ArtículosInicioManfredo Kempff Suárez

EL «COLORAO» MERCADO EN LA BATALLA DE EL PARI

Entre los jefes patriotas nacidos en Santa Cruz, el Cnl. José Manuel Mercado fue el más destacado, como entre los realistas cambas, sin asomo de duda, el Brigadier Francisco Xavier de Aguilera. El «Colorao» fue el permanente lugarteniente del héroe de El Pari, Ignacio Warnes, y combatió con Arenales en La Florida y con las tropas de Belgrano en las batallas de Tucumán y Salta, donde también pelearon Warnes y Arenales. A esas últimas victorias se sumaron dolorosas derrotas por supuesto, y Mercado vivió largos años de su vida, luego de El Pari, en su reducto de Saipurú, en Cordillera, amagando a Aguilera con golpes de mano, pero sin posibilidades de enfrentarlo en campo abierto. Tuvo la fortuna de entrar en Santa Cruz en febrero de 1825 y de ser su primer Gobernador.

La batalla de El Pari, hace hoy 200 años, fue al parecer una de las más sangrientas que se dieron en el Alto Perú y tal vez en América, si se considera la cantidad de muertos en ambos bandos. Ahí se jugaron el todo por el todo Warnes y Aguilera. Warnes tenía que defender la ciudad a sangre y fuego porque perder la batalla sería el final para los patriotas. El «feroz» Brigadier venía a Santa Cruz después de haberle cortado la cabeza a Padilla en La Laguna y con las órdenes de Goyeneche de sentar la mano a todo reducto hostil a la Corona. Habían dispuesto desde Lima que el mejor soldado nacido en estas tierras acabara con la republiqueta cruceña.

Si aceptamos como válidas las cifras de varios estudiosos, que han sido sintetizadas en las informaciones que nos proporciona la computación, Aguilera contaba con 1.600 soldados y Warnes con 1.200. Pero Warnes tenía una artillería respetable y sobre todo a la caballería que comandaba José Manuel Mercado, el «Colorao». Mercado arremetió primero, con gran bravura, y persiguió a la derrotada caballería realista hasta las proximidades de Peji, mientras que la infantería se batía a tiros y bayonetazos en una jornada que se inició hacia el mediodía y terminó al anochecer.

El héroe, Warnes, cayó bajo su caballo y quedó aprisionado para que los realistas lo mataran a lanzazos. En efecto, cuando Mercado regresó a la lucha con su caballería, los patriotas se habían dispersado y la batalla se había perdido. Una cabeza más cortó Aguilera, la de Warnes, y la plantó en la ciudad espantada. El «Colorao» reagrupó a sus hombres y se retiró a Saipurú, desde donde no dejó  en paz a Aguilera ni un solo día,  mediante ataques sorpresivos y emboscadas, convertido en guerrillero  en suma.

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