Rusia 1917: Revolución y Golpe de Estado

Paula Peña Hasbún
Enero de 1917, el imperio zarista comenzaba a desmoronarse. La Primera Guerra Mundial debilitó al extremo su economía; los conflictos sociales y políticos, que no eran pocos, se manifestaron a lo largo de todo el ano. En febrero, una revolución sacó del poder al zar Nicolás II (1894-1917) y estableció un Gobierno Provisional, compuesto por los diversos grupos políticos; en octubre, un golpe de Estado –el primero del mundo contemporáneo– organizado por un grupo minoritario, los bolcheviques, quienes tomaron las principales instituciones, acabó con el Gobierno Provisional y crearon el primer Estado basado en las propuestas del marxismo.
Este ensayo está basado en las clases de historia contemporánea que imparto en la Universidad Gabriel René Moreno y busca introducir al lector en una visión general de la Revolución rusa, más que en un debate historiográfico sobre la temática.
Rusia antes de 1917
La revolución industrial, iniciada a finales del siglo XVIII, había transformado a la mayor parte de los países europeos no solo en lo económico, tecnológico y social, sino fundamentalmente en lo político, con constituciones que garantizaban los derechos ciuda26 danos. Sin embargo, Rusia seguía siendo un país poco industrializado,
básicamente rural y con una monarquía absoluta dirigida por el zar[1] Nicolás II, que dominaba a más de ciento cincuenta pueblos, siendo la población rusa la mayoritaria; el Imperio impuso una rusificación forzada.
Las tensiones generadas por este atraso político y económico, así como por una burocracia estatal gigantesca y corrupta, llevaron a que se dé en Rusia una revolución a principios del siglo XX. Todo tipo de agrupación política, laboral, social, estaba prohibida. Si bien existían algunas, que contaban con autorización estatal, eran vigiladas y la censura era rígida. Las organizaciones clandestinas eran reprimidas con violencia, por lo que muchos rusos opositores al régimen habían migrado a Suiza o a Gran Bretana, donde organizaban la oposición al zarismo. La más importante era Iskra, de la línea del partido social demócrata ruso.
La guerra ruso-japonesa, de 1904-1905, fue el punto de partida de la rebelión rusa. Los japoneses atacaron a los rusos en Port Arthur, ya que buscaban llegar a Manchuria y a Corea. El zar Nicolás II quería una Rusia que llegara al Océano Pacífico, pero la lejanía no le permitió llevar las tropas y Japón los derrotaba en la Batalla de Mudken. Por primera vez, un país asiático derrotaba a una potencia europea, lo que generó un malestar general en Rusia.
Cabe también resaltar la revolución de 1905. Sucede que la Guerra ruso – japonesa desequilibró la frágil economía rusa, lo que desató la tensión social. El 9 de enero de 1905, los obreros marcharon al Palacio de Invierno, residencia del zar, para exigirle mejoras en su situación social. Esta marcha fue reprimida por el ejército y se la conoce como Domingo Sangriento y fue el punto de partida de la revolución que se daría a lo largo de todo el año 1905.
Se inició una huelga general de trabajadores que exigían una constitución, un gobierno parlamentario y, fundamentalmente, sufragio universal. En marzo de ese año, el zar Nicolás II se vio forzado a establecer la Duma o Asamblea, pero de tipo consultivo. Las protestas continuaron y, en agosto, permitió que la Duma pudiera ser electa, esperando de esta manera calmar las protestas generalizadas. La Duma, a partir de la elección de sus diputados, tendría carácter deliberante.
Los deseos de cambios revolucionarios ya no eran solo de los obreros; la agitación se había dispersado en toda la sociedad. Las huelgas eran cotidianas y, en octubre, una huelga general exigió que la Duma tuviera funciones legislativas y que se garanticen las libertades civiles. Finalmente, en diciembre de ese año, el zar hizo su última concesión, el sufragio universal.
La revolución de 1905 fue el punto de partida hacia un sistema constitucional en Rusia, pues no solamente se obtuvieron mayores libertades, sino que se permitió a los campesinos, el grupo absolutamente mayoritario de esa sociedad, el derecho a la propiedad privada de sus tierras, conocidas como kulaks. La servidumbre, situación en la que se encontraban los campesinos, fue abolida por el zar Alejandro II (1855-1881) en 1861, con lo que se les permitió trabajar la tierra, pero en comunidad, llamadas mir, además creó los zemtsvos, consejos locales que de ninguna manera atentaban contra la autocracia zarista.
