Los dos Almagro
El Secretario General de la OEA, Luis Almagro, fue un discutido Canciller en el gobierno del Frente Amplio uruguayo presidido por José Mujica. Su candidatura y elección en el cargo internacional, despertó críticas y temores, ya que, durante su gestión como ministro de relaciones exteriores, fue abierto defensor del neo populismo latinoamericano y del castrismo.
Adolfo Castells Mendívil, diplomático y escritor uruguayo, en su artículo «La carta de Almagro, Venezuela y el Frente Amplio», (Correo de los Viernes, Montevideo, 13.11.2015),dice: «mi opinión fue muy negativa sobre la gestión de Luis Almagro como Canciller” Añadió que también desaprobó “su candidatura a la OEA y, hasta ahora, su mal desempeño al frente de la Secretaría General del organismo en cuestión. Pero, como el tango ‘El penado catorce’, al presente: ‘Dejó una carta escrita con frases tan dolientes…’ para la dictadura venezolana, que merecería unánime aprobación».
Se trata de la carta de Almagro a la presidente del Consejo Nacional Electoral venezolano, Tibisay Lucena, lamentando que el gobierno de ese país no acepte el envío de una misión de observación electoral de la OEA para las elecciones legislativas del 6 de diciembre. En las 18 carillas de la carta, hay duras críticas al régimen de Nicolás Maduro por su injerencia sectaria en el órgano electoral venezolano. El Secretario General deploró que esa posición «se fundara en un posicionamiento político y no en los argumentos que hacen a la justicia y a las garantías necesarias para el desarrollo de un proceso electoral». Afirmó, entre otros señalamientos, que«si la Secretaría General de la OEA fuera indiferente a los pedidos de la oposición sobre una observación electoral estaríamos faltando gravemente a nuestro trabajo, que es el de respaldar el buen funcionamiento de un proceso electoral para todos los partidos políticos involucrados». Agregó que había sido advertido de que «la oposición venezolana no ha gozado de condiciones de participación equitativas en la campaña electoral».
Para consternación del Frente Amplio uruguayo, del que Almagro fue partidario, por fin la actual Secretaria General de la OEA, ha decidido a defender los derechos de los ciudadanos y a denunciar los atropellos del populismo a la libertad de elección de sus autoridades. Ahora, hay otro Almagro y, como sostiene Oppenheimer, “¡Despertó la OEA!”. Ojalá que este organismo continúe en la defensa de los derechos ciudadanos que deben ser garantizados por los gobiernos que se precian de democráticos.