Demasiados robos
En pocos días se han conocido algunas preocupantes noticias para el país. El ministro de Defensa informó que Bolivia acaba de dar por perdidos $us 30 millones correspondientes al pago que se hizo a una empresa china para la construcción de 16 barcazas y dos remolcadores. En el Parlamento se han perdido 60 computadoras en el lapso de pocos días. Desde la Gobernación de La Paz se informa que se han extraviado 35 motorizados. El Fondo Indígena ha dispuesto de $us 615 millones desde 2006 hasta ahora y no se sabe dónde está ese dinero. Algunos pesos han sido encontrados en cuentas personales de dirigentes del MAS y en la casa de una ex ministra tarijeña.
Con menos prensa, se ha sabido que la Gobernación de Tarija dispuso de Bs 9.000 millones para proyectos que deben ejecutarse en los próximos cuatro años, con lo que las nuevas autoridades, opositoras, no podrán contar con recursos hasta 2019. Y se informa que el Gobierno ha decidido que un proyecto geotérmico que debe construirse en Potosí sea financiado con recursos de Tarija, por aquello de que todos somos hermanos bolivianos y no importa de quién es la plata. Hay un misterio millonario: nadie sabe dónde está el satélite Túpac Katari, que costó al país $us 300 millones. Ahora que llegan las vacas flacas, y el Gobierno muestra que ha decidido aplicar austeridad, como la eliminación del subsidio a la harina, hay funcionarios que proponen recuperar por lo menos parte de los recursos robados.
Han surgido algunas ideas un poco disparatadas para lograr ese propósito. Por ejemplo, el Ministerio de Defensa decidió, después de dar por perdidas las 16 barcazas con sus empujadores, enviar a China una frondosa delegación de abogados para ver si pueden recuperar algo. Desde la Vicepresidencia se sugiere hacer lo posible por recuperar por lo menos los empujadores. El problema es que no se sabe si la delegación irá a Corea del Sur, donde comenzó el negocio, o a China, donde se esfumó. De las computadoras del Parlamento, lo único que se sabe es que no eran de bolsillo. Los vehículos de la Gobernación de La Paz eran de tamaño normal y 4×4. Parece que para gobernar hay que tener mucho cuidado. Las cosas tienden a extraviarse