La revolución de 1905 permitió a la sociedad rusa organizar partidos políticos. Los más representativos fueron: los anti- octubristas, conservadores que buscaban mantener el antiguo régimen; los octubristas, liberales que habían luchado por el establecimiento de la Duma; los kadetes, Partido Demócrata Constitucional, de formación liberal; los social-revolucionarios o eseeres, Partido Social revolucionario de Izquierda, con bases y objetivos agraristas y reivindicaciones campesinas y finalmente los Socialdemócratas, quienes estaban divididos en mencheviques, que se encontraban en Rusia y bolcheviques, los más radicales, que estaban en el exilio.
Revolución de febrero de 1917
Las derrotas sucesivas del ejército ruso en la Primera Guerra Mundial generaron un ambiente de descontento total en la población rusa, que ya estaba muy golpeada por las restricciones propias de una guerra. Rusia no tenía la capacidad de enfrentar la guerra más allá de las exigencias militares. La población estaba cansada, tenía hambre y exigía finalizar la guerra, pero, para salir de manera exitosa de la guerra, era necesario un nuevo gobierno que tenga la confianza de la Duma y la autoridad necesaria para reconducir el país.
Las demandas de cambio estaban en contra de las inclinaciones absolutistas del zar y especialmente de la zarina. La nobleza rusa había aconsejado al zar instalar un régimen parlamentario, pero la zarina insistía en los consejos de Rasputín, que los había llevado a una sucesión de incompetentes y corruptos ministros. Rasputín fue asesinado con la esperanza de debilitar la resistencia de los zares a un cambio de gobierno.
Nicolás II decidió unirse al frente de guerra para dirigir el mismo las acciones, pensando que, de esta manera, la masa se apaciguaría, pero la rebelión era imparable. Las huelgas empezaron en Petrogrado, a las que se sumaron los militares; el zar quedó solo y fue obligado a abdicar. Lo hizo a favor de su hermano Miguel, quien no aceptó el trono, ya que sabía muy bien que la monarquía estaba más que debilitada. El zar y su familia fueron apresados y, finalmente, en julio de 1918, ejecutados.
La gran huelga general de febrero de 1917, iniciada por los obreros y apoyada por los soldados,fue el inicio de la revolución. Ante la abdicación del zar, la Duma formó un Gobierno Provisional compuesto por líderes de la burguesía liberal y de los socialistas moderados o mencheviques. Se conformó también el Soviet, consejo de campesinos, obreros y soldados que buscaban controlar la actuación del Gobierno Provisional. De esta manera se instauró un doble poder, convirtiéndose el socialista Alejandro Kerensky en el enlace entre el Gobierno Provisional y el Soviet, ya que era vicepresidente del Soviet y ministro de justicia del Gobierno provisional.
El Gobierno Provisional asumió en una situación difícil, pues debía satisfacer las esperanzas de todos los sectores: los obreros esperaban la realización del socialismo, los campesinos querían la propiedad de la tierra y la sociedad en general quería la paz. El slogan Tierra, pan y paz resumía perfectamente las aspiraciones de los rusos.
Estas demandas, que eran económicas, se transformaron con el paso del tiempo en demandas políticas. Los liberales del Gobierno Provisional querían continuar con la guerra para cumplir sus obligaciones internacionales, aunque renunciaban al anexionismo, mientras que la izquierda pedía el fin de la misma. Los leales al zar organizaron la contrarrevolución, que fue reprimida, pero mostró la debilidad del Gobierno Provisional.
La noche del tres de abril llegó Vladimir Lenin (1870-1924) a Petrogrado. Venía de su exilio en Suiza en el tren blindado apoyado por Alemania. Alemania esperaba que Lenin generara un caos interno y, de esa manera, se obligaría a Rusia a salir de la guerra, lo que aliviaba a Alemania en el frente oriental. Por ello fue acusado de espía alemán.
Lenin tiene el apoyo de los bolcheviques y declara que la revolución de febrero no había resuelto los problemas fundamentales de Rusia y que el objetivo era transformar la revolución burguesa en una revolución socialista. Si bien se lo invita a participar del Gobierno Provisional, Lenin no lo acepta.
Las Tesis de abril sintetizaban las propuestas de Lenin para la reconducción de la revolución y realización del socialismo. Eran diez las propuestas de Lenin: 1) acabar con la guerra; 2) quemar las etapas, pasar inmediatamente de la revolución burguesa a la instauración del socialismo; 3) romper con el Gobierno Provisional; 4) reconocer la precaria situación de los bolchevique para superarla; 5) establecer la república de los soviets; 6) entregar las tierras a los soviets; 7) nacionalizar la banca; 8) intervenir la producción y distribución; 9) establecer el Partido Comunista; 10) llamar a una Internacional comunista y romper con la social democracia.
