El litio, ¿otra oportunidad perdida?
“Bolivia, Chile y Argentina concentran el 54% de las reservas de litio en el mundo”, informó el Servicio Geológico estadounidense (USGS) (Wálter Vásquez, La Razón, 02.07.2017). Se confirma así que en el Salar de Uyuni está la mayor reserva mundial de litio, seguida por las de Chile y Argentina. No obstante, el primer productor mundial de litio es Australia, seguido por Chile y Argentina. Bolivia no figura como exportador, está en la ‘fase piloto’ para la producción de carbonato de litio.
El litio se usa principalmente en la fabricación de baterías recargables en varias aplicaciones, como las de vehículos eléctricos. Por ello, la demanda y los precios internacionales van en constante aumento. Según El Economista de México, (07.12.2016), la tonelada de litio que se cotizaba en 2012 en $us 4.220, en 2016 llegó a $us 7.474.
El deseo de explotar el litio en Bolivia, no es nuevo. Wálter Orellana Rocha, en ‘El litio: Una perspectiva fallida para Bolivia’, relata que en 1988 —hace ya casi 30 años— el Ministerio de Minería invitó a la Lithium Corporation of America, una de las empresas líderes mundiales en este rubro, a negociar la explotación del litio en áreas seleccionadas del salar de Uyuni. Se concertó un contrato: el que fue resistido con protestas populares instigadas por la afirmación de que se trataba de un supuesto ‘entreguismo’ y en perjuicio de Potosí. La Litium no aceptó nuevas reglas y se retiró. Ahora opera en yacimientos del Norte argentino.
Las crecientes perspectivas de una mayor demanda del litio, han hecho que nuevamente se piense en explotar las reservas del Salar de Uyuni; esta vez como un proyecto estatal, y se creó Yacimientos de Litio Boliviano (YLB). Pero, “la proyectada industrialización de los recursos del salar de Uyuni es, desde 2008, el proyecto más retrasado del gobierno y ha desatado entre los especialistas dudas sobre la verdadera eficiencia de la fórmula boliviana para la fabricar carbonato de litio…” (…) “La ley que crea la nueva empresa estatal del litio establece que los inversionistas bolivianos o extranjeros en la industrialización de este metal liviano tendrán que tener en cuenta una participación estatal mayoritaria…”. (Rolando Carvajal. Bolpress, 01.04.2017).
Se insiste así en seguir alimentando a un Estado voraz, engullidor de toda la actividad productiva nacional, pese a las malas experiencias y a la comprobación de que se está dando lugar a mayor corrupción. De esta manera es que se pierden oportunidades, y ya van tantas…