de los de Estados Unidos” – indica que el objetivo principal de Pachauri es político. El estudio está diseñado para proveer puntos de diálogo a los negociadores de India para buscar el mejor acuerdo posible (el compromiso menos oneroso de reducción de CO2) en la Conferencia Climática COP 20 (COP 20 climate conference) que se llevará a cabo en diciembre del 2014 en Lima.