Las tesis de abril dejan claras las diferencias irreconciliables entre los mencheviques y los bolcheviques, como también la ruptura entre el Gobierno Provisional y los Soviets. A partir de ese momento, se crean Sóviets en toda Rusia, los campesinos toman tierras, los obreros toman las fábricas y los soldados desobedecen las órdenes de los oficiales.
En mayo, llegó a Petrogrado León Trotsky (1879-1940) desde su exilio en los Estados Unidos. Trotsky era un estratega militar; si bien estuvo enfrentado a Lenin, en junio se unió a los bolcheviques y comenzó a organizar la milicia bolchevique o Guardia Roja.
Su incorporación a los bolcheviques fue fundamental para la toma del poder en octubre. Ante esta situación, el Gobierno Provisional anuncia que continuaría con la guerra y que se postergaría la Asamblea Constituyente, así como también la distribución de la tierra. Estos anuncios debilitaban el apoyo al Gobierno Provisional.
En junio, una huelga de obreros exigía que todo el poder pasara a los Soviets; sin embargo, Lenin exigía que no se lancen a la lucha mientras las milicias no estuvieran bien organizadas. Se organizó el Primer Congreso Panruso de los Soviets y los bolcheviques seguían siendo minoritarios. En julio, hubo un intento de golpe por parte de los bolcheviques y de los contrarrevolucionarios. Este intento fallido de golpe terminó con la proscripción del partido bolchevique y el exilio de Lenin en Finlandia, desde donde, y con la ayuda de Trotsky, organizó la insurrección.
En el exilio, Lenin escribió el libro El Estado y la revolución, en el que expone su teoría sobre el Estado basado en el marxismo que sostenía que el Estado burgués debe desaparecer después del triunfo de la revolución. Lenin, sin embargo, propone que el Estado es necesario en la transición del capitalismo al comunismo y que, durante el socialismo, la fase intermedia, debe existir en la forma de Dictadura del Proletariado.
El aporte ideológico de Lenin al marxismo es la adaptación de la teoría marxista, propuesta para la Inglaterra de la revolución industrial, a la realidad rusa, un país agrario con escaso desarrollo del capitalismo. Lenin considera que no solo es el proletariado el motor de la revolución, sino que es también el campesinado. En su libro. Qué hacer?, Lenin desarrolló la teoría del partido como la vanguardia de la revolución y compuesto por la minoría con mayor conciencia de clase y capacidad intelectual. Por lo tanto, el partido es quien tendría todo el poder.
El golpe de Estado de octubre de 1917
Desde la llegada de Lenin en abril, los bolcheviques se fueron fortaleciendo y, con Trotsky, se organizaron militarmente a través de los comités revolucionarios, instituyéndose la acción armada clandestina. El Segundo Congreso Panruso de los Soviets estaba previsto para el 24 y 25 de octubre, por ello Lenin y Trotsky hicieron que la toma del poder coincida con esa fecha. Considerado como el primer golpe de Estado moderno y organizado por Trotsky, los bolcheviques tomaron las principales instituciones de Petrogrado y el Palacio de Invierno, sabiendo que Kerenski estaba fuera de la ciudad y pudo huir. La toma del Palacio de Invierno fue el triunfo definitivo de los bolcheviques, el Segundo Congreso Panruso de los Soviets reconoció a Lenin y se organizó un nuevo gobierno.
El Gobierno de los Comisarios del Pueblo, liderado por Lenin y conformado únicamente por bolcheviques, inició la nueva era socialista. Se tomaron las primeras medidas para satisfacer a las masas, se repartieron las tierras entre los campesinos, los obreros tomaron el control de la producción y se iniciaron las negociaciones con Alemania para firmar la paz de manera unilateral, dejando de lado sus compromisos con los aliados.
El Consejo de Comisarios del Pueblo llamó a una Asamblea Constituyente, en la que los bolcheviques solo obtuvieron el 24% de los votos, por lo que no permitieron que la Asamblea delibere, demostrando que tomarían el poder total. Sería entonces el Congreso Panruso de los Soviets que redactaría la nueva Constitución. Los decretos de orden económico fueron los primeros en dictarse. La tierra debía entregarse a los campesinos, sin compensación para los propietarios. Se confiscaron las posesiones de la Iglesia.
Además, se nacionalizó la banca y se confiscaron todas las cuentas bancarias privadas para destruir el sistema capitalista burgués. Estas medidas mostraron el desastre en los primeros meses del gobierno de Lenin. La producción en el campo no generaba excedente; los soldados que abandonaron el frente recibieron tierras, pero no tuvieron ningún incentivo para hacerlas producir. Las industrias socializadas dejaron de producir. Esto trajo un sinfín de protestas, a las que se le deben sumar las de carácter nacionalista, ya que Rusia era un imperio que dominaba regiones diversas, con más de ochenta y cinco lenguas distintas.
