ArtículosInicioMarcelo Ostria Trigosemana del 2 de MAYO al 8 de MAYO

Para toda la vida…

Winston S. Churchill afirmaba que «La democracia es la necesidad de inclinarse de cuando en cuando ante la opinión de los demás». Esto viene a cuento porque el presidente Evo Morales, ha ampliado su deseo inicial —cuando inauguró su primer período— de que su modelo de gobierno se quedaría por quinientos años. Ahora pretende que el MAS esté en el poder toda la vida.

Si se pretende que vivimos en democracia, habrá que recordar que uno de sus elementos esenciales es la alternancia, la que está implícita en la obligación de acatar la opinión de los demás, o sea de los no comprometidos con el poder. Pero eso no es todo. El mandatario abriga otro deseo: hacer desaparecer a los disidentes. «A veces —dijo— algún sector, algún grupo que se opone hay que derrotarlo y cooptarlo para juntos trabajar por Bolivia, y cuando se dan cuenta se suman también…».

En la misma ocasión el presidente, prosiguió con la vieja costumbre de atacar a la prensa independiente —ahora incluye a las redes sociales— y arremetió: «…por ahora solo falta vencer a algunos medios y a los opositores mediante las redes sociales (Faceboock y Twitter)».

No podía ser más explícito el incontenible propósito del mandatario de permanecer en el poder para siempre. Comenzó con la reelección espuria contrariando la Constitución Política del Estado que su partido propició, fue re-reelecto en 2015, e intentó en febrero último que un referendo lo habilite para 2019 y, entonces, perdió el apoyo ciudadano.

Este deseo del caudillo no cumplido y no abandonado, se opone a cualquier consideración democrática y de sentido común. Desconoce dos principios consubstanciales a la democracia; la pluralidad de particos políticos, lo que supone la coexistencia de distintas maneras de concebir la sociedad y su desarrolló, y la alternancia, ambas características de dictaduras. Es más; la carta Democrática Interamericana, de la que Bolivia es parte, sobre los partidos políticos establece: “El fortalecimiento de los partidos y de otras organizaciones políticas es prioritario para la democracia.”

La pérdida de la alternancia si se cumple el deseo presidencial,  sería otra deformación de la democracia, y se añadiría a otras como las señaladas e varias disposiciones internacionales: “la separación e independencia de los poderes públicos, la transparencia de las actividades gubernamentales, la probidad, la responsabilidad de los gobiernos en la gestión pública, el respeto por los derechos sociales y la libertad de expresión y de prensa”. (Carta Democrática Interamericana).

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