Este diario ha expresado varias veces su indignación por el trato que recibió José María Bakovic, el expresidente del Servicio Nacional de Caminos (SNC), hoy ABC. Un hombre comprometido con el servicio a su país, fue maltratado de una manera insólita por el sólo hecho de haber trabajado para gobiernos anteriores.
Bakovic, un ingeniero respetable y respetado, decidió volver a Bolivia cuando desarrollaba una carrera profesional exitosa en el exterior. Lo hizo porque creía en el trabajo público.
Con una inquina insólita, el Gobierno decidió acabarlo civilmente. Lamentablemente también fue acabado físicamente. Cuando podía haber salido del país y denunciar los excesos judiciales desde el exterior, Bakovic prefirió quedarse y defenderse de los 76 procesos judiciales a los que fue sometido. Eran juicios en varias localidades del país, por lo que tenía que trasladarse constantemente, gastando de su propio peculio, y muchas veces por tierra debido a que no existía posibilidad de ir por aire. Obsesionado por demostrar su inocencia, no hizo caso a los pedidos, ruegos casi, de sus familiares, amigos y abogados, y persistió en viajar donde le demandaran que lo hiciera.
Y los jueces y fiscales dominados por su afán de agradar al Gobierno, siguieron convocándolo a audiencias en La Paz, pese a que sus médicos demostraron que con ello, debido a una afección al corazón, arriesgaba su vida.
Es justamente lo que sucedió. El 12 de octubre de 2013 falleció en Cochabamba, un día después de sufrir un infarto en La Paz, a donde fue forzado a asistir a una audiencia; lo hizo porque el juez no aceptó el certificado médico que efectivamente señalaba que estaba enfermo. Para humillarlo incluso después de muerto, efectivos de la FELCC le tomaron muestras de sus huellas dactilares estando en su lecho de enfermo.
Todo ello se sabe abundantemente, pero no le quita valor a un estudio especifico ordenado por el Observatorio Boliviano de Derechos Humanos, que reconstruyó el caso de manera inteligente y ordenada y estableció los al menos 13 derechos fundamentales que violaron jueces y fiscales al perseguir con esa saña a este exfuncionario.
Entre los derechos vulnerados están el «derecho a la vida y a la integridad física”, «a la salud”, «a la dignidad y la libertad” y «a la integridad física, psíquica y moral”, establecidos tanto en la CPE boliviana como en el Pacto de San José, que tiene rango legal en el país.
Esos jueces y fiscales, y las autoridades que los forzaron a perseguir a Bakovic, deberán en algún momento enfrentar, ellos mismos, acusaciones judiciales. Ninguna muerte motivada políticamente debe quedar impune.
Fuente: paginasiete.bo