Para acabar con la oposición, prohíben los partidos burgueses y, en diciembre de 1917, crean la Cheka, la policía política secreta que tenía como objetivo combatir la contrarrevolución y el sabotaje, haciendo del terror el instrumento del gobierno. Con todo, el principal objetivo de Lenin era firmar la paz con Alemania y salir de la guerra ya que necesitaban a los soldados para la guerra civil que se avecinaba.
La Paz de Brest-Litovsk fue firmada en marzo de 1918, y con condición que debía dar la independencia a los Países Bálticos (Estonia, Letonia y Lituania), Finlandia, Ucrania y ceder parte de Transcaucásica a Turquía. Fue humillante para Rusia, pero los soldados eran necesarios para el establecimiento del Ejército Rojo organizado por Trotsky.
La Guerra Civil era inevitable. Los contrarrevolucionarios organizaron el Ejército Blanco, que estaba conformado por los generales zaristas con apoyo de las potencias occidentales. Mientras que la Guardia Roja, convertida ahora en Ejército Rojo, con más de cinco millones de combatientes, aparece como el defensor de los intereses rusos contra la intervención extranjera. Para expandir la revolución, invadieron Polonia, pero son derrotados en 1920 y esto los obliga a centrar toda su atención en su territorio, que estaba compuesto por varias etnias; sin embargo, el apoyo de la población, tanto de los obreros como de los campesinos, les permitió el triunfo militar.
En 1921, termina la Guerra Civil con el triunfo del Ejército Rojo, que decide no respetar los acuerdos de Brest-Litovsk y ocupa los territorios perdidos.
República Socialista Federativa Soviética de Rusia – RSFSR
La Constitución de 1918 creó la República Socialista Federativa Soviética de Rusia (RSFSR) y promulgó la “Declaración de los derechos del pueblo trabajador y explotado” que, entre sus puntos más importantes, señala: 1) abolición de la explotación del hombre por el hombre; 2) trabajo y servicio militar obligatorio; 3) sufragio universal; 4) quedan excluidos de todos derechos: la familia imperial, el clero, la antigua policía, los que hayan explotado a sus semejantes, los que no reciban rentas exclusivas de su trabajo.
La RSFSR tiene como capital Moscú y firma alianza con otros países, Azerbaiyán, Ucrania, Bielorrusia, Armenia y Georgia. La nueva constitución confería la autoridad total al Congreso Panruso de los Soviets, compuesto por los delegados elegidos por los soviets de las ciudades y provincias. A su vez, ellos elegían al Consejo de Comisarios del Pueblo, quienes asumían funciones administrativas y legislativas.
Son los tiempos del Comunismo de Guerra, así se denominó a las políticas económicas durante los años de la guerra Civil. Se sustituyó el dinero por el trueque, el Estado dirigió la producción y la repartición de tierra; no obstante, requisó la producción agrícola, generando una situación crítica de hambre y miseria.
Entre la Guerra Civil y el Comunismo de Guerra se produjo el derrumbe de la sociedad y de la economía rusa. Las clases dirigentes desaparecieron, quedando los bolcheviques con el dominio total, la burocracia estatal dominaba la sociedad, era una verdadera dictadura del partido.
El resultado del Comunismo de Guerra fueron millones de víctimas y la ruptura entre el campesinado y el gobierno, quienes veían en este último a un obstáculo para la obtención de la propiedad de la tierra por la que habían luchado.
La Internacional Comunista (Komintern), organizada en marzo de 1919, muestra la ruptura definitiva entre los partidos socialdemócratas y los partidos comunistas. Se organiza así la Internacional Comunista, que entrega la autoridad suprema al Congreso de partidos Comunistas. El objetivo era la revolución mundial; para ello, cada país debía organizar y financiar movimientos revolucionarios, especialmente entre jóvenes y sindicatos comunistas. Se establecen las Tesis de Moscú, que fueron las veintiuna condiciones impuestas para formar parte de la Komintern, que implica la sumisión de todos los partidos comunistas al órgano central.
La NEP o Nueva Política Económica, proclamada por Lenin, después del desastre que significó el Comunísmo de Guerra, supuso lentificar la implementación del socialismo, pero el hambre, el frío, las enfermedades y las protestas de sectores importantes, obligaron a abandonar el ideario colectivista.
