Compendio trilingüe sobre Bolivia
En la madrugada cavilé sobre un compendio sobre la Bolivia que me ha tocado vivir, a lo menos desde que ocupé mi sardonia en escribir columnas semanales desde el año 2001. No sé si la musa me soplaba otra arremetida contra molinos de viento, inconclusa quizá como tantas otras. Espolearía contra la escasa resonancia que tiene Bolivia en Brasil y Estados Unidos: quizá prologada con una fábula sobre la hormiga, la onza (no la medida de peso, sino la pantera sudamericana), y el elefante. El toque de actualidad serían rasgos del gobierno de Evo Morales, pastor de llamas, platillero de banda de música, cocalero y dirigente sindical que llegó a diputado y a Presidente de la República –el que duró más tiempo en la silla presidencial, o mejor diría, volando en avión de lujo de aquí para allá por la geografía nacional y mundial.
¿Quiénes serían incluidos en tamaño empeño? En el advenimiento de Evo entraría uno de sus apóstatas, el “Mallku” Felipe Quispe Huanca, quien se declara “culpable del ascenso” de Evo, tal vez a través del dolor por la muerte sin esclarecer de su hijo. Quizá el “zorro” Carlos Sánchez Berzaín haría un relato de primera mano de aquellos días de octubre, desde otro ángulo de tan luctuosos eventos.
En el tan cacareado “proceso de cambio”, que para mí es “relevo de rateros”, las dos caras del discurso indigenista serían desnudadas por una de sus víctimas, el letrado Víctor Hugo Cárdenas. A su lado, pondría a un “libre pensante” del proceso: Filemón “Filipo” Escóbar, que reseñase el ámbito minero y obrero. El filósofo H.C. F. Mansilla daría luces sobre el vaivén continental de populismo y democracia, a diferencia de dictaduras caribeñas que asolan lo que antes fuera el “patio trasero” estadounidense.
En la cuestión económica, sería indispensable Gonzalo Chávez, que ha adoptado un estilo liviano sobre un tema pesado que mueve a “cortarse las venas”, como diría Sabina. ¿Qué es el socialismo del siglo 21 en el contexto del capitalismo de Estado de siempre? ¿Qué tal las peroratas eruditas de Raúl Garrón? Aplicadas al país, tendríamos lo serio del pensar de Noam Chomsky sobre el ocaso del sueño “americano”, las teorías del francés Thomas Piketty sobre la desigualdad económica y el reparto de los ingresos; del estadounidense Paul Krugman sobre la reacción contra Keynes.
La dicotomía de letrados y audaces (¿o serán vivillos?) entre los militares, donde los últimos llegan a Presidente, se la encargaría al Gral. Gary Prado Salmón, si no estuviera acosado por la jauría judicial gobiernista. Ya no está entre nosotros mi amigo Emilio Lanza, así que le encargaría un segmento sobre los milicos a mi camarada el Gral. Jorge “Coco” Castellón.
Aunque resistida, prefiero a María Galindo a la versión aguada de feminismo de Julieta Montaño. Sin llevar agua a su molino, ¿será que daría la talla para repasar el rol de la mujer en tiempos de un rijoso mandatario?
El petróleo y el gas natural son un dúo en que cifran esperanzas de salir del rol mono-productor que jalona nuestra historia. Desde que nos engolosinábamos con un potencial de hasta 300 TCF de reservas de gas, despertamos a la pesadilla de apenas honrar los contratos con Brasil y Argentina, quizá atribuible a la “nacionalización de hidrocarburos”. Escogería entre Carlos Miranda Pacheco y Hugo del Granado Cosío para una prognosis del futuro.
Otras fuentes de energía son prometedoras. A Carl Brockmann le encargaría algo sobre el litio, alejado de grandilocuentes blablás gubernamentales. Acepto sugerencias de lo que sería alguien versado en fuentes energéticas térmicas y eólicas. Mi condiscípulo Fernando Getty Aponte podría echar luces sobre la energía hidroeléctrica, quizá contrapunteada por algún apóstol del medio ambiente.
En las relaciones exteriores del país, resaltan Chile, Brasil y Estados Unidos. Quizá convencería a Carlos Diego Mesa Gisbert –quien con un “de” postizo no tiene ni casorio con alguna señora Mesa ni título nobiliario- para insertar una disertación sobre las idas y venidas de Bolivia y Chile sobre el mar en la égida de Evo Morales. La parte histórica se la encargaría a un artículo que seguro existe en la profusa producción bibliográfica de mi respetado Mariano Baptista Gumucio.
El burro por delante: mi artículo “El círculo se cierra” taponaría un acápite boliviano-brasileño. Mi amigo José María Bakovic reviviría con su concepto de nuevos “bandeirantes” brasileños en los contratos de construcción de carreteras en el país. Ahora son mandarines chinos, quizá vengándose de haber sido culíes en tiempos más famélicos. ¿Será que mi admirado Luis de la Reza, que estudió posgrado en EE.UU, permitiría que se publicara alguna incursión en la prensa escrita? Sería el epílogo de la muerte por acoso judicial de Bakovic, soldándola como eslabón de la Operación Lava Jato en Brasil y su futura repercusión en Bolivia. Sálvese quien pueda si es con “delación premiada”.
Ya son casi 20 artículos y corro el peligro de que una versión trilingüe se convierta en un mamotreto solo bueno para trancar la puerta. Y eso, sin salpimentar sectores con caricaturas irónicas de Pipo Velasco. Sin embargo, acepto adhesiones y sugerencias:win1943@gmail.com