Desviar la atención
Marcelo Ostria Trigo
Los intentos de desviar la atención de la ciudadanía en los graves problemas del país, son frecuentes cuando un gobierno se propone manipular a la sociedad, especialmente cuando se trata de restar importancia a las dificultades, evitar responsabilidades y ocultar los resultados de políticas equivocadas. No es extraño, entonces, que se apele a escándalos que causan malestar social, aunque la protesta generalmente dure poco tiempo. En otras palabras: “La estrategia de distracción es un elemento clave en el control social”; ”Mantener la atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real”. (Oca, Consulting Group).
Ejemplos hay muchos. Uno de ellos que aún se recuerda es el anuncio del presidente Juan Domingo Perón de que Argentina había desarrollado una bomba atómica. Perón, “consciente de las limitaciones que la Argentina tenía en el concierto mundial, no se contentó con hacer el fantástico anuncio que debía conmover al planeta” (…) “La Argentina se convirtió de pronto en el hazmerreír de un planeta que tenía sus propios problemas porque anunció el descubrimiento de un hallazgo que jamás tuvo en sus manos”. Ante este anuncio, todos los problemas que confrontaba el peronismo quedaron temporalmente olvidados.
Pero también hay incidentes menores que captan la atención pública. En un discurso, un dirigente del Chapare ofreció a un ministro que se escogiera una mujer que le presentaría (luego pretendió matizar con que se trataba de mujeres masistas y que, además, se había tratado de una broma). Naturalmente que esto causó indignación general, mayor aún por la cercanía del día de la mujer. Este hecho –por cierto, inmoral- resultó útil para que los verdaderos problemas quedaran temporalmente olvidados, fuera de discusión, ya que así se logró que se desviara la atención, por ejemplo, de la ostensible pretensión de ignorar el resultado del referendo del 21 de febrero de 2016.
Con seguridad, el principal empeño oficial es el continuismo. Mientras la discusión se desvie, por ejemplo, al controvertido Sistema Único de Salud (SUS), y se exprese preocupación, fundada por cierto, sobre el futuro de las exportaciones de gas, y se discutan diferentes temas -importantes o menores- el objetivo se cumple, hacer que se mencione cuanto menos mejor el propósito prorroguista y, al final, dar como hecho un resultado de una acción ilegal y atropelladora.
“Mantener al público ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a la granja como los otros animales” (Video deMarcelo Gómez Grecco: Armas silenciosas para guerras tranquilas).