La NEP fue un retorno transitorio al capitalismo. Lenin había comprendido que, sin los campesinos, no podía hacer la revolución, por ello había que acabar con su resistencia. Las reformas se centraron especialmente en el campo; al fin de cuentas, los campesinos fueron el sector más afectado por el Comunismo de Guerra. Se pusieron fin a las requisas de la producción agrícola, se les respetaba la propiedad privada de sus tierras y se les permitía la comercialización de sus productos.
En las ciudades se desnacionalizaron algunas industrias y se permitió la creación de sociedades mixtas. Los artesanos estaban autorizados al libre intercambio de su producción. Empero, el Estado seguiría controlando la banca, los medios de transporte, comunicación y el comercio exterior.
El resultado de la NEP fue inmediato: se acabó con el hambre, la producción en todos los ámbitos al menos se duplicó y se permitió alguna libertad artística. La prematura muerte de Lenin en 1924, trajo problemas entre los sucesores que se debatían entre los que planteaban la revolución permanente como Trotsky y acabar con la NEP,y los que buscaban consolidar el socialismo en un país y continuar, al menos por un tiempo, con las reformas, entre los que se encontraba Stalin.
Esta nueva política económica se mantuvo en vigencia hasta 1928, mientras se resolvía quien asumiría el poder después de Lenin.
Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas-URSS
En 1923, el Comité Ejecutivo de los soviets implementó una nueva constitución que fue aprobada por el Congreso de los Soviets y puesta en vigor en 1925. La nueva constitución crea la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, compuesta por seis repúblicas soviéticas o estados federales: Rusia, Ucrania, Transcaucásica, Rusia Blanca, Uzbeka y Turkmenia, además de repúblicas autónomas y territorios. En 1929, eran trece repúblicas soviéticas, once repúblicas autónomas y quince territorios.
La base del nuevo Estado es el Soviet y son tres los órganos supremos que lo regulan: 1) El Congreso de los Soviets, reúne a los representantes de todos los soviets; 2) El Soviet Supremo o Comité central, que equivale a los parlamentos occidentales, con dos cámaras; 3) El Presídium o Consejo de Comisarios del Pueblo, que corresponde al gobierno, tanto de la Unión como de cada una de las repúblicas que la componen.
Se establece el sufragio indirecto: los electores son los trabajadores; los no trabajadores no pueden elegir ni ser elegibles. En la constitución se establece el carácter de partido único al Partido Comunista de la URSS, siendo su máximo órgano el Congreso que designa al Comité Central del Partido, que a su vez elige al Politburó, que tiene la dirección del partido. Los soviets y el partido serán las fuerzas que manejen el nuevo Estado.
La constitución elimina el concepto de familia, que desaparece ante el Estado; profundiza las medidas anticlericales, propagando el ateísmo en la juventud y derribando las iglesias.
Stalin y el Socialismo en un país
Joseph Stalin (1877-1953), obrero de origen georgiano, apoyó el proceso revolucionario desde 1905, pertenecía a los bolcheviques. Estaba preso en la Siberia cuando estalló la revolución de 1917; regresó a Petrogrado y se unió a Lenin. Aunque de escasa formación intelectual, Stalin era un operador político silencioso que fue adquiriendo cada vez más poder en el partido. En diciembre de 1925, logró que el XV Congreso del Partido apoye su postura Socialismo en un país, frente a la Revolución permanente de Trotsky.
Este último fue deportado en 1926 y asesinado en 1940. Stalin gobernó la URSS hasta su muerte en 1953. Si bien la NEP había alcanzado grandes resultados en la producción, Stalin decidió reanudar la política del colectivismo, sin renunciar a ella. Así se iniciaba el proceso de construcción de un estado colectivista y se ponía en vigencia el Socialismo en un país, que suponía transformar la URSS en un país industrializado, capaz de competir con las potencias occidentales y así poder llevar a cabo su lucha contra el capitalismo mundial.
El primer paso era industrializar la agricultura, y para ello era necesaria la electrificación; sin embargo, electrificar e industrializar sin capitales y sin iniciativa privada no iba a ser fácil. Stalin debía apelar a su única riqueza, la población, que será el instrumento de este proceso. Para llevar a cabo su política, aplica los Planes Quinquenales, que fijan las directrices para la economía.
El Primer Plan Quinquenal se aplica desde 1928 y busca la desaparición paulatina del sector privado. Para ello se acaba con el comercio libre. El Estado se hizo cargo del comercio al por mayor y, después, al por menor, y así acabó con el comercio libre. Se crearon cooperativas y almacenes del Estado para comercializar. En la pequeña industria y la artesanía se hace lo mismo. Todo queda en manos del Estado. Además, el pago de los obreros se reduce al mínimo y se les exige el máximo rendimiento, lo que era visto por la población como trabajo forzado. Para contrarrestar esta percepción, se inició un proceso de propaganda para fomentar el trabajo y, por otro lado, un proceso de castigo a los que se negaran a trabajar, que fueron llevados a campos de concentración a trabajos forzados, que llegaron a concentrar hasta quince millones de personas.
