CORRUPCIÓN MADE IN SOCIALISMO SIGLO XXI
() Noticia: Denuncian a Cristina Kirchner Fernández, Julio De Vido y Ricardo Jaime por un «tren fantasma» que costó casi US$ 10 millones (Clarín 5-11-17).- La expresidenta Cristina Kirchner, el exministro de Planificación Julio De Vido y el exsecretario de Transporte Ricardo Jaime verán complicada aún más su situación judicial.
() Comentario: Si algunas características recordaré siempre, como signos del Socialismo Siglo XXI, son: la corrupción pública, el talante dictatorial, y su vinculación con la cadena coca-cocaína. Es una vergüenza para la izquierda honorable del continente, bajo cuyos ropajes se cobijó, con su silencio cómplice.
Como ciudadano de esta Patria Grande, alzo mi voz de protesta contra el Foro de San Pablo. ¿Cómo fue posible que tantos intelectos se reunieran para diseñar un sistema político retrógrado, que no respetó la democracia, con la que llegaron al poder? ¿Que no respetó los Derechos Humanos, por los que tanto clamaban al Plan Cóndor? ¿Cómo fue posible que su proyecto no incorporara una propuesta económica sostenible, para solucionar los problemas de la gente? ¿Cómo fue posible que permitan los niveles de corrupción y narcotráfico que vivimos?
El Socialismo Siglo XXI solo fue viable por el Súper Ciclo de los precios de las materias primas, que hizo llover plata sobre el continente. Plata que despilfarraron sin misericordia en darse lujos que la derecha nunca tuvo, construir canchitas de pasto sintético, palacios megalómanos, y elefantes blancos en lugar de proyectos sostenibles.
Perdimos una oportunidad inmejorable de invertir en educar a nuestros pueblos, en construir la infraestructura necesaria para poder salir del Tercer Mundo. Fue otra década perdida, esta vez no por falta de plata, sino por la ineptitud, el pillerío y la excesiva ideologización.
«Según el Banco Mundial, la corrupción es sin duda el mayor obstáculo para el desarrollo económico y social de un país. Su ejercicio no solo menoscaba los recursos que el Estado utiliza para satisfacer las necesidades de sus habitantes, desincentiva la realización de inversiones, frena el desarrollo económico, perpetúa los niveles de pobreza, promueve la ineficiencia, la inestabilidad y la violencia» (PressReader 01-08-16).
Hoy la marea de la historia está cambiando en el continente, gracias a Dios. Nuestros pueblos, que cansado de los políticos tradicionales buscó una nueva alternativa, fueron brutalmente defraudados; caímos de la olla a las brasas.
El pueblo les dio la oportunidad de materializar sus cantos de sirena; no lo pueden negar los populistas del SS XXI. Pero no fueron capaces de ir más lejos, repitieron las mismas utopías fracasadas de siglos pasados; la novedad esta vez fue la aplicación de la tecnología cubana, de los hermanos Castro, especialistas en anclarse en el poder a cualquier costo, aunque tengan a todo un pueblo destruido moral y materialmente.
La monumental corrupción de Cristina Kirchner, Luiz Inácio «Lula» da Silva, expuesta ante la justicia de sus países, están develando la trágica realidad de la moral del populismo continental.
De igual manera, la cleptocracia venezolana y boliviana, será juzgada cuando se restablezca la verdadera justicia. Por eso se aferran con uñas y dientes al poder, incluso apelando a los Derechos Humanos que tanto violaron, para tapar hasta donde sea posible la realidad. Una hipocresía monumental. Pero pueden ir poniendo las barbas en remojo, el tiempo les llegará.