REPORTE PGnet No. 425: A LA MEMORIA DE ANDRÉS SOLIZ RADA
Marcelo Gullo
El pasado 2 de Septiembre, 2016, en el corazón de la América profunda, el viejo Alto Perú, se apagó el corazón de Andrés Soliz Rada, uno de los más grandes pensadores de la Patria. Andrés nació en la ciudad de La Paz el 21 de mayo de 1939 fue abogado periodista, profesor, militante político, senador, y ministro de Hidrocarburos.
Para comprender cabalmente la enorme talla política e intelectual de Andrés Soliz Rada, no basta con escribir una simple cronología de su vida, es preciso puntualizar que fue Andrés Solíz Rada en 1970 desde la dirección del Sindicato de Trabajadores de la Prensa de la Paz, quien defendió la segunda nacionalización del petróleo y denunció, valientemente, la injerencia imperialista que, a través de jefes militares cipayos, preparaba un golpe de estado antirrevolucionario. Que Andrés Solíz Rada en 1971, pluma y fusil en mano, organizó gran parte de la resistencia al golpe militar pro-imperialista del Coronel Hugo Banzer Suárez. Que Andrés Solíz Rada en 1989 fue uno de los más importantes impulsores de la resistencia popular al proyecto oligárquico imperialista, persistiendo en sus convicciones. Que fue Andrés Solíz Rada en el Congreso Nacional, de 1989 a 2002, quien se transformó en el baluarte de la defensa de las riquezas mineras y petroleras de Bolivia. Que fue Andrés Solíz Rada, como Ministro de Energía e Hidrocarburos, el 1º de mayo del 2006, quien impuso y ejecutó la tercera nacionalización de los hidrocarburos.
Pero sobre todas las cosas, importa destacar que Andrés Solíz Rada no fue un político a secas, tampoco fue un intelectual a secas, Andrés Solíz Rada perteneció a la rara y tan necesaria estirpe de los políticos intelectuales. Preciso es aclarar que los políticos intelectuales sólo aparecen en la historia de las naciones cuando el destino de sus patrias está en juego, cuando los pueblos sienten el riesgo de su desaparición histórica. Los políticos intelectuales emergen en la historia cuando la supervivencia de la nación misma se encuentra amenazada. Los políticos intelectuales surgen cuando la nación está en peligro de muerte. Son fruto, y a la vez respuesta, de y, frente a esa circunstancia límite. Son, sin temor a errar, ellos mismos “una luz en túnel”, son ellos, con su pensamiento y acción, aquellos que alumbran el túnel, son ellos quienes, desde el pensamiento, conducen a sus pueblos en medio de la oscuridad, justo en el mismo momento, en que todo parece perdido.
Sería imposible referirse a cada uno de los brillantes ensayos y artículos que conforman la obra de Andrés Soliz Rada. Sin embargo, queremos escoger y resaltar aquel que refleja, quizás, el combate más importante y desigual que debió enfrentar Andrés Solíz Rada en sus cincuenta años de lucha por la liberación de Bolivia y la reunificación de la Patria Grande Indoamericana. Nos referimos, específicamente, al ensayo titulado “Pugna de modelos civilizatorios: Indigenismo o Estados continentales”, en el cual Andrés Solíz Rada alcanza plena y brillantemente la realización de su propósito:demostrar que el fundamentalismo indigenista como modelo de cambio civilizatorio es un engaño. Que el fundamentalismo indigenista es una construcción neocolonial, ejercitada por pseudo izquierdistas para destruir a los Estados nacionales in constituidos de indoamérica e impedir la construcción de un Estado continental indoamericano, único instrumento político capaz de enfrentar, con éxito, a las grandes compañías transnacionales, al capital financiero internacional y a las grandes potencias del siglo XXI. Quizás de todas las grandes batallas libradas por Andrés Solíz Rada contra el “fundamentalismo indigenista”, ésta haya sido la más trascendente. Es por ello que importa resaltar que Andrés Solíz Rada fue el primero en advertir que se estaban sembrando en Bolivia las semillas de su futura fragmentación territorial. Semillas que el imperialismo, oportunamente, regaría para hacerlas germinar cuando lo considerara conveniente para que, creciendo, destruyesen completamente, la unidad boliviana y, con ella, el pivote estratégico de la integración andino-rioplatense.
Que Andrés Soliz Rada fue el primero en intuir que, si Bolivia se fragmentaba desaparecía, también, la posibilidad de que todos los hispanoparlantes nos sentásemos juntos primero para, luego, sentarnos con nuestros hermanos lusoparlantes y, evitar de esta forma que, la oligarquía paulista caiga en la tentación de dominarnos y explotarnos con palabras dulces al oído. Que Andrés Solíz Rada fue el primero en hacernos comprender que, sin Bolivia, la unidad de los hispanoparlantes está perdida.
Andrés Soliz Rada ha muerto como todos los nuestros, como todos los grandes pensadores de la Patria GrandeIndoamericana: de pie, fiel a sus ideales y principios. Ahora lo tenemos en la Patria Celestial junto a Rodó, Vasconcelos y Ugarte.
PAZ EN SU TUMBA!.