La colectivización de la tierra y agricultura fue lo más difícil de lograr. Los campesinos rusos habían luchado por la propiedad de la tierra y los Planes Quinquenales deciden acabar con ella. Se crean nuevas granjas agrícolas: los Sovjoses, granjas estatales, en las que los campesinos se convierten en obreros agrícolas, asalariados del Estado. Se crean los Koljoses, granjas colectivas en la que los campesinos reciben su salario en función a su trabajo.
Los campesinos se convirtieron en una verdadera oposición, que fue literalmente eliminada. Los campesinos se negaron a trabajar sin obtener ningún beneficio, por lo que la producción se redujo a los niveles más bajos, generando nuevamente un período de hambre, por lo que Stalin decide implementar un “beneficio individual” para los campesinos, permitiéndoles tener su casa, su jardín y algunos animales. Esto no significó que se acabe la represión a los que se negaran a trabajar, sino más bien que se incrementó la vigilancia a los trabajadores, como también los mecanismos de la represión, llegando hasta la pena de muerte.
Los campesinos como los obreros fueron sometidos a una estricta disciplina laboral y sometidos a la autoridad del Estado, mucho más dura que la del capitalismo. Para la mejor dominación de la población se crearon escuelas, bibliotecas, teatros, cines y campos de deporte que reproducían el sistema de poder. Los funcionarios del Estado y los miembros del partido eran los mejor retribuidos y así resurgieron las diferencias sociales.
La Constitución de 1936 mantenía el federalismo de la Unión; los cambios se producen en los estados miembros. Se reconocen once repúblicas federales: Rusia, Ucrania, Bielorrusia, Azerbaiyán, Georgia, Armenia, Turkmenia, Uzbekistán, Tayikistán, Kazakstán y Kirguistán, veintidós repúblicas autónomas, nueve territorios autónomos y doce distritos nacionales. Solo las repúblicas federales tienen autonomía política y la lengua rusa el idioma oficial, aunque todas las lenguas eran reconocidas. Se reconoce la libertad de culto y se establece el servicio militar obligatorio. Se reconoce nuevamente a la familia.
Pese a que se podría avizorar algún avance en esa constitución, el Partido Comunista sigue siendo el único reconocido y se prohíbe la formación de cualquier otro y, por lo tanto, serán los miembros del partido comunista de la URSS la minoría privilegiada.
Convertir a la URSS en una potencia económica era el objetivo de Stalin y del Socialismo en un país. Para lograr este objetivo, la población rusa debía estar sometida al partido comunista, que constituía la base del régimen. El dogma del marxismo y del colectivismo –convertido en estatismo– debía ser vigilado por el partido. Por lo tanto, debían formar a los futuros miembros. Los niños de seis a nueve años recibían la primera formación; de los nueve a los catorce, una formación más avanzada; finalmente, de catorce a los veinte, debían formar organizaciones juveniles. Estos jóvenes debían una obediencia estricta a la autoridad y al dogma.
Los miembros del partido serán entonces ciudadanos superiores que los “trabajadores”. Según establece su doctrina “a cada uno según su trabajo”, los funcionarios del partido recibían todas las ventajas y se convirtieron en los nuevos privilegiados.
El trabajo era obligatorio para todos. Los campesinos tenían alguna flexibilidad, ya que podían tener la propiedad privada de su casa y de algunos animales. No obstante, en la industria, el régimen fue estricto en el dogma, ya que la industrialización no fue obra de la iniciativa privada, sino de la exigencia de grandes sacrificios a la población. Transformaron la Siberia, un desierto, en un centro industrial, pero fue a costa de una población sumisa, de la rusificación del territorio, que les permitió avanzar hacia el Asia y el Pacífico, que les garantizará su presencia en ese espacio, especialmente durante la Guerra Fría.
La Guerra Fría y el expansionismo soviético
La política industrializadora de Stalin convirtió a la URSS en una potencia industrial y militar. En su participación en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), con una ingente ayuda económica y equipamiento militar del bando aliado, demostró su capacidad bélica; asimismo, su política expansionista fue evidente al finalizar la guerra cuando se reunieron los vencedores de la misma para redactar los tratados de paz. Durante la guerra, anexó nuevas repúblicas como Estonia, Letonia Lituania y Moldavia y después de la guerra definió su área de influencia en Europa oriental.
La rivalidad entre los Estados Unidos y la URSS al finalizar la guerra era irreversible. Los países aliados evidenciaron que no reconquistarían Europa oriental, que había sido liberada del dominio nazi por el ejército soviético y que estaba dispuesto a seguir avanzando, especialmente en los Balcanes. El ejemplo claro fue Grecia, liberada por los aliados occidentales, pero con una guerrilla financiada por la URSS, que ponía en riesgo al gobierno griego.
El gobierno norteamericano anunció la Doctrina Truman, en la que dejaba claro que se detendría a los soviéticos en lo político y económico. Para ello, elaboró un plan de ayuda para la reconstrucción económica de Europa, conocido como Plan Marshall.
Los sucesos en Grecia fueron el punto de partida de la Guerra Fría (1947-1990), un periodo de enfrentamiento ideológico, militar, económico y de búsqueda de hegemonía. Los Estados Unidos defendían la democracia clásica liberal, y la URSS la democracia socialista; cada uno de estos países se convirtió en superpotencia.
Si bien el ámbito de acción de la Guerra Fría fueron los foros internacionales y la Organización de las Naciones Unidas como el espacio de discusión de las superpotencias, la Guerra Fría se puede caracterizar por la estructuración de un sistema bipolar rígido, en el que cada polo buscaba el equilibrio estratégico para reafirmar su liderazgo. La carrera armamentística fue una de sus expresiones; el enfrentamiento entre las dos potencias se dio fuera de sus propios territorios.
Alemania, ocupada por los cuatro aliados vencedores de la Guerra, fue el escenario ideal para el enfrentamiento. Las zonas, francesa, inglesa y norteamericana se unificaron y crearon la República Federal de Alemania, mientras que en la zona soviética se estableció la República Democrática de Alemania, un Estado satélite de la URSS.
La Guerra Fría se extendió al Asía, primero a la China. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, China se vio envuelta en una guerra civil (1945-1949) entre los nacionalistas de Chiang Kai Shek, apoyado por los Estados Unidos, y Mao Tse Tung respaldado por la URSS. La guerra civil china terminó con la creación de dos Estados chinos: La República Popular China de base socialista gobernada por el Partido Comunista Chino, y la República China, conocida como China nacionalista o Taiwán, en la isla del mismo nombre.
Con el triunfo de Mao Tse Tung en China la Guerra Fría se desplazó a la península de Corea. En 1949, la URSS ocupó Corea hasta el paralelo 38° y en junio de 1950 los Estados Unidos apoyaron a los coreanos del sur. En 1953, terminó la Guerra de Corea, y quedaron establecidos dos Estados coreanos: la República Popular Democrática de Corea conocida como Corea del Norte, y la República de Corea conocida como Corea del Sur.
La Guerra Fría pasó a Indochina que, después de la Segunda Guerra Mundial, dejó de ser colonia francesa y se formaron tres países: Laos, Camboya y Vietnam, Empero, Vietnam en 1954 se dividió en Vietnam del Norte apoyado por la URSS, y en Vietnam del Sur apoyado por los Estados Unidos. La guerra de Vietnam terminó en 1975 con el triunfo del Vietcong, organización guerrillera dirigida por Ho Chi Minh y se creó la República Socialista de Vietnam.
Nikita Khrushchev (1894-1971) llegó al poder en la URSS, después de la muerte de Stalin. Su política denominada Coexistencia Pacífica, distendió la represión interna, sin embargo, durante su gobierno hubieron levantamientos en Hungría en 1956, y en Checoslovaquia en 1968, ambos duramente reprimidos. De igual manera se construyó en 1961 el Muro de Berlín, la expresión concreta de la Guerra Fría, ya que Berlín fue hasta ese momento el mayor foco de tensión entre las dos superpotencias.
La coexistencia pacífica no significó que termine el enfrentamiento. En América Latina, después del triunfo de la revolución dirigida por Fidel Castro, Cuba se alineó con el bloque comunista en 1961. Esto significó una intromisión en el área de influencia norteamericana y trajo el conflicto a nuestro continente.
Leónidas Brézhnev (1906-1982) fue el secretario general del Partido comunista de la URSS que sucedió a Khrushchev. Su gobierno estuvo marcado por la Distensión, un intento de las superpotencias por controlar la carrera armamentista. Sin embargo, el conflicto se trasladó al Medio Oriente, con presencia de tropas soviéticas en Afganistán y a América Central con la revolución sandinista que sacó del poder a la familia Somoza de Nicaragua.
La muerte de Brézhnev en 1982, puso en evidencia la crisis política y económica de la URSS, además de que el poder del partido se encontraba en manos de hombres de la generación de la revolución de 1917. Fue sucedido por Yuri Andrópov (1914- 1984) quien murió a los dos años de asumir el poder. Su sucesor, Kosntantin Chernenko (1911-1985) murió un año después.
Mijaíl Gorbachov (1931) asumió la secretaria General del Partido Comunista de la URSS en 1985. Había sido jefe de la KGB (Comité para la seguridad del Estado), que corresponde al FBI y la CIA juntos, que hacía la inteligencia interna y externa. Gracias a esta condición, Gorbachov conocía perfectamente bien la situación de la sociedad soviética, especialmente entre los jóvenes, y por ello la magnitud de las medidas que tomó. Gobernó hasta 1991, cuando se produjo una rebelión.
Gorbachov y Segunda Revolución Rusa de 1991
Gorbachov, un verdadero comunista, estaba convencido que, para salvar su sociedad y el régimen económico, que estaba en bancarrota, debía asumir la misión de realizar cambios de importancia para consolidar el socialismo. Para los cambios internos, implantó la Glasnost o transparencia, mientras que la reestructuración económica fue llamada Perestroika, cuyo objetivo era llegar al año 2000 habiendo duplicado la producción industrial y el ingreso nacional.
Las principales reformas económicas estaban vinculadas a la flexibilización del comercio exterior, permitiendo a los ciudadanos usar su tiempo libre en ejercer algún oficio privadamente; además, era posible arrendar bienes estatales. Estos cambios económicos no solucionaron los problemas serios de la economía soviética, pero dieron ciertas libertades, entre ellas, la crítica al mismo sistema. Gorbachov alentó que los soviets debían separarse del partido y exigió la celebración de elecciones en toda la URSS. Estas medidas quebrantaron el poder del Partido Comunista de la URSS y la reforma constitucional en 1990 acabó con el partido como el vigía de la ideología.
El pueblo soviético fue creado por la revolución y por el partido. La URSS estaba sobre cualquiera de las repúblicas que la conformaban. La rusificación supuestamente había sido un éxito, pero con estas reformas se hizo evidente que el problema de las nacionalidades, vigente desde el gobierno zarista, seguía vigente y resurgió con toda su fuerza. La adhesión a la URSS de ninguna manera había una decisión libre de esos pueblos; su desintegración era inevitable.
En las condiciones que se encontraba la URSS era imposible seguir manteniendo el aparato que exigía la Guerra Fría. Por ello, Gorbachov propuso ante el Congreso del Partido Comunista de la URSS, en 1986, su Nuevo Pensamiento Político, que buscaba entender el mundo y la nueva interdependencia global. La situación mundial era distinta a la de las décadas anteriores; líderes como el presidente Ronald Reagan, la primer ministro Margaret Thatcher y el papa Juan Pablo II fueron fundamentales en la consecución de estos cambios.
La desintegración de las repúblicas que conformaban la URSS llevó a que los países del bloque oriental empiecen su propia retirada. La caída del Muro de Berlín, considerado la materialización de la Guerra Fría, inició el fin de las democracias populares y del comunismo.
En agosto de 1991, un intento de golpe de Estado por parte de los militares conservadores lleva a lo que se denomina la Segunda Revolución Rusa. Boris Yeltsin (1931), presidente del Congreso de los Diputados del pueblo Ruso, exigía que las reformas lleguen también a Rusia.
El golpe de Estado fracasó, no fue capaz de convencer que las reformas debían detenerse; por el contrario, estas se dieron con mayor rapidez. Yeltsin prohibió el partido Comunista dentro de Rusia e, inmediatamente, las otras repúblicas hicieron lo mismo.
El Partido Comunista de la URSS había desaparecido. La Segunda Revolución Rusa proclamó, en diciembre de 1991, la creación de un nuevo Estado, la Comunidad de Estados Independientes, conformada por Rusia, Bielorrusia y Ucrania, las otras repúblicas se proclamaron países independientes. Gorbachov dimitió; el Partido Comunista y la URSS ya no existían. Se abrió un período de inestabilidad política y económica hasta la llegada de Vladimir Putin en agosto de 1999, quien se consolida en el poder, con rasgos de la antigua Rusia Imperial. Finalizamos con las palabras de san Juan Pablo II, en 2005, que dicen el comunismo cayó al fin a causa de la insuficiencia socioeconómica de su sistema.
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2017 «Breve revisión a la historia de la Unión Soviética en el centenario de la Revolución Rusa», Ciencia y Cultura. Revista de la Universidad Católica Boliviana San Pablo vol.21 no 38: 85-120, La Paz
[1] Zar: emperador en ruso.
Una exposición magistral de la Lic. Peña, mas que suficiente para entender a la revolución rusa desde sus inicios; en el contexto de violencia en el que se desarrolló y, sobre todo, su desaparición dejando una larga estela de muertos.